Rusia denuncia en la ONU un complot de armas biológicas respaldado por EU
El edificio de la ONU en Nueva York. El Consejo de Seguridad se reunió a petición de Rusia para debatir las afirmaciones sin fundamento de Moscú. Foto: Carlo Allegri/Reuters

Rusia acusó a Ucrania y a Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de la ONU de un plan para utilizar aves y murciélagos migratorios para propagar agentes patógenos, lo cual suscitó la alarma entre otros miembros del Consejo de que las acusaciones podrían tener como objetivo encubrir el futuro uso de armas biológicas por parte de Rusia.

El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasily Nebenzya, presentó un extenso informe sobre el supuesto plan de armas biológicas, y dijo que las aves, los murciélagos y los insectos que supuestamente iban a propagar enfermedades cruzarían la frontera occidental de Ucrania.

“Les pedimos que piensen sobre el peligro biológico muy real para la población de los países europeos, que puede resultar de una propagación descontrolada de agentes biológicos desde Ucrania“, dijo Nebenzya. “Y si existiera un escenario de este tipo, toda Europa se vería afectada”.

“El riesgo de que esto ocurra es muy real, considerando los intereses que los grupos nacionalistas radicales de Ucrania están mostrando respecto al trabajo con patógenos peligrosos llevado a cabo junto con el ministerio de defensa de los Estados Unidos”.

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Restos de edificios y vehículos en Kharkiv mientras continúan los ataques rusos. Foto: Anadolu Agency/Getty Images

La alta representante de las Naciones Unidas para asuntos de desarme, Izumi Nakamitsu, señaló que la ONU “no tiene conocimiento de ningún programa de armas biológicas” en Ucrania, y señaló que existía un canal oficial para que los gobiernos plantearan cualquier preocupación sobre las violaciones a la convención sobre armas biológicas y toxínicas que prohíbe su uso.

En respuesta a las afirmaciones de Nebenzya, varios Estados miembros del Consejo de Seguridad advirtieron que se podría tratar de una campaña de desinformación previa a un ataque ruso planeado dentro de Ucrania.

“La intención detrás de estas mentiras parece ser clara y es profundamente preocupante”, dijo Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante la ONU. “Creemos que Rusia podría utilizar agentes químicos o biológicos para realizar asesinatos como parte de un incidente de bandera falsa o para apoyar operaciones militares tácticas“.

Antes de la sesión de la ONU, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, expresó preocupaciones similares.

Supuestamente, estamos preparando un ataque químico“, dijo Zelenski en un discurso por video el jueves. “Esto me preocupa mucho, porque nos han convencido en repetidas ocasiones: si quieren conocer los planes de Rusia, observen de qué acusa Rusia a los demás”.

Las fuerzas rusas continúan su avance en Ucrania, bombardeando ciudades del oeste del país, como Lviv, Lutsk e Ivano-Frankivsk.

Por otra parte, las fotos satelitales parecían mostrar que se había dispersado y redistribuido un enorme convoy en las afueras de Kiev. La empresa estadounidense de tecnología espacial Maxar indicó que sus imágenes mostraban que las unidades blindadas se habían dispersado por las ciudades y los bosques de la zona, y que la artillería se había trasladado a posibles posiciones de tiro.

En Moscú, Vladimir Putin anunció que 16 mil “voluntarios” extranjeros de Medio Oriente estaban listos para luchar con las fuerzas respaldadas por Rusia en el este de Ucrania para “ayudar” a los habitantes de la región del Donbás. En una reunión con el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, Putin también comentó que las armas fabricadas en Occidente, incluidos los misiles Javelin y Stinger, capturados por el ejército ruso, serían entregadas a las fuerzas en el Donbás.

Mientras continuaban los intensos bombardeos en los pueblos y ciudades del este de Ucrania, las autoridades ucranianas informaron que Rusia había matado a más civiles que soldados. También se informó que las fuerzas rusas atacaron un hospital psiquiátrico cerca de Izyum, una localidad en la región de Kharkiv. El gobernador regional, Oleh Synegubov, lo calificó como un “crimen de guerra contra los civiles (y) genocidio contra la nación ucraniana”. Dijo que en aquel momento había 330 personas internadas en el hospital, entre las que figuraban usuarios de sillas de ruedas y personas incapaces de moverse. Todavía no se ha determinado el número exacto de víctimas.

En la ciudad portuaria asediada de Mariúpol la situación sigue siendo desesperada, con personas atrapadas en refugios cerrados sin calefacción ni electricidad y con pocos o ningún alimento. La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, informó que en los 10 días de asedio habían muerto más de mil 300 personas. “Ellos (Rusia) quieren destruir al pueblo de Mariúpol. Quieren hacerlos morir de hambre. Es un crimen de guerra“, dijo.

La agencia de noticias Associated Press habló con un residente de aspecto agotado mientras arrastraba una carretilla cargada de bolsas por una calle vacía flanqueada por edificios dañados en la ciudad portuaria. “Ya no tengo casa. Por eso me estoy mudando”, dijo Aleksander Ivanov. “Ya no existe. La alcanzó un mortero”.

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Un miembro de las fuerzas armadas ucranianas toma una fotografía de una iglesia dañada tras un bombardeo en Mariúpol el jueves. Foto: Evgeniy Maloletka/AP

Más de 400 mil personas siguen atrapadas en Mariúpol, que está rodeada por el ejército ruso, y se están agotando los suministros básicos. Se cree que aproximadamente 200 mil personas quieren salir en medio de los continuos bombardeos rusos, pero no lo han podido hacer a pesar de la declaración diaria de corredores humanitarios.

Un vocero de la ONU indicó que existían informes creíbles sobre el uso de municiones en racimo por parte de los rusos en zonas pobladas. Más de 100 países, entre ellos el Reino Unido, pero no Rusia, Ucrania o Estados Unidos, prohíben las municiones en racimo, que esparcen pequeñas bombas sobre una gran superficie.

Más de 2.5 millones de personas han huido de Ucrania y otros 2 millones se encuentran desplazados internamente, indicó el viernes el ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. El sombrío coste para los civiles ucranianos coincide con el creciente temor de que Rusia podría llevar a cabo un ataque químico, mientras altos funcionarios rusos reciclan viejas teorías conspirativas sobre supuestas armas biológicas de fabricación occidental.

El jefe de las tropas de protección contra la radiación, la química y la biología del ejército ruso, Igor Kirillov, señaló el jueves que los laboratorios respaldados por Estados Unidos en Kiev, Kharkiv y Odesa estaban trabajando en patógenos diseñados a la medida para atacar a los rusos y otros eslavos. De acuerdo con los medios de comunicación estatales rusos, Kirillov alegó que Estados Unidos planeaba explotar la “posición geográfica singular” de Ucrania enviando aves migratorias portadoras de enfermedades mortales a Rusia.

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, realizó una afirmación similar el jueves, alegando que los laboratorios respaldados por Estados Unidos en Ucrania estaban trabajando para “desarrollar armas biológicas con fines étnicos”. El director de la CIA, William Burns, comentó ante la comisión de inteligencia del Senado estadounidense que Rusia podría estar sentando las bases para un ataque químico o biológico, del que posteriormente culparía a Estados Unidos o Ucrania en una “operación de bandera falsa”.

“Esto es algo, como todos ustedes saben muy bien, (que) forma parte en gran medida del libro de jugadas de Rusia”, dijo. “Han utilizado estas armas contra sus propios ciudadanos, como mínimo han fomentado su uso en Siria y en otros lugares, por lo que se trata de algo que tomamos con mucha seriedad”.

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