Para combatir la piel seca, disminuye el tiempo de tu ducha y cuida tus microbios
Es posible que hayamos mejorado en el lavado de manos, pero ¿qué tan buenos son tus hábitos de hidratación? Foto: LaylaBird/Getty Images

A medida que cambia el clima, muchas personas se enfrentan a la piel seca y a los labios partidos. Es un problema común en las mejores épocas. La piel seca no solo puede ser molesta y suponer un reto estético, sino que puede provocar problemas más graves, sobre todo si está acompañada de comezón o sarpullido.

El profesor clínico y dermatólogo Saxon Smith comenta que la piel seca, o xerosis, como se le denomina, se vuelve más común a medida que envejecemos. “Parte de la razón se debe a que nuestra piel no retiene la humedad y esos factores naturales de hidratación”, explica. “Así que nuestra piel comienza a ser un poco más seca”.

Entre las causas ambientales de la piel seca se encuentran el viento y el aire frío, que generan una menor humedad, la calefacción interior y los baños y duchas más calientes y más largos. En verano, las brisas cálidas “son algo así como un horno forzado por un ventilador”, señala Smith. Pueden provocar resequedad, al igual que la exposición intensa al sol. Incluso en el interior, en un día caluroso, el aire acondicionado absorbe la humedad del aire.

Lavarse las manos con frecuencia y los desinfectantes para manos, sobre todo los que tienen alcohol, también producen un efecto de resequedad. Estas medidas de higiene, junto con los largos periodos de uso de cubrebocas, han provocado un aumento de los problemas cutáneos, como la piel seca y la comezón.

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Grandes mentiras sobre la espuma: el jabón actual hace espuma en nuestras manos, pero no siempre fue así, dice el dermatólogo Saxon Smith. Foto: Pongsak Tawansaeng/Getty Images/EyeEm

Además de esto, los jabones típicos de la actualidad son como detergentes, señala Smith, por eso hacen espuma y eliminan más humedad de la piel. Esto no siempre fue así: el concepto de la espuma se originó en la década de 1960. “Era… la publicidad de una marca particular de productos de jabón de la época”, explica Smith. La estrategia de venta funcionó tan bien que se convirtió en la norma.

Las medidas generales para la piel

Xerosis, el término médico para la piel seca, significa literalmente falta de grasa. La piel retiene la humedad y previene las infecciones secretando una sustancia grasosa llamada sebo.

La exposición a las condiciones climáticas, el lavado excesivo y la exfoliación agresiva pueden hacer desaparecer nuestro sebo, sin embargo, su producción por parte del cuerpo también se ralentiza a medida que envejecemos, y se puede ver comprometida por una serie de otros factores que incluyen las hormonas, los medicamentos, el tabaquismo, las alergias y la dieta.

Para proteger la piel, hay tres sencillos hábitos diarios que son un buen comienzo. “El lavado sin jabón, la crema hidratante y las duchas tibias son un mantra en la dermatología sobre cómo cuidar la piel”, comenta Smith. “Son lo que llaman las medidas generales para la piel”.

Aunque en verano conviene utilizar una crema hidratante más ligera, cuando hace más frío Smith recomienda encarecidamente una crema más espesa, ya que la piel demanda más hidratación para normalizarse, así como duchas más cortas y no demasiado calientes. Para ayudar a contrarrestar los efectos del lavado regular de las manos, Smith aconseja aplicar crema hidratante de manos al comienzo del día y antes de acostarse. La aplicación regular de un bálsamo labial ayudará a prevenir y tratar los labios partidos.

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FOTO: ¿Te gustan las duchas largas y calientes? Podrías estar resecando tu piel. Foto: sjoeman/Getty Images

Otras recomendaciones para prevenir la piel seca son utilizar un humidificador en ambientes interiores secos, evitar los productos para la piel a base de alcohol, mantenerse hidratado bebiendo una gran cantidad de agua, evitar la exposición excesiva al sol y dejar de fumar.

Se debe evitar cualquier irritante sospechoso, entre los que se encuentran los perfumes y los tintes de los productos para la piel, así como algunos productos de lavandería utilizados para la ropa.

