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Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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La sede de la SCJN. Foto: SCJN/Facebook.

Se va un sexenio que nos debe mover a reflexión y deja preguntas pendientes de responder. ¿En México falló la democracia? ¿Hemos sido capaces de pervertir un sistema que considerábamos justo? Y aunque cada quien podrá poner a salvo su conciencia con el sentido de su voto, si este no se ubicó en la mayoría, es necesario ir más allá para revisar a profundidad los efectos devastadores de la decisión de quienes consideraron aceptable otorgar más poder al tirano.

Irónicamente el 15 de septiembre se celebró en el mundo el Día Internacional de la Democracia, ese mismo domingo en nuestro país se promulgó la reforma que eliminó los contrapesos constitucionales ante el poder absoluto. Un día que tristemente nos arrebató hasta el tradicional sentido de festejo.

Según el informe del Economist Democracy Index 2024 elaborado por el semanario inglés The Economist, los países más democráticos del mundo son Noruega, Nueva Zelanda, Islandia, Suecia y Finlandia. Este análisis sitúa a México como un régimen híbrido junto con Perú, Bolivia y Ecuador, muy cerca de los que ya se consideran formalmente autoritarios como Venezuela, Cuba y Nicaragua. La fecha de levantamiento de esta medición global fue anterior a la reforma al Poder Judicial, al actualizarse el año próximo ya se habrán contemplado también la regresión que implica la militarización formal de la Guardia Nacional y los cambios que extinguirán órganos autónomos como el INAI y el Ifetel.

En este contexto la Declaración Universal sobre la Democracia que data de 1997 nos recuerda la definición de este concepto como  “un derecho fundamental de la ciudadanía, que debe ejercerse en condiciones de libertad, igualdad, transparencia y responsabilidad, con el debido respeto a la pluralidad de opiniones, en interés de la comunidad”.

Estos postulados dan por sentado que en democracia, nadie está por encima de la ley a través de un Estado de derecho. En los meses y años por venir un ejemplo claro del desmantelamiento institucional será México. Ningún discurso demagógico de toma de posesión podrá maquillar el rumbo al que nos dirigimos ante los ojos de la comunidad internacional y nuestros principales socios comerciales que ya han documentado violaciones a los compromisos adquiridos en diversos instrumentos como el T-MEC. Y del sainete con España, ya mejor ni hablemos porque populismo mata neurona y además avergüenza.

Estamos a 4 días de lo que habríamos planteado como una oportunidad para hacer las cosas mejor y corregir el rumbo, sin embargo Claudia Sheinbaum se ha empeñado en mandar señales adversas que evidencian una sumisión nítida con su antecesor a partir del arranque de su mandato, además ha prometido cuidar su legado, como si esto fuera motivo de orgullo en plena decadencia democrática.

Jurará respetar la Constitución y las leyes que de ella emanan, un ofrecimiento solemne pisoteado impunemente durante los últimos 6 años. Los mismos rabiosos personajes que pedían pluralidad y respeto a la legalidad en condición de opositores, ahora desde el poder destruyen los peldaños institucionales que los llevaron hasta ahí. Intentan pervertir el sentido republicano de nuestra Constitución y para consolidar este plan eliminan al Poder Judicial autónomo, que pese a sus insuficiencias se mantiene independiente, pero con los días contados. 

Sus parámetros no son Noruega o Suecia, sino Bolivia y Venezuela para anular contrapesos. Hemos pagado costos muy elevados para progresar en la democracia, dimos pasos ante la progresividad de los derechos fundamentales que parecían definitivos.

Una elección de Estado, la violación sistemática a la reglas de competencia, el uso de dinero público para sostener respaldo social mayoritario entre los más vulnerables a través de dádivas, un Instituto Nacional Electoral infiltrado impunemente por el Ejecutivo y una penetrante narrativa mentirosa que no pudo ser superada por la oposición vulnerada por las traiciones, ha dado como resultado el cambio sexenal con mayor incertidumbre en la historia moderna de México. Los parches colocados por su aplanadora legislativa a nuestra Carta Magna están a punto de ser irreversibles.

