Una mujer de Nueva Zelanda crea su propio auto eléctrico por 24 mil dólares
La neozelandesa Rosemary Penwarden en su auto eléctrico casero, que está completamente homologado y garantizado. Foto: proporcionada por Rosemary Penwarden

Una mujer de Nueva Zelanda transformó un vehículo ruinoso de 29 años en un vehículo eléctrico de fabricación casera, “para demostrar que se puede hacer”.

Rosemary Penwarden lleva tres años conduciendo su vehículo transformado por las carreteras de la Isla Sur. El proyecto les tomó a ella y a un amigo más de ocho meses de intenso trabajo y de ajustes. “Hay que estar un poco loco”, dijo. “Quiero agradecer a las empresas petroleras por la motivación”.

Penwarden compró la carrocería de un automóvil de 1993 en un deshuesadero y ella misma desmontó el motor de combustión. Lo sustituyó por una nueva caja de velocidades y un motor eléctrico, y después llenó la parte delantera y trasera del vehículo con baterías, 24 bajo el cofre y 56 en la cajuela.

En total, el proyecto, incluyendo la mano de obra, le costó a Penwarden 24 mil dólares. El vehículo está completamente homologado y garantizado. Tras varios años en circulación, su proyecto recientemente llamó la atención de los periodistas locales.

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Rosemary Penwarden comenta que, aunque la transformación de un automóvil no es algo posible para todas las personas, quería ilustrar esta posibilidad. Foto: proporcionada por Rosemary Penwarden

El ingeniero en refrigeración Hagen Bruggemann, que ayudó a Penwarden a transformar su auto, ya ha transformado alrededor de ocho autos para que tengan motores eléctricos. “Se puede hablar todo lo que se quiera de toda esta basura medioambiental, pero es necesario ponerla en práctica”, dice.

Sin una mano de obra gratuita, explica que la transformación de un automóvil no es una opción viable desde el punto de vista económico para la mayoría de las personas, pero existe un sólido argumento comercial para la transformación de camiones y vehículos de mayor tamaño, en los que la carrocería suele valer mucho más que el motor. La transformación de un camión diésel, explica, se amortizaría en cinco años. “De verdad, los que contaminan deberían pagar, no entiendo por qué no lo hacen”, comenta.

Penwarden, que lleva mucho tiempo luchando por el medio ambiente, explica que el tiempo y el dinero que dedicó a la transformación de su auto no es algo posible para todas las personas. “Me encuentro en una situación muy privilegiada”, pero mientras el mundo se adapta a la crisis climática, ella quería ilustrar esta posibilidad. Ella carga el auto en su casa, que funciona íntegramente con energía solar.

Aunque Penwarden cree que el auto se amortizará por sí mismo –antes gastaba hasta 100 dólares a la semana en gasolina para desplazarse–, dice que no fue una medida para ahorrar gastos y pide al gobierno que apoye las transformaciones. “El simple hecho de poder demostrar que es posible hacerlo es algo que no tiene precio”, comenta. “Lo más importante es ayudar a detener a los mayores contaminadores lo antes posible, y nada de lo que podemos hacer como individuos creo que es tan importante como eso”.

Este artículo fue modificado el 27 de mayo de 2022 para cambiar el título de acuerdo con las normas de estilo de The Guardian.

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