Viktor Orbán gana su cuarto periodo consecutivo como primer ministro de Hungría
Viktor Orbán declara su victoria en las elecciones de Hungría, video

Viktor Orbán ganó un cuarto mandato consecutivo como primer ministro de Hungría, culminando una campaña dominada por su controvertida postura respecto a la invasión de Rusia a Ucrania con un discurso que parecía burlarse de Volodímir Zelenski, el líder ucraniano.

Los eufóricos coros de “Viktor, Viktor” dieron la bienvenida a Orbán cuando se dirigió a los partidarios de su partido Fidesz frente a su sede electoral a orillas del río Danubio en Budapest, mientras los resultados dejaban en evidencia la magnitud de su victoria.

Con casi el 86% de los votos contados en la noche del domingo, el partido Fidesz se encaminaba a aumentar su mayoría parlamentaria al obtener 135 escaños de los 199 miembros del Parlamento, derrotando al bloque de seis partidos de la oposición que se unieron para formar un frente común destinado a desbancar a Orbán.

En cambio, el partido gobernante ha conservado su supermayoría de dos tercios, la cual le ha permitido reconfigurar la política húngara y la política social durante sus 12 años en el poder.

El margen de votos populares fue del 53.7% para el partido Fidesz frente al 34.4% para la agrupación opositora Unidos por Hungría, encabezada por Péter Márki-Zay, que reconoció su derrota en la noche del domingo.

“El mundo entero puede ver que nuestra clase de política democrática cristiana, conservadora y patriótica ha ganado”, dijo un sonriente y fanfarrón Orbán -con los miembros de su gabinete detrás de él- a la multitud, que permanecía de pie a temperaturas gélidas. “Le estamos enviando a Europa el mensaje de que esto no es el pasado, es el futuro”.

Orbán también se refirió a las críticas que le dirigió Zelenski, quien ha cuestionado en repetidas ocasiones al líder húngaro por una supuesta falta de apoyo y la falta de disposición a condenar en persona a su estrecho aliado Vladimir Putin por la invasión de Ucrania.

“Esta victoria es para recordar, tal vez incluso para el resto de nuestras vidas, porque tuvimos el mayor [número de oponentes a los cuales] dominar. La izquierda nacional, la izquierda internacional, los burócratas de Bruselas, el dinero del imperio de Soros, los medios de comunicación internacionales e incluso el presidente ucraniano al final”, dijo entre las risas de la multitud.

Viktor Orbán gana su cuarto periodo consecutivo como primer ministro de Hungría - oposicion
El bloque de la oposición liderado por Péter Márki-Zay denunció un enorme desajuste en el gasto y la comunicación electoral. Foto: Márton Mónus/Reuters

Al reconocer la derrota, Márki-Zay dijo estar “devastado” y atribuyó su alcance a los métodos de manipulación de Fidesz y a otros cambios en el sistema de votación durante su mandato.

“No quiero ocultar mi decepción y mi tristeza. Nunca esperamos que este fuera el resultado”, expresó. “Sabíamos de antemano que iba a ser una lucha desigual. Sí, ellos también han hecho trampas. Pero nosotros también lo dijimos, ya que en Hungría no hay democracia y han cambiado todo el sistema, los distritos”.

El partido de Orbán ha fortalecido su posición mediante una estructura favorable de propiedad de los medios de comunicación y cambios en el sistema de votación que, en opinión de los críticos, hace que las elecciones sean injustas.

Márki-Zay, un economista de 49 años, se quejó amargamente de que solo le dieron cinco minutos de tiempo en la televisión pública para exponer su caso.

La oposición también se quejó de que el partido Fidesz tiene una gran ventaja en cuanto a gastos electorales y comunicación. Señaló que tenía alrededor de 2 mil espectaculares electorales en todo el país, en comparación con los 20 mil del partido gobernante.

