Las personas que viven en hogares donde hay armas de fuego tienen más probabilidades de ser asesinadas, revela un importante estudio
El estudio realizó un seguimiento de 600 mil californianos que no poseían armas de fuego pero que comenzaron a vivir en hogares donde había armas de fuego entre 2004 y 2016. Foto: Elaine Thompson/AP

La mayoría de los estadounidenses que poseen armas de fuego señalan que las poseen para protegerse a sí mismos y a sus seres queridos, sin embargo, un estudio publicado esta semana sugiere que las personas que viven con propietarios de armas de fuego mueren por arma de fuego en una mayor proporción que las personas que no tienen este tipo de armas en casa.

“No encontramos ninguna evidencia de cualquier tipo de efecto protector” derivado del hecho de vivir en un hogar donde hay un arma de fuego, dijo David Studdert, un investigador de la Universidad de Stanford que fue el autor principal del estudio de Annals of Internal Medicine.

El estudio realizó un seguimiento de casi 600 mil californianos que no poseían armas de fuego pero que empezaron a vivir en hogares donde había armas de fuego entre octubre de 2004 y diciembre de 2016, ya fuera porque comenzaron a vivir con alguien que poseía un arma o porque alguien en su hogar compró una.

El estudio reveló que el riesgo absoluto de vivir con un propietario de armas de fuego era pequeño, indicó Studdert, y que “las tasas [de homicidio] son bajas”. No obstante, añadió que era importante tomar en consideración el aumento del riesgo de que una persona fuera asesinada.

Los investigadores calcularon que por cada 100 mil personas que se encuentran en esa situación, 12 serán asesinadas con arma de fuego por otra persona en un plazo de cinco años. En comparación, ocho de cada 100 mil que viven en hogares donde no hay armas serán asesinados de esa manera durante el mismo periodo de tiempo.

Estas cifras sugieren que el riesgo aumenta en un 50%, pero Studdert indicó que en realidad era mayor: en un cálculo separado diseñado para tomar en cuenta de mejor manera el lugar donde viven las personas y otros factores, los investigadores calcularon que el riesgo era superior al doble.

En concreto, los investigadores descubrieron que las personas que vivían con propietarios de armas de fuego tenían un índice mucho mayor de ser abatidas por su cónyuge o pareja. La gran mayoría de estas víctimas, el 84%, eran mujeres, señalaron.

El hecho de vivir con un propietario de un arma de fuego aumentaba particularmente el riesgo de morir por arma de fuego en un incidente de violencia doméstica, y no proporcionaba ninguna protección contra ser asesinado en casa por algún extraño, descubrieron los investigadores.

Las personas que vivían con propietarios de armas de fuego “no experimentaron tales ataques mortales [por parte de extraños] en menor proporción que sus vecinos en hogares donde no había armas”, escribieron los investigadores, señalando que los homicidios cometidos por extraños en el hogar eran “una pequeña minoría” de los homicidios observados en el estudio.

El estudio se centró únicamente en el riesgo de homicidio y no analizó cómo el hecho de vivir con el propietario de un arma de fuego podría aumentar o disminuir el riesgo de ser víctima de otras modalidades, incluidas las agresiones no letales, el allanamiento de morada o el robo de propiedades.

California es un caso inusual, ya que ofrece datos sobre la propiedad de armas y otra información que no se puede obtener en casi ningún otro estado. Esto les permitió a los investigadores realizar un seguimiento de millones de personas durante muchos años con el fin de intentar determinar mejor lo que ocurría cuando una persona comenzaba a vivir en un hogar donde había un arma de fuego, explicaron.

Los autores del estudio reconocieron que tenía varias deficiencias. Por ejemplo, los investigadores indicaron que no pudieron determinar qué víctimas fueron asesinadas por los propietarios de las armas de fuego o con las armas que estaban en el hogar. No pudieron tomar en cuenta las armas ilegales y solo analizaron las pistolas, no los rifles ni otras armas de fuego. El conjunto de datos también estuvo limitado a los electores registrados en California que tenían 21 años o más. No es evidente si se pueden generalizar los resultados a todo el estado, y mucho menos al resto del país.

Sin embargo, algunos expertos externos señalaron que el trabajo estaba bien realizado, era importante y constituía la investigación más amplia de este tipo. “Yo lo calificaría como un estudio histórico”, dijo Cassandra Crifasi, investigadora de políticas sobre violencia con armas de fuego en la Universidad Johns Hopkins. “Esto contribuye a nuestra comprensión de la posible relación causal entre las armas en el hogar y los homicidios

El estudio se limitó a California, pero es probable que el riesgo sea incluso mayor en los estados con leyes de armas menos estrictas y en los que la posesión de armas es más común, señaló Crifasi

Los resultados del estudio aparecen en un momento en el que Estados Unidos experimentó un dramático aumento de la posesión de armas durante la pandemia. Investigaciones anteriores calcularon que casi el 3% de los adultos estadounidenses se convirtieron en nuevos propietarios de armas entre enero de 2019 y abril de 2021, lo cual equivale a alrededor de 7.5 millones de estadounidenses. De ellos, aproximadamente 5.4 millones anteriormente vivían en un hogar donde no había armas de fuego.

Un primer estudio sobre la pandemia de compra de armas de fuego descubrió que no existía una relación clara entre el aumento de las compras de armas y el aumento de la mayoría de los tipos de violencia interpersonal con armas de fuego en 2020, cuando el aumento de la violencia con armas de fuego provocó el incremento de casi el 30% de la tasa nacional de homicidios.

Durante décadas, los estudios han demostrado que las armas en el hogar aumentan el riesgo de una muerte violenta. Gran parte de esos estudios, incluido un estudio anterior realizado por Studdert y sus colegas, se centraron en el suicidio.

El nuevo estudio profundiza y aborda la percepción de que las armas de fuego todavía tienen valor debido a la seguridad que proporcionan contra el asesinato, dijeron algunos expertos.

“La razón por la que las personas tienen armas en su casa es para protegerse de los extraños“, señaló David Hemenway, director del Centro de Investigaciones para el Control de Lesiones de la Universidad de Harvard. “Pero lo que esto está indicando es que tener un arma en el hogar es malo para las personas que están en el hogar”.

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