
Federico Riojas tuvo un león –Clarence– en el patio de su casa, antes de que existiera la Ley General de Vida Silvestre (1992). Luego de tres años decidió buscarle un espacio para que viviera el resto de su vida. No hubo lugar en la Ciudad de México, tampoco en el conocido Africam Safari, de Puebla, pudieron recibirlo: estaban saturados de leones. Finalmente encontró Zoofari, un zoológico recién abierto en Guerrero y lo dejó ahí. Cuando fue a visitarlo, hace casi 10 años, se dio cuenta que Clarence reconoció su voz “porque dejó de mover la cola mientras dormía”, pero no hizo ni el intento de voltearlo a ver: no es como un perro.
La legislación es laxa en torno a la compra-venta de especies exóticas por lo que aún hoy la venta a ciudadanos privados es muy sencilla de llevar a cabo. La agencia encargada de que se cumplan las escasas regulaciones –la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente– no tiene la capacidad ni los recursos para garantizar su cumplimiento, por lo que sólo actúa ante denuncias puntuales. Por eso cientos de cachorros de león y tigre viven su infancia en domicilios privados donde sus dueños les miman y los fotografían sin cesar hasta que pocos meses después, cuando llegan a un tamaño adulto, ya no pueden, ni quieren, hacerse cargo de ellos.
El país de las fieras
Es un reportaje realizado como trabajo de titulación de la carrera de Comunicación, subsistema de Periodismo, en la Universidad Iberoamericana.
Créditos
Cabeza de investigación y texto
- Ana Ballesteros Loperena
Investigación, texto e ilustraciones
- Víctor Aguilar Escalante
Investigación, texto, periodismo de datos, fotografía y video
- Iñaki Malvido Prada
Editor y asesor académico
- Rafael Cabrera
Piloto de dron
- José Ignacio Carrera
Música
- Pablo Bendímez
Agradecimientos especiales a
- Alfonso Gómez
- Maria Elena Loperena
- Eduard Martín-Borregón
- Alejandra Malvido
- Dr. Fernando Gual Sill
- Dra. Maria Teresa Moreno
- Dr. Luis Yescas
- Mónica Echeverría
- Dr. Antonio Azuela
- Adriana Buenrostro