No hay mal que dure tres sexenios, excepto en México
#LaCasadelosEspejos

Periodista. Editor de Política en La-Lista.

No hay mal que dure tres sexenios, excepto en México
Foto: AFP

Mayo 2017, mucho antes de comenzar el actual sexenio. Con miras a ser candidato a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador se nota incómodo con la insistencia del conductor que le pregunta cómo va a combatir a los ladrones de huachicol, pero suelta frases como estas:

“Vamos a convocar a los mexicanos a un acuerdo, por la honestidad, esto va a cambiar, si el presidente es honesto, los gobernadores van a ser honestos, los presidentes municipales y todo el pueblo”.

“Llevemos a cabo entre todos un plan para lograr el renacimiento de nuestro país a partir de la honestidad y voy a dar el ejemplo. Vamos a erradicar la corrupción”.

“Lo vamos a resolver pero no con el uso de la fuerza”.

Además, se da el tiempo de recomendarle al presidente Enrique Peña Nieto que se levante más temprano porque “la suerte se reparte temprano”.

Junio 2022. La violencia no cede. El predicar con el ejemplo no sirvió para absolutamente nada. Y levantarse temprano a una reunión de seguridad todos los días no parece dar un resultado tangible.

En la semana, el gobierno federal tuvo la osadía de presentar una gráfica para mostrar una tendencia descendiente tomando en cuenta el último mes del sexenio de Peña Nieto.

Lo cierto es que este mal ya cumple tres sexenios y ya no hay quien ofrezca solución.

Si uno mira tan solo este año, no hay tal baja: comenzamos enero con 2 mil 400 asesinatos. En marzo y abril fueron más de cinco mil. Y mayo, el mes más violento, con 2 mil 800 asesinatos.

En la gráfica que presentó el gobierno este año aparece la suma de 10 mil 800 homicidios dolosos, pero ya van más de 12 mil.

Donde sí hay una notable estabilidad es en la Ciudad de México, que hasta mayo registra 304 crímenes. El año pasado, en el mismo periodo, se cometieron 457 y cerró con mil 5 víctimas, algo que parece lejano en este.

Para que se dé una idea: Aguascalientes, uno de los estados más pacíficos, tiene 101 asesinatos en cinco meses, cuando su población es infinitamente menor a la de la capital del país.

Fuera de ahí no hay más que presumir. Pero hay que decirlo: el ex presidente Felipe Calderón no tiene alguna autoridad para opinar del tema, cuando en su sexenio se desató la violencia.

El próximo presidente o presidenta debe poner como prioridad este tema tan sentido, incluso por encima de la economía. Este país no merece cuatro sexenios adoleciendo de lo mismo.

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