Embajadores en bajada
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Nacho Lozano es periodista y autor. Ha sido reportero y presentador de noticias para radio, televisión e internet desde hace dos décadas; editor y columnista en diversos medios impresos nacionales e internacionales. Es presentador de Noticias Telemundo. Twitter: @nacholozano

Embajadores en bajada
AMLO propuso a Pedro Salmerón como embajador en Panamá, pero fue rechazado. Foto: Twitter @HistoriaPedro

A Pedro Salmerón ya lo había acusado de acoso sexual una alumna del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Despuesito lo renunciaron. Luego vinieron más señalamientos contra él, lo que no impidió que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo premiara con la promesa de una embajada en Panamá. Las víctimas que lo han acusado pegaron el grito en el cielo, las colectivas feministas se infartaron. Todas con justa razón. Era un impresentable aspirando a representarnos en tierras panameñas.

Hasta que le preguntaron a la ministra de Relaciones Exteriores de ese país qué sabía, qué podría chismearnos, acerca de Salmerón y su futuro diplomático. La canciller Erika Mouynes dijo entonces:

“La cancillería panameña ya manifestó su posición a la cancillería mexicana por los canales diplomáticos que corresponden”.

El reportero le volvió a preguntar si eso era un sí o un no a Salmerón. Y la canciller dijo:

“La cancillería panameña ya manifestó su posición a la cancillería mexicana por los canales diplomáticos que corresponden”.

Poco faltó para que la panameña ordenara a los colegas dos planas escritas en sus libretas con la frase: “La cancillería panameña ya manifestó su posición a la cancillería mexicana por los canales diplomáticos que corresponden”. A muchos esa respuesta nos pareció un clarísimo fuchi a Salmerón. Pero el silencio vino. Callada Relaciones Exteriores de México y no dijo ni Pío López Obrador, no, perdón: y López Obrador no dijo ni pío.

El presidente había minimizado la fama pública de Salmerón (que se creyó) bombón. Es el presidente: “Tienen ellas”, las mujeres, “que presentar las denuncias y acudir al Ministerio Público”, porque en México no se acusa sin pruebas, ¡faltaba más! ¿Qué se creen esas mujeres? ¿Presidente de México para andar acusando en sus conferencias lo que se les venga en gana? ¿Eh? ¿Eh? ¡Pues no, señoras! ¡Presenten pruebas contra Salmeroncito!, “y con toda la proyección señalar lo que sufrieron, padecieron y la autoridad competente tienen que resolver, pero no juicios sumarios”, ni que fueran la Santa Inquisición Mañanera.

Carmen Aristegui entrevistó a Jorge Eduardo Ritter, excanciller panameño y quien sabe de estas cosas: “En el campo diplomático, basta que el país no conteste la solicitud por 30 días”, que fue lo que pasó, “y se entiende negado, es muy poco frecuente que los países digan abiertamente ‘no puede venir’, salvo que se consulte informalmente y el gobierno responda también informalmente”, esos detalles tal vez nunca los conozcamos.

Así que esta semana, el presidente cambió de planes:

Nos mandó una carta Pedro”, Pedrito, su Pedrito. No el protagonista de la telenovela Pedro y el lobo, ¿o era cuento? Ni Pedrito Fernández, el de la mochila azul. Sino Pedro, su Pedro, “Pedro de manera muy sensata. Vamos a buscar la forma de usar los conocimientos en otros campos”, ¿los de presunto acosador?, “me gustaría mucho que nos ayudará en archivos, dejar protegidos los archivos del Archivo agrario”, suena divertidísima esa chamba, “me gustaría que fuera mi asesor para hacer en Presidencia una historia sobre los fraudes electorales“, órale. Nomás que no abuse, digo yo.

Y el presidente anunció algo que fue bien recibido, porque me parece la mejor solución en esta crisis: “Vamos a presentar una propuesta, a ver si la acepta el gobierno de Panamá”, uy, ese tonito a ver si no complica todo, “No creo que haya sido el presidente de Panamá, yo creo que eso tiene que ver más con la canciller“, ¿pero no está enojado, presidente?

“Vamos a proponer como embajadora para Panamá a la senadora suplente Jesusa Rodríguez“, y sonaron los aplausos en mi cabeza.

Para ser franco: Jesusa Rodríguez fue la mejor carta que el presidente pudo jugar. Ora nomás falta que la admirable actriz, activista y senadora suplente exprese su beneplácito, ¿no? Capaz que ni le preguntaron y por la mañanera se enteró.

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