Algunos siguen instalados en la sorpresa e incredulidad ante tantos episodios de abuso desde el presidencialismo más destructivo que se recuerde. Volvimos a tropezar con la misma piedra, entonces ¿falló la democracia? La mayoría parece haber normalizado el preludio de la dictadura, el problema es que el disenso ha sido avasallado, los episodios de dignidad de una sociedad consciente con juzgadores agredidos y estudiantes solidarios han sido difuminados por el discurso  del engaño. El poder está en manos de las peores personas; los impreparados, abusivos, desleales y los corruptos con piel de oveja que no engañan a ninguna persona con capacidad básica de análisis.

La versión tropicalizada de la democracia mexicana, falló. Sí, falló.

En medio de diversas suspensiones dictadas por jueces federales ante múltiples atropellos se librará la última batalla dentro de una Suprema Corte de Justicia calumniada y desgastada por dentro con serviles togas que aún son minoría en esta crisis que parece terminal.

La importancia de los proyectos de consulta y sus efectos en la corte

Ya con la primera presidenta sentada en los controles del país, el próximo 3 de octubre, el pleno de la Corte analizará y votará los proyectos sobre las consultas realizadas a los ministros Juan Luis González Alcántara Carrancá y Yasmín Esquivel. Bajo visiones antagónicas se trata de establecer si es posible o no revisar la reforma judicial.

Ya sabemos cómo vienen las propuestas, con Esquivel no hay ninguna sorpresa, ya que sólo dedica sus esfuerzos a cumplir a ciegas los deseos del que se va en 4 días, en consecuencia respalda el atropello aprobado en el Congreso a pesar de sus evidentes violaciones procesales y fondo inconstitucional.

La esperanza depende del estudio de González Alcántara Carrancá basado en la posibilidad de abrir una controversia prevista en la fracción XVII del artículo 11 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que les mencioné la semana pasada en esta columna en el cual se determina que la Corte “velará en todo momento por la autonomía de los órganos del Poder Judicial de la Federación y por la independencia de sus integrantes”.

Para el ministro este precepto es la vía idónea para analizar la materia de la consulta con el fin de establecer si la reforma publicada el 15 de septiembre es compatible o no con los principios de la división de Poderes. Bastará que 6 ministros, entre ellos el ponente, voten en el mismo sentido el próximo jueves para abrir este frente jurídico, lo que les puedo adelantar es un hecho.

El Tribunal Constitucional asumirá sus facultades para dirimir este episodio final. Lo que procede una vez admitida la vía de estudio del fondo será que el histórico asunto sea turnado a otro ministro para que elabore un proyecto de resolución que podría derivar en la revisión terminal de la tristemente célebre reforma judicial. En esta decisión le va la vida a la Suprema Corte que preside Norma Piña. La posibilidad de revertir el golpe a la división de Poderes sigue viva a través de este camino que será aprobado la próxima semana.

P.D. No tengo ninguna duda que Andrés Manuel López Obrador seguirá mandando, tampoco dudo que será recordado como el peor Presidente que ha tenido México, un auténtico traidor a la Constitución.

Edictos  

Todo parece indicar que la ministra Norma Piña no fue invitada a la ceremonia de toma de posesión de Claudia Sheinbaum. Nadie asiste a donde no es requerido, por primera vez el presidente (a) en turno de la Corte, con la representación del Poder Judicial de la Federación no estará presente en la que se consideraba una ceremonia de Estado. Un despropósito tratándose de 2 mujeres. En la sesión solemne veremos en San Lázaro a Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Lenia Batres, probablemente algunos más que hayan recibido invitación. Lo que es un hecho es que no asistirán todos los integrantes del pleno de esta Corte tan incómoda para el “Nerón de Macuspana” que entregará un país de regresiones y una banda presidencial cargada de fobias patológicas.

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