De ida y vuelta: Malinalco
El pueblo mágico de Malinalco se encuentra a solo dos horas de la CDMX. Foto: Cortesía MaliKualli

A un par de horas desde la Ciudad de México se encuentra Malinalco, un sitio en el que la naturaleza, la tradición y la historia se combinan para ofrecer una escapada relajante y única.

Esta región, ubicada al sur de Toluca, goza de grandes atractivos históricos, como su zona arqueológica y el exconvento agustino, además de puntos tradicionales como su tianguis, en donde todavía se puede practicar el trueque.

¿Estás listo? Empaca tus cosas para decirte qué no debes perderte en este destino turístico.

Zona arqueológica

Conocida como el cerro de los ídolos y antiguamente llamada lugar donde se adora a Malinalxóchitl, hermana de Huitzilopochtli, es un perfecto observatorio donde se puede admirar a plenitud el valle de Malinalco.

“La zona arqueológica es de estilo monolítico, fue labrada directamente en la montaña. Eso la ingresa en una categoría muy privilegiada, se compara con cuatro edificios en el mundo: Abu Simbel o templo de Ramsés II en Egipto, Ellora en la India, Petra en Jordania y, claro, Malinalco en México. Tiene un horario de martes a domingo de 9 a 3 o hasta cumplir aforo de 500 personas”, detalla Sheila Peralta, propietaria del Complejo Turístico MaliKualli.

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Cortesía INAH

Museo doctor Luis Mario Schneider

Una de las cosas que mejor se puede hacer en este sitio es dejar pasar el tiempo de forma tranquila. Esa fue una de las tareas del doctor Luis Mario Schneider, cuyo museo trata precisamente del tiempo y la vida en Malinalco.

“Ganó el premio Miguel Covarrubias a la mejor museografía a nivel nacional. Es un museo pequeño, totalmente local, donde se reflejan las tradiciones y las costumbres del pueblo, así como la historia de Malinalco. Es particular porque tiene una representación del monolito original, al que ya no se puede entrar, pero en la del museo puedes entrar y ver dónde se hacían los sacrificios, donde se ponían los corazones de los hombres. Cuesta 15 pesos la entrada y es de martes a domingo”, detalla Peralta.

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Instagram / Malinalco

Convento agustino

Instaurado en 1540, el ahora exconvento agustino de Malinalco es una obra que debes ver con tus propios ojos. Gracias a las aportaciones del encomendero Cristóbal Rodríguez de Ávalos, el espacio religioso se concluyó en solo 28 años.

En su interior se pueden apreciar distintas pinturas al fresco, muchas de ellas referentes a la rica vegetación de la zona por lo que, además de su importancia como centro religioso, resalta como una cápsula del tiempo.

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Instagram / Malinalco

¡A comer!

Los bosques que rodean a Malinalco, además de los criaderos de truchas, hacen que el menú local se configure con ingredientes de altísima calidad producidos en la misma región, que añade una pizca de misticismo a los alimentos.

“Las truchas, sí o sí, es la comida que se hace aquí, el pan, que se hace en horno de leña, y el mezcal. Malinalco es el principal productor de mezcal en el Estado de México, se le denomina la capital mexiquense del mezcal, aquí nomás hace falta que le abras a la llave y en lugar de agua te salga mezcal”, recomienda.

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¡Un recuerdito!

Además del mezcal, los pobladores de Malinalco cuentan con otra virtud destacada: el trabajo en madera. Así, una de las piezas que no debes obviar en tu visita a este pueblo mágico es una confeccionada en este material.

“Debes llevar algo tallado en madera, cualquier pieza tallada en madera. Tenemos artesanos ganadores del taller de artesanos; también debes llevar una botella de mezcal o un licor con frutas de la región, como el maracuyá”, detalla Sheila.

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Galería René Martín

Para dormir

Si no tienes planes de regresar el mismo día, una gran opción es probar a quedarte en alguna de las múltiples opciones de hospedaje que existen en Malinalco. Desde hoteles tradicionales hasta campamentos a la luz de las estrellas, este destino tiene opciones para todos los presupuestos.

“Nos localizamos a un kilómetro del centro del pueblo. Malinalco es un pueblo muy chiquito, tenemos esa privacidad. Surgió hace 14 años, es un emprendimiento familiar y hacemos actividades culturales, de aventura; hay zona de acampar y hace poco tenemos domos geodésicos que te permiten admirar la naturaleza, donde todavía puedes ver las plantas dibujadas por los agustinos”, señala Peralta.

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Cortesía MaliKualli

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