¿Por qué la tardanza? Estos países esperan a ver qué pasa con las vacunas de Covid-19
Scott Morrison, el primer ministro de Australia, no tiene prisa para vacunar a la población contra Covid-19. Foto: Mike Bowers/The Guardian

Esas son las naciones que son ejemplos brillantes del manejo del coronavirus. En Australia, Nueva Zelanda y Taiwán, las infecciones diarias de Covid están en las cifras de un solo dígito y los brotes se suprimen rápidamente. 

Pero hay una área en la que estas naciones están muy detrás de la manada en la vacunación. Los países con algunos de los sistemas de salud más envidiables del mundo, incluyendo a Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur, comenzarán a inocular hasta finales de febrero o después. 

La tardanza es deliberada. Los millones que ya están vacunados contra Covid-19 le darán información valiosa a esos países que, por varias razones, deciden esperar por más información sobre la vacuna, su eficacia y efectos secundarios antes de administrarla a poblaciones vulnerables y el público. 

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El ministro de salud de Australia, Greg Hunt, dijo el jueves que Australia estaba orgullosa de formar parte de este grupo de “los países más exitosos en lidiar con” el Covid-19, y que no se presionará para comenzar con la vacunación. 

‘Muchas verificaciones y reevaluaciones’

Un impulsor significativo del despliegue en algunos países es la severidad de las situaciones. EU registró un récord de 3,900 muertes por coronavirus el miércoles, con cifras que aumentan en casi todos los estados. El jueves el número de muertes en el Reino Unido subió 1,162, su segundo aumento más grande desde que la pandemia comenzó. La urgencia para la vacuna es esos países es palpable, con hospitales y morgues que batallan para manejar el número de decesos, y trabajadores de la salud agotados desde hace meses. 

A comparación, la mayoría de los estados y territorios australianos llevan meses son casos locales del virus, mientras que Nueva Zelanda lleva sin transmisión comunitaria desde el 18 de noviembre. 

Jennifer Martin es una doctora en Australia y también es miembro del comité asesor de farmacología y terapéuticos de Pharmac, los únicos compradores de farmaceúticos en Nueva Zelanda. Ella dijo que la gente le suele preguntar sobre el ritmo de la distribución. 

“La razón del prolongado proceso de aprobación en Australia y Nueva Zelanda es porque hay muchas verificaciones y examinaciones de las estadísticas, porque si hacemos un error, será un error a gran escala para el momento en el que el fármaco se distribuya entre una población grande”, dijo Martin. 

“No es poco común que el regulador mire los datos y diga, ‘Bueno, parece bien en términos de cómo funciona en gente europea, pero estamos preocupados cómo podría afectar a indígenas, y parece que la población asiática responde diferente’. Australia y Nueva Zelanda dicen: ‘¿Por qué pondrías a más gente en riesgo porque si esperas un poco más, podrías tener más información?’”, dijo Martin.

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Los reguladores aprenden de aquellos que ya fueron vacunados. El miércoles, los Centros para Control y Prevención de Enfermedades de EU publicaron datos sobre las reacciones alérgicas a la vacuna Pfizer/BioNTech de ARNm que se vieron en EU entre el 14 y 23 de diciembre. 

Esa información será útil para países como Corea del Sur, que ordenó suficientes vacunas para inocular a todos sus 52 millones de habitantes, pero retrasa la vacunación masiva mientras observa los posibles efectos secundarios en otros lados. Mientras tanto, el ministerio de salud dijo que los reguladores esperan para “tomar en cuenta las evaluaciones de reguladores confiables, como en Australia, el Reino Unido, Europa, Canadá y EUA”. 

‘Ellos nos ayudan’

Un experto en enfermedades infecciosas y vacunas de la Universidad de Sídney, el Profesor Robert Booy, dijo que la vacuna Pfizer/BioNTech de ARNm, que es la primera en muchos países, tiene “cinco ventajas increíbles” sobre otros tipos de vacunas. 

“Las vacunas de ARNm se pueden desarrollar rápidamente, son baratas, son efectivas, parecen seguras, y pueden ajustarlas con un antígeno ligeramente diferente si el virus cambia sus manchas”, dijo. “Pero la gran preocupación es que nunca antes hemos usado este tipo de vacuna, así que tendremos que esforzarnos para vigilar que se tolere bien”. 

Booy dice que siempre hay un país que tiene que ser el primero en introducir algún fármaco o dispositivo médico, y que no se han saltado pasos, como llevar a cabo la tercera etapa en los ensayos clínicos. Esto significa que es muy probable que las vacunas sean seguras, dijo, pero que algunos países, forzados a elegir entre muertes exponenciales y sistemas de salud sobresaturados, o introducir una vacuna antes de tener tiempo para analizar los resultados completos, tomaron la decisión lógica de administrar la vacuna, comenzando con las poblaciones vulnerables. 

Hasta Japón, que el jueves reportó un récord de 2,447 casos nuevos y declaró un estado de emergencia en Tokio, no apresura el despliegue. Los medios japoneses reportan que las vacunaciones no comenzarán sino hasta finales de febrero, con las primeras 10,000 que serán para trabajadores de salud de la primera línea. Los mayores de 65, trabajadores de asilos y personas con condiciones de salud crónicas seguirán en marzo. 

Hay una necesidad particular de construir confianza pública en la vacuna para Covid-19 en Japón. Mientras que Japón no tiene un movimiento antivacunas comparable con el del Reino Unido y EU, hay un nivel relativamente alto de duda de las vacunas. 

Hay otros beneficios para los países que se mueven despacio con la vacunación. Las autoridades de salud tendrán más tiempo para resolver la logística del transporte de las vacunas, algunas requieren cadena de frío, entre los vastos paisajes como desiertos, bosques y sierras. Se puede establecer tecnología para rastrear dosis a lo largo de la cadena de suministro y monitorear el desperdicio. Hay más tiempo para entrenar al personal para administrar la vacuna y preparar campañas de salud y educación para asegurar la confianza pública. 

Martin dice que los que viven en esos países que esperan más información para aprobar y distribuir la vacuna deberían estar agradecidos con aquellos que la reciben en lugares como China, EU y el Reino Unido. 

“Ellos nos ayudan a obtener datos, de la misma manera que cualquier paciente en un ensayo clínico, y eso va a beneficiar a todos”, ella dijo. “Pero al final del día, cuando hablo con mis colegas en esos lugares como el Reino Unido, ellos dicen que están tan desesperados por la vacuna que se la pondrían en el ojo si tuvieran que hacerlo. 

“Están tan estresados, están en la primera línea, están preocupados por contagiarse y contagiar. Así que están agradecidos de estar entre los primeros”. 

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