‘Tío, ¿eres provida?’
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Es jefe de información en Imagen Noticias con Yuriria Sierra en Imagen Televisión. Ha colaborado en Nexos, Proyecto 40 y Dónde Ir.  IG y TW: @alanulisesniniz

‘Tío, ¿eres provida?’
Foto: Congreso de Veracruz/Facebook.

“Tío, ¿eres provida?”, me preguntó mi sobrina de 17 años a medio desayuno. Le respondí con la misma claridad con la que hizo su pregunta: no. Acto seguido, agregó que tampoco lo era y cambió el tema de inmediato. No sé si me hizo una prueba, aunque por su expresión, tras mi respuesta entendí que recibí una aprobación, un gesto que asegura espacio para la confianza. Luego de su visita me quedé pensando en si algo en mi casa daba ese mensaje, ¿que podía haber visto o qué habría dicho yo que la hizo pensar que estoy en contra del derecho a decidir de las mujeres? No, no tengo ningún cuadro religioso colgado en las paredes ni tampoco un disco de Kairo; pero me entusiasmo, mucho, la libertad con la que me lanzó su pregunta y la soltura con la que también dijo que no compartía esas ideas que cierran el paso y atentan contra su integridad. 

Hace una semana me encontraba bastante molesto, aquí lo escribí. La culpa fue de aquel post en Facebook que se hizo viral y que me costó varias “amistades”. Sin embargo, hoy el panorama luce distinto, estimulante: porque aquellos orgullosos de su entendimiento de lo que es “correcto” tienen asegurada su libertad para creer lo que se les antoje, pero también hoy existen más condiciones jurídicas que no solo protegen esa libertad suya, sino también obligan a la no criminalización de, por ejemplo, las mujeres que deciden sobre su cuerpo. 

La Suprema Corte declaró inconstitucional que el aborto sea considerado un delito, como se escribía en un artículo del Código Civil de Coahuila que ya quedó por completo invalidado. Dos días después, hizo lo mismo con un artículo en las leyes estatales en Sinaloa en donde se protegía a la vida desde el momento de la concepción. Esto es un precedente que obliga a las entidades a modificar sus leyes, a eliminar aquellas en las que el aborto generé consecuencias penales o en las que se entienda que la vida inicia desde el momento en que un óvulo se encuentra con un espermatozoide y le adjudique derechos con más peso, incluso, que los de la propia madre. En medio de esas decisiones, el Congreso de Morelos aprobó una iniciativa que permitirá que personas trans cambien los datos de sus documentos oficiales para que correspondan al género con el que se identifican.

Así que si tú compartes esa idea de “lo que debe ser”, que “las niñas son princesas y los niños príncipes”, que “rosa es para niñas y azul para niños”, y ondeas banderas de este último color, va una noticia: ninguna de estas resoluciones de la Corte te afecta. Tú seguirás con cancha libre para seguir pensando que es lo mejor para ti y tu familia, pero todas y todos quienes no habían podido hacerlo, porque la ley había sido redactada bajo ideas sumamente limitadas, hoy tienen asegurado, por lo menos en papel, el respeto a sus derechos, como el de decidir sobre su cuerpo y su identidad.

Esa es la tarea del Estado, es su obligación. Y eso es lo que quiero para adolescentes como mi sobrina. Aunque ella y toda su generación está lista y muy decidida a seguir con la deconstrucción que urge para reconocernos como una sociedad mucho más inclusiva. Después del coraje de hace una semana, qué entusiasmo escribir esto hoy. 

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