La brigada de microbios

“Nuestra piel y nuestro cuerpo están cubiertos de bacterias y otros microbios”, indica Smith. Nada menos que un trillón de ellos vive en nuestra piel, y son “una parte natural de los mecanismos de defensa contra los golpes y las flechas de la escandalosa fortuna –citando a Shakespeare– de nuestro medio ambiente, y mantenerlos en equilibrio es algo realmente importante”.

Estos microbios ayudan a mantener una barrera cutánea sana, explica el Dr. Chris Callewaert, investigador del Centre for Microbial Ecology and Technology de Bélgica. “Convierten el sebo y producen un ‘manto ácido’ en nuestra piel, protegiéndola de otros patógenos o virus dañinos”, explica


“La microbiota cutánea entrena a nuestro sistema inmunitario y crea un equilibrio saludable en la respuesta inmunitaria. Sin ese equilibrio, seríamos susceptibles a cualquier vector nocivo, o tendríamos asma o reacciones alérgicas todo el tiempo”.

Además de los efectos de resequedad de los jabones y de lavado, los ingredientes antimicrobianos y los conservadores de los desodorantes, los antitranspirantes, los geles de ducha, los jabones corporales, los champús y los productos cosméticos también han repercutido. “En prácticamente todos los productos que nos aplicamos en la piel hay algún tipo de ingrediente que mata o inhibe las bacterias”, señala Callewaert. “Estamos cometiendo un ‘asesinato en masa’ en la piel diariamente, sin siquiera saberlo o pensar en ello”.

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FOTO: Los usamos diariamente, pero los desodorantes, geles de ducha y jabones corporales pueden contener ingredientes que dañan nuestra piel. Foto: enviromantic/Getty Images

Estos productos también afectan a los microbios de forma indirecta, ya que los detergentes y los ingredientes que eliminan la grasa alteran su entorno natural y el ecosistema que los sustenta. En última instancia, los más fuertes sobreviven, pero no siempre son los más beneficiosos.

Para proteger las bacterias saludables de la piel, Callewaert sugiere considerar la posibilidad de evitar por completo los antitranspirantes y los cosméticos, o al menos familiarizarnos con los ingredientes que contienen los productos para poder evitar los que se sabe que son perjudiciales. El Inci Decoder, una guía en inglés de los ingredientes que contienen los cosméticos, nos puede ayudar en este aspecto.

Lo que hay debajo

La piel es el mayor órgano del cuerpo, en términos de superficie“, comenta Smith. “Y es muy complicada porque al mismo tiempo es una barrera que mantiene el exterior fuera y el interior dentro”.
La resequedad “puede provocar grietas en el pavimento, como las grietas en la superficie de un terreno inundable que se seca”, explica Smith. “Y con las grietas en la piel, esto puede permitir que penetren más cosas y se active el sistema inmunitario”. Esto puede causar brotes en personas que padecen dermatitis atópica o sensibilidad a los agentes alergénicos.

“Por eso, mantener esa barrera cutánea en ese amplio sentido es muy importante para todos nosotros. No se trata únicamente del hecho de que la comezón nos vuelva locos cuando la piel está seca; se trata también de asegurar que estamos minimizando nuestro riesgo y exposición a las cosas de las que se supone que nos protege nuestra piel”.

Una dieta saludable puede ayudar a mantener una piel sana, y también contribuirá a una microbiota intestinal resistente, que las nuevas investigaciones han relacionado con la piel. “Tener un intestino sano conducirá a una piel sana”, indica Callewaert. “Si algo no está bien en el intestino, eso definitivamente puede repercutir en la piel y en la microbiota cutánea”. Muchos trastornos intestinales están vinculados a trastornos de la piel, añade. Las personas que padecen psoriasis, por ejemplo, tienen una mayor incidencia de enfermedad inflamatoria intestinal, colitis ulcerosa, enfermedad celíaca e intolerancia a la lactosa.

Cuándo acudir a un profesional médico

La piel seca puede provocar sarpullidos y comezón. Cuando una erupción empieza a enrojecerse y la piel se irrita y se vuelve más gruesa o se infecta –con o sin comezón–, podría significar una afección cutánea como la dermatitis atópica o la psoriasis, según explica Smith.

Sugiere que este es el momento de acudir a un profesional médico, y recomienda a tu médico general como un buen comienzo.

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