Con la 4T vamos hacia un Estado fallido
En contraste

Es senadora de la República, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos y vicecoordinadora del Grupo Parlamentario de Acción Nacional; es la primera mujer que ocupa ese cargo.

X: @kenialopezr

Con la 4T vamos hacia un Estado fallido
Foto: Especial

Uno de los temas sin resolver de la administración de Morena es, sin duda, el tema de la inseguridad. Evidentemente la estrategia federal de “abrazos y no balazos” no funciona, las estrategias locales están superadas ante la ausencia federal y los municipios no tienen las herramientas para hacerle frente.

Según datos de la organización Causa en Común, en estos tres años de gobierno ha habido casi mil masacres en todo el país, sin embargo, el 5 de julio del año pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que en México ya no había masacres y que se estaban atendiendo las causas de la violencia. Incluso esta semana afirmó que se ha avanzado mucho en la seguridad de los mexicanos.

Lamentablemente es una más de sus mentiras, ya que este fin de semana se hizo público un video donde se observa a un comando armado llegar a un velorio en Michoacán y, como si se tratara de un fusilamiento, presuntamente acribillaron a 17 personas en la comunidad de San José de Gracia.

El lunes, el presidente dijo que “no han encontrado cuerpos, sí hay evidencias de que hubo un enfrentamiento, hay casquillos, unos restos, pero no los cuerpos”. Después, el fiscal de Michoacán afirmó que no se han encontrado los cuerpos y que la escena del crimen había sido limpiada. ¿De qué sirve entonces que todos los días se reúnan a las 6 de la mañana si al final no son capaces de saber lo que pasa en el país ni atender la violencia incontrolable?

Lo que está pasando en México demuestra que vamos hacia un Estado fallido. ¿Y qué es un Estado fallido? Es la incapacidad de las instituciones de proveer bienestar a la población. Y claramente en México las instituciones no están funcionando.

El gobierno está cediendo sus atribuciones a la delincuencia organizada. Por ejemplo, así como el gobierno cobra impuestos, la delincuencia cobra derecho de piso. Así como el gobierno empadrona a los jóvenes en programas sociales, la delincuencia los recluta. El monopolio del uso de la fuerza en cualquier país lo tiene la policía para detener a los delincuentes, pero en México lamentablemente lo tiene la delincuencia organizada.

En comparación con el primer trienio del presidente Enrique Peña Nieto, que sumaron 52 mil muertes, o el primer trienio del presidente Felipe Calderón, que llegó a 40 mil muertos, la administración de López Obrador es sin duda la más violenta: se han contabilizado más de 105 mil asesinatos y más de 27 mil personas desaparecidas. Estamos ante los tiempos más violentos en la historia moderna de nuestro país.

Es necesario que se cambie la estrategia de seguridad, que se asignen mayores recursos a las entidades federativas y a los municipios en el rubro de seguridad, que se fortalezca la capacitación de los cuerpos policiales y que exista una coordinación entre los estados y los municipios.

Urge que el presidente de la República atienda y entienda la violencia que invaden las calles de nuestro país. No debe ser complaciente con el crimen organizado, ni permitir que maten a los mexicanos.

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