La primera grieta
Alioli

Es periodista y analista de datos. Ha colaborado en medios como Reforma, Chilango y Tec Review. Fue coautor del libro Ayotzinapa, la travesía de las tortugas, publicado por la editorial Proceso. También es hincha incondicional de los Leones Negros. Twitter: @ridderstrom

La primera grieta
Ferran Reverter. Foto: fcbarcelona.es

Tres días después de la notable victoria por 4-2 del Barcelona sobre el Atlético de Madrid en el Camp Nou, el proyecto del presidente Joan Laporta sufrió su primer revés. Ferran Reverter, CEO de la entidad, dimitió a su puesto, alargando así la lista de problemas que han lastrado al club. La nueva junta directiva, que hasta ahora parecía sólida, mostró las primeras señales de desgaste gracias a los problemas heredados y la necesidad de resolverlos con la mayor premura posible.

El comunicado oficial hablaba de temas personales y familiares, pero fuentes cercanas al club aseguran que la dimisión de Reverter se dio debido a su desacuerdo con las negociaciones entre el FC Barcelona y el servicio de música por streaming Spotify. La compañía sueca está ávida de involucrarse en el planeta futbol (Daniel Ek, su CEO, ya intentó comprar al Arsenal inglés el verano pasado, sin éxito) y lo hará de manera contundente, con un acuerdo que ronda los 290 millones de euros repartidos en tres años.

Esa nueva inyección de capital dará un respiro al club, aunque la afición está preocupada por la parte del acuerdo que le permite a la compañía sueca adherir su nombre al estadio blaugrana. Se especulaba con que sería Spotify Camp Nou, pero de acuerdo con los estatutos que los socios votaron en 2014 durante el primer referendo sobre el nuevo Spai Barça, quien se haga con los title rights del estadio le dará un apellido, siendo así Camp Nou Spotify.

Reverter conoce bien el mundo digital y sus alcances, ya que antes de llegar al FC Barcelona fue CEO de MediaMarktSaturn, compañía alemana líder en la venta de electrónicos por internet, que también cuenta con mil tiendas físicas repartidas por Europa. Tenía el suficiente criterio para desestimar un acuerdo con Spotify y su opinión, está claro, no pesó en las negociaciones.

A pesar de la importancia del pacto entre un club tan social como el Barcelona y una marca tan potente en el ámbito digital, hay algunos matices que lo ensombrecen. Hace poco, Spotify sufrió una caída de 2 mil millones en la bolsa debido a la pérdida de usuarios que le exigieron combatir la desinformación sobre la Covid y las vacunas (en el caso específico del podcast de Joe Rogan, el más escuchado de la plataforma). La compañía dijo que pondría mensajes preventivos en ese tipo de contenido y se mostró reacia a censurar a cualquier artista que albergue en su plataforma. Los usuarios consideraron que las medidas fueron muy laxas, dada la profundidad del problema.

Laporta estuvo allí cuando la camiseta, por convicción del club, aún no llevaba un patrocinador. Lo estuvo también cuando el equipo, en su etapa más gloriosa, llevó el logo de Unicef en el pecho. Y se marchó poco antes de que se sellara el controvertido acuerdo con Qatar Foundation. El tiempo cambió y ahora el club está más necesitado que nunca. Con la partida de un hombre de peso específico y el pacto con una marca controvertida, Laporta deja claro que su intención es sanear las cuentas, aunque eso involucre ir en contra de los valores de la institución.

Bienvenidos solo aquellos que estén dispuestos a remar en la misma dirección.

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