Por qué se estancó la emoción por los vehículos autónomos
Desde la izquierda: un vehículo autónomo Cruise; una mujer lee dentro de un Volvo autónomo; un coche Waymo sin conductor. Fotos: Reuters/Volvo/Getty/AP

Para 2021, según varios conocedores de Silicon Valley, políticos en campaña y compañías de taxis en años recientes, los autos que se manejan solos ya llevarían un largo tiempo en EU, empezarían a llenar las autopistas de Gran Bretaña y proveerían a Londres de robotaxis. 

Sin embargo, el 1 de enero no trajo una revolución sin conductor. De hecho, en las últimas semanas del 2020, Uber, uno de los jugadores más grandes y supuesto beneficiario, decidió estacionar sus planes para taxis que se conducen solos, vendió su división autónoma a Aurora en un trato con valor de 4,000 millones de dólares, apenas la mitad de lo que valía en 2019. 

El director ejecutivo recalcó que la decisión no significa que la compañía ya no crea en vehículos autónomos. “Pocas tecnologías son tan prometedoras para mejorar las vidas de la gente con transporte seguro, accesible y amigable con el ambiente”, dijo Dara Khosrowshahi. Pero mucha gente debe tomar esa promesa ahora con un grano de sal. 

El profesor Nick Reed, un consultor de transporte que dirigió los ensayos de vehículos autónomos en el Reino Unido, dice: “Las perspectivas cambiaron desde 2015, cuando probablemente la emoción estaba al máximo. La realidad se asienta sobre los retos y la complejidad”. 

La conducción automatizada, dice Reed, todavía puede suceder en los próximos cinco años en autopistas con carriles marcados con claridad, con la limitante de que todos los vehículos motorizados vayan en la misma dirección. El uso extensivo en ciudades permanece lejos, él dice: “Pero los beneficios siguen ahí”. 

El video de Uber de una cámara en el tablero muestra el previo a un choque fatal de un vehículo autónomo

El beneficio más promocionado es la seguridad, por el error humano con la culpa de más de 90% de accidentes viales. Los partidarios dicen que los vehículos autónomos serán más eficientes y reducirán la congestión. 

Mirando atrás, Reed dice “la tecnología funcionó…la gente entendía el sentido, hace lo correcto casi todo el tiempo, llevábamos 90% del camino. Pero el último tramo es el más difícil. Ser capaz de hacer siempre lo correcto, aunque llueva, neve, haya niebla, es un reto más grande que el que se anticipó”. 

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Waymo, la compañía de Google que lideró el campo, puede ser un caso para analizar. Sorprendieron rápido al mundo con sus videos de vehículos autónomos, los pasos subsecuentes se vieron pequeños. 

En octubre del año pasado anunciaron que el público ya podría pedir taxis sin conductor, “en un tiempo cercano” sin ningún conductor de seguridad en ningún auto, aunque el rango sigue limitado a los soleados suburbios de Phoenix, Arizona, de los cuales Waymo registró cada centímetro con sus computadoras. 

En el resto del mundo, los robotaxis se estancaron. Como Uber, la compañía de taxis Addison Lee sorprendió con su ambición, firmó con los pioneros en autonomía del Reino Unido Oxbotica en 2018 para poner robotaxis en Londres en 2021.

El trato se descartó silenciosamente en marzo del año pasado, bajo nuevos dueños. El director ejecutivo de Addison Lee, Liam Griffin, dijo: “Los vehículos autónomos están mejor con los fabricantes de equipo original, y no forman parte de nuestros planes actuales”. 

El lanzamiento de un servicio de taxis autónomos de Ford también se pospuso al menos un año hasta 2022 por la pandemia. 

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“Globalmente, el Covid-19 retrasó pruebas y lanzamientos de vehículos conectados y automatizados”, dice Mike Hawes, el director ejecutivo de la Sociedad de Manufactureros y Comerciantes de Automóviles (SMMT). 

Los cambios en las regulaciones permitirían que desarrollos como sistemas automatizados para mantener el carril (ALKS) salgan en 2021 junto en autos regulares. 

“ALKS es la primera versión de tecnología para conducción automatizada que podría prevenir unos 47,000 accidentes serios en la próxima década, mientras crea hasta 420,000 empleos”, dijo Hawes. 

El sistema podría dejar que el auto tome el control en autopistas del Reino Unido este año, aunque las aseguradoras tratan de convencer al gobierno de que niegue la luz verde a esto. 

Alexandra Smyth, quien lidera los sistemas autónomos en la Real Academia de Ingeniería, dijo: “Hay mucho progreso y desarrollos interesantes con regulaciones y códigos para la práctica, con todos los componentes que van junto a la misma tecnología. Pero en la realidad habrán errores y cosas que no funcionen como esperamos. La confianza pública será uno de los obstáculos más grandes”. 

Los miedos se avivaron después de que un vehículo autónomo de Uber mató a un peatón en Arizona en 2018. A pesar de Elon Musk con sus declaraciones atrevidas para Tesla, y reportes de que Apple en secreto trata de desarrollar un vehículo autónomo para 2024, es poco probable que la ley permita que los conductores dejen el volante pronto. 

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De acuerdo a Christian Wolmar, el autor de Driverless Cars: On a Road to Nowhere?, los problemas como la aceptación social, ciberseguridad y costo, no se han mencionado nunca.

Él dice: “La gente no quiere reemplazar el auto fuera de su puerta delantera con una app, no es un concepto viable. Creo que más y más personas están escépticas al modelo de que todos estaremos en robocoches pronto. En lugar de esto, la industria habla de usos específicos”. 

Si Paul Newman de Oxbotica, uno de los profesores de la Universidad de Oxford que es pionero de la industria autónoma, tiene dudas sobre el largo plazo, no las muestra. Aunque dice que el nivel de autonomía que “ocasionalmente necesite una asistencia remota” es una ambición más alcanzable que un mundo en el que las máquinas pueden estar por completo sin esta.

Oxbotica tiene una flota de Ford Mondeos autónomos en caminos públicos en una prueba en Oxford. Pero el progreso tecnológico no es para robotaxis: “Es puramente por el software, es agnóstico de los vehículos”. 

El mundo de los vehículos autónomos, dice, es “un salto a la luna”: los autos son un gran mercado pero también es el más difícil de transformar, será después de automatizar la minería o los servicios de tren.

Newman compara el progreso con los teléfonos móviles, recuerda el primero que vio, en manos de Danny Glover en la película de 1987 Arma Mortal, tenía el tamaño de una maleta pequeña. 

“¿Sí viene un futuro de vehículos autónomos? Tan seguro como los teléfonos móviles. Este es el ciclo normal de la tecnología. Seguimos en movimiento en esa gráfica”, dijo. 

“Ya pasamos por la etapa llamativa, cuando dijimos que faltaban seis meses… Ahora tenemos a los ingenieros que dicen que esto es muy difícil”. 

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