La periodista que habla de la vejez y conquistó a la audiencia
Paty Kelly comenzó a cuestionarse los modelos de vejez que tenemos, con el fin de encontrar algunos que le dieran inspiración y motivación, decidió construir el suyo con el programa Aprendiendo a envejecer.
Paty Kelly comenzó a cuestionarse los modelos de vejez que tenemos, con el fin de encontrar algunos que le dieran inspiración y motivación, decidió construir el suyo con el programa Aprendiendo a envejecer.
Nadie quiere hablar de la vejez, ni verse como una persona vieja. Huir contra el imparable efecto del tiempo en nuestros cuerpos puede derivar en un afán inútil y aún así lo intentamos. ¿Por qué alguien querría saber de cómo llegar a vieja?
La periodista Paty Kelly, de 68 años, se vio un día y reconoció que había llegado a la vejez, y entonces eligió uno de los retos más desafiantes en su carrera: hacer contenidos en libros y televisión para personas viejas.
“Nadie, nadie quería hablar de vejez”, recuerda, “lo que buscaba era encontrar modelos que me sirvieran para envejecer porque los que yo veía: la abuelita de Cri-Cri y Sara García no me inspiraban y no me parecían motivadores”, comenta en entrevista con La -Lista.
Comenzó por escribir un libro: ‘Mujeres grandes’, junto con Alicia Ibargüengoitia, una compilación de 25 entrevistas con mujeres exitosas mayores de 70 años que eran activas y hablaban del envejecimiento. Después del rechazo de editoriales, vio la luz en 2014 con su publicación.
Kelly, quien condujo por 10 años el exitoso programa de radio “Kelly, Lammoglia y la familia”, con el psicoterapeuta Ernesto Lammoglia, se puso una meta más alta, conseguir un espacio en televisión para hablar de la vejez.
“Llegar al tema de envejecimiento afortunadamente es inevitable”, dice, “ya llevo unos años conociendo el tema y descubriendo que no llego al bote de la basura, sino a una etapa creativa, llena de experiencia, de procesos importantes, dolorosos y divertidos, pero que no voy llegando muerta sino bien viva”.
La periodista propuso el proyecto a diferentes canales y estaciones de radio, pero la respuesta era: los viejos no venden, ¿a quién le importan los viejos?
Mientras las proyecciones del mercado anti-envejecimiento indican que va a superar los 216 mil millones de dólares para el cierre de este 2021, Kelly prefiere hablar de cómo sí envejecer en la televisión pública.
“Las ideas que yo tenía de la vejez eran que no estoy muerta, soy creativa, necesito trabajo porque vivo de mi trabajo, tengo derecho al trabajo, vivo mi sexualidad de una manera distinta”, cuenta.
Canal Once, el canal público del Instituto Politécnico Nacional, le dio un espacio de para un programa de revista de una hora en 2019. Para su sorpresa, al mes aumentó a dos horas, y al siguiente, a tres horas. Se transmite de lunes a jueves a las 11:30 y los domingos de 11:00 a 14:00 horas.
Los primeros programas se hicieron con público adulto mayor en el estudio, que bailaban con música en vivo y realizaban dinámicas con ellos, sin embargo, la pandemia los obligó a cambiar y a suspender algunas de estas actividades, haciéndolas con cápsulas pregrabadas con sana distancia y cubrebocas, así como la forma en la que se realizaban las entrevistas que pasaron de presencial a virtual.
Aprender a envejecer
El crítico de televisión Álvaro Cueva dice que ha sido un éxito en rating y resulta de lo más novedoso en televisión.
Kelly es la conductora y la mente detrás del programa dominical. Ya había hecho hecho ensayos en su canal de Youtube Vejez Creativa, con 130 mil suscriptores y alrededor de 500 videos.
Ahora, ‘Aprender a envejecer’ tiene sus bases en tres pilares: autoestima, sexualidad y envejecimiento activo y saludable.
Quizás el éxito del programa es que está dirigido a las personas ancianas, muchas de ellas con una salud mermada, pero con inquietud por dominar el uso de un smartphone, deseos de hacer ejercicio sin lesionar sus cuerpos y sobre todo, compartir experiencias, contenidos pensados para una audiencia crítica.
Paco Gallego, productor del programa, afirma que esta ha sido una apuesta muy grande en la televisión pública porque “no se les ve como sujetos de consumo, estar aquí ha sido una fortuna. Los adultos mayores son fuente de experiencia, son historia viva”.
Vejez digna
Todos los esfuerzos puestos en este trabajo y sus antecesores no solo es para las personas mayores, sino una forma de concientizar a las nuevas generaciones y puedan planear una vejez digna.
La respuesta del público ha sido positiva y le han agradecido que los volteen a ver porque les dan información sobre sus derechos, “nadie habla de eso, de ahí la importancia de todos estos esfuerzos”, afirma Kelly.
“Hemos tenido una construcción errónea sobre la vejez y nos han hecho creer que la juventud es la etapa más importante de nuestra vida, pero hoy sabemos que en la etapa donde pasaremos más tiempo vivos es en la vejez”, dice. “La vejez no es el bote de basura, pero tampoco es Disneylandia”.
Kelly señala que en la vejez, las personas son blanco de actos de discriminación, invisibilización, y muchos viven en situación de dependencia.
En México, la edad promedio es de 29 años, la pirámide poblacional se ha reducido y hay un aumento de adultos mayores (60 años y más) que pasó de 9.1% a 12% en últimos 10 años.
Según datos del Inegi, la esperanza de vida ha aumentado. En mujeres pasó de 74 a 78 años en mujeres, y de 68 a 72 años para los hombres en los últimos 30 años.
Envejecer implica una etapa de deterioro físico, mental y emocional, que requiere de atención antes de llegar a ella, por eso la importancia de dar información para toda la audiencia de tener un envejecimiento activo y saludable.
“(Ahora estoy) lanzando bengalas para que otros vean que hay otro camino. Y si ustedes que son más jóvenes reciben ese mensaje, llegarán en mejores condiciones que nosotros”, dice.
Kelly se ve creando, inventando, activa lo más posible. No recibe una pensión por jubilación, por lo que decide seguir trabajando para mantenerse. Uno de sus sueños es trabajar en un canal de televisión especializado en personas mayores, enfocado desde la vida y no desde la muerte.
“Yo no estoy esperando morirme, estoy queriendo vivir mi vida hasta el último minuto, agradecida con el universo por todo lo que me ha dado. Nos han enseñado que la vejez es solo sufrimiento y yo me niego a aceptarlo”.