La-Lista de 5 lecciones internacionales para agilizar la vacunación
Foto: NEIL HALL/EFE/EPA.

Era la gran frase del 24 de diciembre: México será el primer país de América Latina en iniciar su programa para vacunar a su población contra el Covid-19. Pero el peso de esa sentencia caducó en días. 

Al 7 de febrero, Argentina, el tercer país de la región con más en inmunizaciones diarias en promedio de la región, casi cuadruplica el ritmo diario promedio de inoculaciones de México, de 5,321. Antes está Chile, que empezó a vacunar el mismo día que México, con 74,537, y el pionero, Brasil, con 235,424 en promedio diario.

Si analizamos las dosis por 100 habitantes, solo Ecuador, que empezó a finales de enero a distribuir vacunas, y México no llegan a un dígito en la región, con 0.54 dosis en el país. Chile lidera el ranking, con 3.08 dosis por 100 habitantes.

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Es decir, México va lento en vacunar. El zar anti Covid del Gobierno de México, Hugo López-Gatell, lo atribuye a la falta de materia prima: vacunas. 

Pfizer no pudo completar su programa de entregas el 25 de enero y el 2 y el 9 de febrero alegando una suspensión de su producción para remodelar sus plantas para multiplicar por cuatro su capacidad de producción. Hasta el próximo lunes 15 de febrero no reanudará la entrega de dosis en México. 

López-Gatell también explica que “algunos países han hecho compras importantes de vacuna y también algunas regiones del mundo han tomado decisiones de administrar o restringir o modificar la capacidad de las empresas de exportar el producto”, en relación a las medidas para restringir la exportación de viales tomadas por la Unión Europea. 

Por otro lado, ya empezaron a llegar a México los cargamentos de la sustancia de la vacuna de AstraZeneca, que se envasará en el país, y también lo hará la de CanSino, pendiente de ser autorizada por la Cofepris (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios).

Pero una vez haya disponibilidad de dosis, ¿qué? El secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, aseguró que México tiene capacidad para administrar diez millones de vacunas al mes, unos 2.3 millones de dosis semanales.

Hasta la fecha, la máxima que se ha demostrado son 400 mil vacunas en una semana, entre el 11 y 17 de enero. Pero si se quiere llegar a la meta de vacunar a 44.4 millones de ciudadanos para junio de 2021, el gobierno debería administrar cada día unas 606 mil vacunas desde ya (eso, considerando que son las que requieren dos dosis, como la de Pfizer).

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El gobierno ya está captando voluntarios para el llamado “Operativo Correcaminos”, que consiste en formar brigadas de médicos, militares y voluntarios que se distribuirán por toda la República para vacunar a los adultos mayores de 60 años y al personal del sector salud que no está en primera línea de atención al Covid-19 (los que sí, ya se están vacunando).

Además, habilitó a los gobiernos de las entidades federativas y a la iniciativa privada para que también pudieran comprar vacunas. 

Pero la experiencia de países que lideran la cursa contra el virus ha dejado otras lecciones, que aquí se resumen en una lista de 5 acciones concretas que agilizaron la inoculación de sus poblaciones.

1. Centros de vacunación en potencia

En Brasil, a falta del famoso Carnaval de Río de Janeiro, el gobierno local habilitó este sábado el Sambódromo de la capital para que adultos mayores pudieran acudir a vacunarse sin bajarse del coche. El país lleva un ritmo de 1.54 dosis por 100 habitantes, una más que México, con 0.54 dosis, el segundo país más lento de la región, después de Ecuador.

En Reino Unido, las catedrales de Sailsbury, Lichfield y Blackburn también se habilitaron como centros de vacunación; a 7 de febrero, llegan a los 17.93 dosis por 100 habitantes, los cuartos a nivel mundial. 

En Estados Unidos, el gobierno de Washington DC tiene convenios con organizaciones sin fines de lucro, como Bread for the City, y farmacias de cadenas de supermercados, como Giant, para distribuir vacunas. EU es el quinto país con mayor índice de inoculaciones, con 12.34.

Escenas similares a las que vimos hace casi un año, cuando firmas como Ralph Lauren habilitaron sus factorías para la fabricación de los entonces escasos cubrebocas. 

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06/02/21. Trabajadores de la salud aplican dosis de la vacuna Sinovac en un centro de vacunación instalado en la “Pasarela de Samba”, en Río de Janeiro, Brasil. El sambódromo se ha convertido en un centro de vacunación parte de un programa prioritario contra la covid-19. Foto: Antonio Lacerda/EFE.

2. Agilizar la movilidad de los frascos

El gobierno de Israel compartió las lecciones aprendidas en su campaña de vacunación y, entre otras, estaba la correcta preparación de la cadena de suministro de las dosis.

Para amortiguar los impactos que recibía el biológico, que podían alterar la solución de la vacuna de Pfizer, el gobierno optó por reempaquetar los viales en las famosas cajas de pizza, cada una con cien dosis. 

Esta solución, a su vez, les facilitaba moverlas a cualquiera de los 350 puntos de vacunación  del país, de acuerdo con el plan semanal que diseñaba el gobierno. 

3. No permitir la caducidad de ninguna dosis

En Estados Unidos, en los supermercados Giant permiten que ciudadanos que por edad o profesión aún no les toque vacunarse, reciban una inyección si al final de cada jornada sobran dosis que pueden desperdiciarse. 

Lo mismo sucede en Israel, donde los ciudadanos se organizaron en grupos de Whatsapp y Facebook para compartir información acerca de los centros donde se pueden encontrar vacunas sobrantes.

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Supermercado Giant, en Washington DC, con ciudadanos formados esperando vacunas sobrantes. Foto: Anna Portella/La-Lista.

4. Jeringuillas y agujas eficientes

Parece una obviedad, pero el gobierno de Israel lo alertó: no es una broma, vale la pena aprovisionarse de jeringas y agujas suficiente e idóneas para no entorpecer el ritmo de vacunación. 

Un ejemplo de cómo puede ralentizar la vacunación es España, que desperdició miles de dosis por no usar las jeringuillas de volumen muerto bajo, inferior a 35 microlitros. Esta modalidad permite extraer hasta seis dosis de cada vial, en vez de cinco. 

En el mismo sentido, una de las primeras ordenes ejecutivas que firmó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue para permitir que las agencias y departamentos del Estado pudieran invocar la Ley de Defensa para “priorizar el suministro que pudiera causar cuellos de botella, como los frascos de vidrio, tapones, jeringas, agujas y la capacidad de llenado y terminado para embotellar las vacunas en los viales”, según la Estrategia Nacional para la Respuesta y Preparación para la Pandemia del Covid-19.

5. Que la cita no sea un problema

La semana pasada, el sitio web habilitado para que adultos mayores de 60 años pudieran registrarse para recibir la vacuna presentó fallas. Para las zonas rurales, los Centros Integradores del Desarrollo o servidores de la nación se encargarían de registrar a los que viven en comunidades. Una vez hecho el registro, les llamarán para informarles del día y hora para aplicar su vacuna. 

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En Israel habilitaron aplicaciones móvil así como call centers para facilitar el registro de los ciudadanos con derecho a vacunarse. En Washington, dado que hospitales privados y asociaciones sin fines de lucro son parte de la estrategia de vacunación, estos son los encargados de citar a sus residentes o pacientes. 

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