¿Trabajar o cuidar a los hijos? 

Ingrid Chávez: Estudió Comunicación en la UNAM. Actualmente es investigadora en Sociedad Incluyente del IMCO donde analiza temas de género y la mujer en la economía. Previo a su ingreso, colaboró en el periódico Milenio.

Edith Hinojosa: Es licenciada en Sociología y Derecho por la UNAM. Actualmente es investigadora en Justicia y Seguridad del IMCO y voluntaria en la Clínica de Acción Legal de la UNAM. Fue servidora pública en el gobierno local.

¿Trabajar o cuidar a los hijos? 
Foto: William Fortunato/Pexels

En pleno siglo XXI existen mujeres en México que quieren acceder a un empleo remunerado, pero por distintas barreras no lo logran. En parte se debe al poco apoyo gubernamental para mujeres que tienen hijos a su cuidado en edad escolar.

¿Qué ocurre cuando una mujer no tiene un lugar seguro y accesible que cuide de sus hijos mientras ella trabaja? Muy probablemente decidirá salir del mercado laboral u optar por trabajos más flexibles aunque peor pagados. En el podcast de La-Lista y el Imco puede escucharse uno de tantos testimonios que existen en México con esta situación.

Antes de 2022, las madres trabajadoras de bajos recursos tenían la opción de llevar a sus hijos a Escuelas de Tiempo Completo (ETC), donde los infantes recibían desayuno y comida en el centro escolar y cuidados de 8:00 a 16:00 horas. Con este programa se beneficiaba a 3.6 millones de estudiantes.

Las ETC tenían como objetivo contribuir a mejorar el rendimiento de los alumnos de las escuelas públicas de educación básica mediante la ampliación del horario escolar. Es decir, no solo significaba una oportunidad para mejorar los aprendizajes de los alumnos, sino también les permitía a las madres y padres de familia dedicar tiempo al trabajo, pues la extensión del horario se compaginaba con una jornada laboral.

En 2021 desapareció del Presupuesto de Egresos de la Federación el Programa de Escuelas de Tiempo Completo, pues en el rubro destinado a una mejor calidad de vida de los estudiantes denominado “Erogaciones para el desarrollo de los jóvenes” ya no se hace alusión al programa ETC aún cuando existió un incremento de 20 mil millones de pesos de 2020 a 2021 designado a la educación. No obstante, la desaparición de las ETC no fue reconocida por la Secretaría de Educación Pública (SEP) sino hasta el 28 de febrero de este año a través del Diario Oficial de la Federación.

Llama la atención la desaparición de las ETC porque los beneficios palpables eran mucho mayores a las nuevas circunstancias derivadas de la pandemia que deja a las madres y a los niños con un mayor rezago educativo y económico.

El impacto es evidente: los alumnos podían mejorar sus habilidades y aprendizajes al complementar su educación con materias extracurriculares. Si se considera que 47% de las mujeres en México que tiene hijos no trabaja, según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad, las ETC podían ser una opción para que las mujeres que quisieran trabajar lo pudieran hacer sin que el cuidado de los hijos fuera una barrera para tomar esta decisión.

El programa ETC debe retomarse por la cantidad de beneficios probados, pues de acuerdo con una evaluación hecha en 2018 por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, este programa disminuye el rezago educativo y mejora los resultados en los aprendizajes logrado por los alumnos. Además, puede impactar en las madres de familia pues facilita su integración y presencia en el mercado laboral. Si México quiere avanzar hacia una mayor competitividad e igualdad laboral, se requiere voluntad política para revertir esta decisión y contar con una red de cuidados que apoye a madres de niños en edad escolar de bajos recursos.

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