La evasión de comentarios incómodos en la cena familiar de fin de año
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

La evasión de comentarios incómodos en la cena familiar de fin de año
Foto: Pixabay

En las reuniones familiares por las fiestas de decembrinas suele haber todo tipo de preguntas incómodas: ¿por qué no te has casado?, ¿dónde está el novio o novia?, ¿eres homosexual?, ¿por qué no has tenido hijos? Los arquetipos y roles sociales en su máximo esplendor durante esta época, pero ¿cómo podemos enfrentar una situación así?

  • Comprensión y entendimiento. Parte del proceso para erradicar los roles y arquetipos de género de nuestra mente está también en comprender que hay personas que no están pasando por ese ciclo. Cuando somos consientes de la historia y contexto de quienes nos hacen estas preguntas incómodas nos puede auxiliar a ser más empáticos.

Puede ser que el tío, la tía, el primo o cualquier familiar tenga una única forma de ver la vida y esa les ha funcionado durante toda su vida. Al entender que hay personas que no están atravesando un proceso de reeducación o deconstrucción, nos auxilia darles un tratamiento especial. Aunque es importante siempre mantener un ambiente de respeto mutuo y no permitir agresiones a tu persona.

  • No tomarse nada personal. Con suficientes herramientas emocionales, estas pueden servir como impermeable a comentarios ortodoxos que tratan de mantener una moral rígida y desigual. ¿Los que piensan diferente a mí están mal y debo corregirlos? En nosotros está si entramos al juego o no. A veces este tipo de espacios no son los indicados para tratar de cambiar paradigmas, es un trabajo que inicia de manera personal, no obligada.
  • Asertividad. Las palabras son poderosas y pueden ser muestras mayores aliadas o quienes también nos hieren. La responsabilidad sobre ellas es grande, por ello hay que elegir las adecuadas y evitar impulsos viscerales.

Cuando comprendemos el contexto de quien nos pone en jaque con sus preguntas incómodas, podemos suponer por qué lo hace. Podemos exponer nuestro punto de vista y pedir respeto para ello, si es que así lo deseamos. También es válido no dar explicaciones sobre la vida privada, es una decisión individual y respetable.

Hay un momento convulso entre generaciones: paradigmas en pro de eliminar roles y estereotipos arcaicos contra una defensa por mantener los parámetros viejos y conocidos. Aprendamos a escuchar para que también nos escuchen.

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