Los colores de México son expuestos en el Jardín Botánico de Kew, en Londres
La exhibición se expondrá en el jardín de Kew durante octubre. Foto: Cortesía Kew Gardens

Un pequeño oasis con la dalia como protagonista junto con las coloridas obras de Betsabeé Romero y Fernando Laposse son la principal atracción del Festival de México, que abrirá sus puertas en octubre en los Jardines Botánicos de Kew, en Londres.

Del 1 al 31 del próximo mes, el público podrá apreciar la fusión entre la biodiversidad y la cultura mexicanas a través de instalaciones y actos interactivos, con especial atención al Día de Muertos, que se celebra el 2 de noviembre.

Uno de los trabajos de Romero es precisamente El Altar, una recreación de las ofrendas y ceremonias que acompañan esa jornada con origen prehispánico tan típica de la cultura mexicana.

Velas en forma de cráneo, muñecos hechos de pan y flores de color naranja y rosa pueblan una de las alas del Invernadero Temperado de los jardines de Kew, que alberga las especies naturales de los países cálidos.

Romero explica que hizo este altar en parte para facilitar el duelo colectivo que resultó de la pandemia de coronavirus.

“Yo creo que una celebración tan llena de energía y de color nos puede ayudar, nos puede dar un poquito de calor al alma, para pasar estos duelos. Yo creo que si el arte puede ayudar en esto, si las tradiciones nos pueden acompañar en estos duelos tan duros, pues ya estaremos salvados”, afirma.

Su otra obra, especialmente diseñada para el festival, es Flor de Luz y Canto, una enorme y colorida instalación aérea inspirada en el quincunce mexicano, un símbolo sagrado desde hace siglos.

“Yo quería encontrar algo que tuviera que ver con las dos culturas, con los dos países y especialmente en un jardín botánico” esto podía ser una flor, afirma.

Romero recuerda que una flor conecta el cosmos, la tierra y el ser humano.

“La flor siempre voltea a ver al sol y siempre está ligada al cosmos, y por otro lado crece gracias al cultivo del hombre, la mano del hombre es la que liga esas raíces a la tierra.

“No podemos olvidarnos de la tierra y de que estamos ligados al todo”, añade.

En el otro extremo del invernadero cuelgan los simpáticos perezosos amarillos y naranjas diseñados por Laposse, elaborados por comunidades mexicanas con la fibra sisal extraída del agave.

Antes, el visitante se encuentra con un pequeño jardín creado por el paisajista británico Jon Wheatley con plantas traídas de México y otras propiedad de los jardines de Kew, inspirado por el complejo natural de Las Pozas, en la Sierra Gorda de México. 

Con información de EFE

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