Los apicultores se preparan para el siguiente round contra los ‘avispones asesinos’ de Canadá
Foto: Yasunori Koide

El año 2020 no es uno que los apicultores de Washington y de la provincia canadiense Columbia Británica olvidarán pronto. Desde la primavera, los expertos en ambos estados le temen a la Vespa mandarinia, avispones enormes cuyo apetito voraz por las abejas y su propagación sigilosa son una amenaza para el ecosistema vulnerable de la región

Mientras que la erradicación de un nido de avispones gigantes asiáticos en Washington en octubre fue un éxito, los oficiales en el norte en Canadá lidian con varios contratiempos en sus propios intentos por erradicar los avispones. 

Este verano, el apicultor jefe de Columbia Británica Dr Paul van Westendorp y su equipo desplegaron trampas de botella y transmisores con la esperanza de matar a los insectos invasores, o para llevar a los investigadores a los nidos subterráneos. Pero salieron con las manos vacías. 

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El problema es que, el avispón gigante asiático, a pesar de su tamaño, es muy difícil de localizar, debido a su tendencia de quedarse en zonas boscosas. A menos que un miembro del público vea uno por casualidad, hay poco que los oficiales pueden hacer para encontrarlos. 

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Foto: KENPEI/Wikicommon

“Es muy frustrante”, dice van Westendorp. “Porque son depredadores de élite, son pocos y están separados. No ayuda que muchas veces sus nidos sean subterráneos”. 

Aún así, todavía salen pistas. En noviembre, se avistaron dos avispones en la región, aunque sus ubicaciones sugieren que son de poblaciones diferentes. Recientemente, van Westendorp estaba en su laboratorio, con el espécimen vivo de una reina, capturada después de que la vio un miembro del público. 

“Apreté un poco su tórax, lo que no le gustó. Arqueó su abdomen y este gran aguijón salió. Las mandíbulas gigantes se movieron para tratar de morderme”, él dice, con una gran admiración por su enemiga. “En verdad fue algo hermoso”. 

Con la intención de mapear el campo de batalla, van Westendorp marcó todos los avistamientos del avispón en Columbia Británica, uno en 2019 y cinco en 2020, y encontró que ocupan un área de cerca de 350 kilómetros cuadrados. El rango de los avispones es de 7 kilómetros de sus nidos. 

“Al final, tenemos seis puntos, en un área muy grande, sin una razón aparente para estar asociados uno con el otro”, él dice. “Son puntos arbitrarios en un mapa, lo que hace imposible triangular en dónde podría estar alguno de estos nidos”. 

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Los oficiales de Columbia Británica saben que no tienen oportunidad de localizar los nidos por ahora. El invierno significa que las reinas dejan sus nidos y se esconden. Pocas sobrevivirán, pero las que lo hagan tendrán la oportunidad de crear sus propios nidos. 

Esto no es solo una preocupación para los apicultores del estado. El avispón gigante asiático es una amenaza para más que solo las abejas. La Vespa mandarinia es un depredador oportunista, lo que significa que también se alimenta de insectos locales como saltamontes y hasta de avispas, ninguno tiene defensas contra su aguijón, mandíbulas y veneno. 

“Están tan arriba en la cadena alimenticia que cazan a otros depredadores”, dice la entomóloga Alison McAfee. “Es difícil imaginar que no tendrán un gran impacto en el ecosistema si se establecen por completo”. 

Un rayo de esperanza para los entomólogos es que a los avispones y sus colonias les falta diversidad genética, una característica clave necesaria para sobrevivir en ambientes nuevos y a veces hostiles. 

“La falta de diversidad genética es un problema grande para una especie que se dispersa a nuevas regiones que no habían experimentado antes”, dice McAfee. “No está 100% claro de que estén aquí para quedarse”. 

Suficientes avistamientos, sin embargo, le indican a los investigadores que los avispones al menos establecieron alguna forma de punto de desembarque, en Columbia Británica y Washington. Van Westendorp ya planea su estrategia para el año y el siguiente. 

“Volveremos con más trampas”, él dice. “Y el próximo año también si es necesario. Podría ser una lucha larga”. 

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