Galería: Las corridas de toros con velcro, ¿augurio sobre su futuro?
En Turlock, California, tienen una forma de hacerlas ante las leyes que prohíben lastimar animales.


En Turlock, California, tienen una forma de hacerlas ante las leyes que prohíben lastimar animales.
Turlock, una pequeña ciudad en el corazón de California, EU, y sede de una corrida de toros inusual, atrajo a migrantes portugueses a principios del siglo XX, quienes provenían principalmente del Archipiélago de las Azores y reiniciaban su vida dedicándose a la actividad agrícola.
La comunidad fue creciendo en la costa oeste de Estados Unidos, manteniendo sus raíces y actividades como la tauromaquia.
En la plaza de toros, un elegante jinete se contonea hábilmente en su caballo mientras embiste a su oponente. Se agacha y le clava un banderillazo en el lomo, pero a diferencia de las controversiales corridas de toros, el animal no sangra.
Las banderillas tienen velcro en sus puntas en vez de lanzas, y se adhieren al cojín que los toros llevan en el lomo, una nueva “opción” que mantiene viva la tradición portuguesa en tierras californianas, donde las leyes prohíben herir a los animales.
“Tienen la escuadra, los toros, los caballos, el público. Todo es igual“, dijo Joao Soller García, torero profesional que vino desde Lisboa para la corrida.
Como los toros en California no pueden ser heridos, no se debilitan tanto durante la corrida como en Portugal. Por eso necesitan toros igual de combativos pero menos pesados.
“Aquí los toros pesan entre 400 y 450 kilos porque no van a sangrar. En Portugal, pesan unos 600 kilos”, explica George Martins, capitán de un equipo de “forcados”.
Los “forcados”, por lo general un grupo de ocho aficionados, entran en acción después del torero. Con su cuerpo y sus manos inmovilizan al toro simbolizando la muerte. A diferencia de la tauromaquia española, en la portuguesa nunca se mata al animal en la plaza.
A este equipo se le conoce como “la brigada suicida”: para inmovilizar al animal se dejan embestir por él. Luego de aguantar un impresionante cabezazo en el estómago, uno de los “forcados” tiene que literalmente agarrar al toro por los cuernos con la ayuda de sus compañeros de equipo.




Con información de AFP