La angustia por el Covid en India propicia llamados para liberar a los activistas encarcelados La angustia por el Covid en India propicia llamados para liberar a los activistas encarcelados
Natasha Narwal, centro, bajo fianza provisional de la prisión de Tihar, realiza los últimos ritos en el cuerpo de su padre, Mahavir Singh Narwal, en Rohtak, India. Foto: Getty

Natasha Narwal con el rostro cenizo salió bajo fianza de la conocidad cárcel de Delhi el lunes en la mañana. Salió en libertad una de las feministas más importanes de la India después de que los activistas pasaron un año luchando por su libertad, pero su salida está rodeada de tristeza ya que llegó 24 horas demasiado tarde.

Un día antes, su padre Narwal de 71 años, el Dr Mahavir Narwal, murió de Covid-19 solo, en la sala de cuidados intensivos de un hospital en la ciudad de Rohtak y es otra víctima de la devastadorea segunda ola que azotó a India durante las últimas semanas. Hasta ahora, el país ha registrado más de 20 millones de casos y 250,000 millones de muertes, aunque muchos expertos creen que el número verdadero es más alto.

“Espero verla antes de morir”, dijo Mahavir Narwal a un periodista seis meses antes de morir. “Después de todo, me estoy poniendo viejo”. Sin embargo, la semana pasada, al empeorar su estado físico, no pudo siquiera hacer una llamada a su hija.

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Natasha Narwal, la cofundadora del grupo de estudio feminista Pinjra Tod, se encontraba entre los activistas de los derechos humanos que arrestaron el año pasado por participar en protestas en contra de la ley de ciudadanía del gobierno. La nueva ley de ciudadanía que pasó el partido nacionalista indio, Bharatiya Janata, encabezado por el primer ministro, Narendra Modi, en diciembre de 2019, se considera institucional y discriminatoria en contra de los musulmanes.

Al igual que ciudadanos y miembros de la sociedad civil india, que arrestaron en la campaña en contra de los manifestantes anti CAA, Narwal fue acusada e incitar a la violencia. La ley que aplicaron a ella y otros activistas, una ley draconiana conocida como la Ley de Prevención de Actividades Ilegales, UAPA por su siglas en inglés, hizo que tuvieran que permanecer en la cárcel y que se les negara la fianza durante los últimos 12 meses con el pretexto de la seguridad nacional.

Los abogados dicen que no existen evidencias para los cargos y los grupos de derechos argumentan motivaciones políticas para los arrestos y son un ejemplo de la intolerancia de gobierno del BJP a la disidencia democrática.

Cuando la condición de Mahavir Mrrwal empeoró a causa del coronavirus, los abogados de su hija solicitaron una fianza de emergencia para verlo. Sin embargo, la corte decidió posponer su decisión tres días más. Dos días después, murió.

Se trata de un ejemplo de insensibilidad y crueldad del estado en contra de los activistas de derechos humanos”, dijo Apoorvanand, un profesor de la universidad de Dehli que conoció al padre y a la hija. “Ellos sabían de la urgencia… que alguien en estas condiciones y con Covid puede morir en cualquier momento. Se trata en verdad de un castigo para alguien que no ha tenido siquiera un juicio”.

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El lunes, Narwal recibió una salida provisional bajo fianza de tres semanas para poder cremar a su padre ya que nadie más podía realizar los últimos ritos. Pinjra Tod dijo que la justicia llegó tan tarde que “se le negó para siempre”.

“El padre que va a cremar estaba preocupado por este momento: cuando saliera de la cárcel y en vez del calor de sus brazos se enfrentara al horror de un cuerpo inerte”, comentó Pinjra Tod.

Mientras la segundo ola de Covid-19 se extiende por India y atacado como un incendio las prisiones llenas de gente y sin recursos, han surgido cada vez más llamados para que los activistas arrestados como parte de la postura agresiva de Modi en contra de la disidencia reciban la fianza que se las ha negado en repetidas ocasiones.

El impacto de la pandemia en los prisioneros que se encuentran en la carcel por razones políticas podría ser severo. Siddique Kappan, un periodista musulmán acusado por la UAPA después de su arresto en octubre pasado mientras se trasladaba para reportar una violación en Uttar Pradesh, se infectó con Covid-19 en la cárcel en abril. Kappan, quien tiene diabetes, fue trasladado al hospital después de que colapsó, lo esposaron a una cama de hospital durante cuatro días y no le permitieron ir al baño, y lo obligaron a orinar en una botella. Cuando lo dieron de alta lo regresaron a prisión, todavía siendo positivo de Covid y con síntomas.

Muchos activistas anti-CAA, incluyendo a Umar Khallid y Khalid Saifi, que se encuentran en la cárcel esperando juicio, también se contagiaron de Covid en la cárcel y, según sus familias, se les ha negado un tratamiento adecuado.

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Saifi, uno de los fundadores de grupo activista United Against Hate, está en la cárcel Mandoli de Delhi desde su arresto  en febrero de 2020. Desarrolló síntomas de coronavirus hace más de 20 días pero no se le han hecho pruebas porque los oficiales e la policía estaban preocupados porque “causaran problemas”. Después de que sus abogados presentaran su caso a la corte, finalmente le hicieron la prueba a Saifi y le dieron paracetamol caducado.

“Khalid me llamó en muy mal estado cuando escuchó lo de la muerte del padre de Natasha”, cuenta su esposa, Nargis Saifi.  “Está muy preocupado por su propia madre, quien tiene 80 años y repite todo el tiempo:  ‘Si alguien de mi familia muere, si mi madre muere, o tú mueres, entonces ya no voy a poder verte nunca más”.

El ministerio del interior no respondió a la solicitud de comentario.

Apoorvanand describió la situación de Narwal como una “muy desoladora”. Su madre murió cuando ella tenía tres años así es que su padre, un científico y activista político, crió a su hija y a su hijo, Akash, como padre soltero, en un hogar lleno de los valores progresistas que dieron forma a su vida.

Mahavir Narwal estaba, según Meera Sanghamitra, un activista de derechos humanos, “muy orgulloso” del activismo de Natasha, primero como cofundadora de Pinjra Tod, un colectivo que lucha por los derechos y la protección de las mujeres en los campus universitarios, y también de su participación en las manifestaciones pacíficas de mujeres que se oponían al CAA.

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“Su relación era tan hermosa, no sólo eran padre e hija, también eran aliadas”, dijo Sanghamitra.

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