Akos Hadhazy, diputado de la oposición, comentó: “Orbán puede transmitir cualquiera de sus mentiras al pueblo húngaro. Aunque contratemos a los mejores expertos en comunicación, el gobierno siempre ganará estas contiendas porque puede hacer que sus mensajes lleguen a muchas más personas que nosotros”.

Incluso antes de que se cerraran las urnas, los opositores señalaron la posibilidad de fraude electoral, lo que llevó a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) a enviar un sólido equipo de 200 observadores electorales.

La oficina de la OSCE para las instituciones democráticas y los derechos humanos criticó lo que consideró una evidente manipulación en varios distritos electorales. Los analistas predijeron que la manipulación significaría que el grupo Unidos por Hungría necesitaría ganar alrededor de un 5% más de votos populares que el partido Fidesz para tener la oportunidad de obtener una mayoría parlamentaria.

La Clean Vote Coalition (Coalición por un Voto Limpio) -que agrupa a cuatro ONGs húngara- señaló que recibió numerosas denuncias de irregularidades. Algunas de ellas eran que los electores recibían ofertas de 10 mil forints húngaros por su voto y, en otro lugar, se ofrecía carne como incentivo. También hubo informes sobre el transporte ilegal de electores por autobús.

Los temores de posible fraude se vieron exacerbados antes del día de las elecciones después de que, al parecer, se encontró un gran número de boletas electorales -la mayoría de ellas, supuestamente, a favor de candidatos de la oposición- parcialmente quemadas en un costal en un basurero la semana pasada en la región rumana de Transilvania, donde muchos húngaros étnicos tienen doble ciudadanía y derecho al voto

La victoria del Fidesz fue el resultado de una alta participación electoral -un factor que los expertos consideraron útil para el partido gobernante- a pesar de las gélidas temperaturas y el clima invernal.
El cuarto mandato de Orbán, que se convertirá en el quinto en total, también puede plantear una posible incógnita para la OTAN y la Unión Europea, en medio de la creciente preocupación por la postura de Hungría ante la invasión de Rusia a Ucrania y por si es un socio confiable de la alianza.

Aunque Orbán no ha intentado hasta la fecha bloquear las sanciones y las respuestas militares al ataque, ha señalado que no está dispuesto a considerar medidas que puedan interrumpir el suministro de petróleo y gas ruso

También se ha negado a permitir el suministro de armas a Ucrania o a permitir que la ayuda militar pase por el territorio húngaro, hecho que ha enojado a los aliados de la OTAN y a Zelenski, que lo ha calificado como el único partidario europeo de Putin.

Orbán, que ha forjado una estrecha relación con el líder ruso y se ha reunido con él en 12 ocasiones, rediseñó su campaña electoral tras el inicio de la guerra el 24 de febrero para posicionar a Fidesz como el partido de la “paz”, prometiendo mantenerse al margen de un conflicto que, según insistió, no tenía ninguna relación con Hungría.

Indicó que la reducción de su dependencia energética de Rusia -que le suministra aproximadamente el 90% de su gas y el 65% de su petróleo– arruinaría la economía húngara.

Al mismo tiempo, calificó al bloque de oposición de Márki-Zay, que pidió una cooperación más estrecha con la Unión Europea y la OTAN, como “belicistas” que se esforzaban por enviar armas y tropas húngaras a Ucrania.

Se especula que Orbán -que siempre ha forjado lazos con Rusia y China, ha considerado a la Unión Europea como un enemigo y se ha autodenominado líder “antiliberal” en los últimos años- podría adoptar una postura más prooccidental tras asegurar su reelección

Sin embargo, Daniel Hegedus, analista húngaro del German Marshall Fund, minimizó dichas expectativas

“Es posible que se produzca cierta reorientación hacia Occidente, pero en general lo que busca es volver a los negocios como siempre con Rusia, tanto en términos de cooperación energética como económica”, explicó.

La postura de Orbán respecto a la guerra ha dejado a Hungría cada vez más aislada entre sus aliados occidentales, pero ha demostrado ser popular entre los electores, sobre todo los de las zonas rurales.

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