Canadá se abre más a la llegada de migrantes y refugiados: estudio
Foto: Keith Johnston/Pixabay.com

Por Leyland Cecco/The Guardian

Toronto.- A pesar de la pandemia global de Covid-19 que ha destruido economías y atizado el nacionalismo en todo el mundo, los canadienses dicen estar cada vez más abiertos a recibir inmigrantes y refugiados.

Un nuevo estudio por parte de Environics Institute, compañía de encuestas, encontró que la actitud de los canadienses se ha vuelto más positiva, aún cuando hay millones de desempleados y el país se enfrenta a oscuras proyecciones económicas.

“Estas perspectivas no son ni una irregularidad ni resultado de la casualidad. Parece que están profundamente ancladas y ampliamente distribuidas”, dijo Andrew Parkin, director ejecutivo de Environics.

Desde 1976, la encuesta Focus Canada, administrada por Environics, ha muestreado a los canadienses para conocer sus opiniones al respecto del tema.

Los últimos resultados, publicados en octubre, demuestran por primera vez en la historia que es más probable que los canadienses rechacen la noción de que los migrantes no adoptan los valores del país.

Al mismo tiempo, la gran mayoría de canadienses todavía ven a los inmigrantes como un elemento crítico de la economía nacional y no creen que estén robando empleo a sus compatriotas.

Casi un tercio de los canadienses cree que muchos de los solicitantes de refugio no son “verdaderos refugiados”, esto es notablemente menor al 79% que lo afirmaba en 1987.

Los investigadores tenían curiosidad de saber si los recientes sucesos globales habían cambiado dramáticamente las opiniones, dijo Parkin.

“Al principio creíamos que tal vez Donald Trump frenaría la tendencia positiva. Pensamos que los canadienses observarían lo que está pasando en EU y retrocederían en ese sentido. Pero no pasó”, dijo.

El nacimiento del People ‘s Party of Canada, que se opone a la inmigración, en 2019 tampoco logró cambiar las opiniones.

Incluso la pandemia, por la que millones de canadienses están desempleados y a otros los ha dejado en situaciones financieras precarias, tampoco ha puesto a los residentes en contra de los recientes llegados.

“Si la política estadounidense, una crisis de salud o una económica no lograron detener la tendencia, probablemente nada lo hará”, dijo.

El cambio de actitud no se encuentra sólo en ciudades con poblaciones grandes y diversas como Toronto. Los encuestadores registraron una mayor apertura entre los residentes mayores, alineados con partidos políticos conversadores, y en regiones que se han enfrentado a la devastación económica.

Parkin señaló la región canadiense del Atlántico, comúnmente comparada con el rust belt de Estados Unidos o la región del norte de Inglaterra, todas ellas zonas rurales abandonadas por la industria, con residentes más viejos y más pobres.

“En otros países, esto se relaciona con menor apertura a la migración. Pero en el Atlántico canadiense, se han dado cuenta de que mientras más inmigrantes lleguen, más negocios abrirán sus puertas ahí”.

Es probable que una parte de esto se deba a la realidad geográfica de migrar a Canadá. “Durante años, esencialmente hemos tenido el lujo de poder elegir a nuestros migrantes, debido a dónde estamos ubicados”, dijo Parkin, haciendo énfasis en que Canadá ha priorizado el ingreso de inmigrantes previamente capacitados.

Al mismo tiempo, lo normal es que los inmigrantes y las minorías visibles se enfrenten a desafíos más grandes en la vida diaria en el país. Miembros de la comunidad asiática de Canadá reportan un gran aumento en casos de acoso después de la llegada del coronavirus, estas experiencias han sido corroboradas con información de Statistics Canada.

En los últimos meses, líderes a lo largo del país admitieron que el racismo sistémico significa una pesada, y en ocasiones visible, carga para las minorías.

Aunque los resultados de la encuesta sugieren la bienvenida a los extranjeros, Parkin admite que es difícil determinar las causas subyacentes.

Parece que la inestabilidad política y la xenofobia en EU son un factor clave. En lugar de que las opiniones racistas de Trump se filtren por la frontera, Parkin sospecha que han tenido el efecto contrario en Canadá. “En realidad parece que se reforzó nuestro sentido de diferencia”.

El mensaje unificador de la pandemia (que dice que todos estamos juntos en esto) puede haber contribuido a este cambio, junto con la creencia de que los migrantes ayudan a la economía.

“Cada vez es más común que las personas no lo vean como un problema, y sí lo consideren como una cuestión de identidad”, dijo. “Y lo común es que los canadienses se perciban como anfitriones para personas de todo el mundo”. 

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