‘Extraordinario’: antiguas tumbas y estatuas desenterradas debajo de la catedral de Notre Dame
La excavación arqueológica también encuentra un sarcófago de plomo en forma de cuerpo enterrado en el centro del monumento devastado por el incendio.
La excavación arqueológica también encuentra un sarcófago de plomo en forma de cuerpo enterrado en el centro del monumento devastado por el incendio.
Una excavación arqueológica bajo la catedral de Notre Dame descubrió un extraordinario tesoro de estatuas, esculturas, tumbas y trozos de una mampara del presbiterio original que data del siglo XIII.
El hallazgo incluye varias tumbas antiguas de la Edad Media y un sarcófago de plomo en forma de cuerpo enterrado en el centro del monumento devastado por un incendio bajo el piso del paso del transepto.
Los expertos franceses calificaron el descubrimiento como “extraordinario y emotivo”.
“Descubrimos todas estas riquezas a solo 10-15 cm debajo de las losas del piso. Fue algo completamente inesperado. Había piezas excepcionales que documentaban la historia del monumento”, explicó Christophe Besnier, que dirigió el equipo científico de la excavación.
“Fue un momento emotivo. De repente teníamos varios cientos de piezas, desde pequeños fragmentos hasta grandes bloques, incluyendo manos esculpidas, pies, rostros, decoraciones arquitectónicas y plantas. Algunas de las piezas todavía tenían color“.
El descubrimiento fue revelado por el Instituto Nacional de Arqueología de Francia (INRAP) el jueves. Un equipo del instituto fue convocado para llevar a cabo una “excavación preventiva” bajo una sección del suelo de la catedral entre febrero y abril, antes de que se construyera un andamio de 30 metros de altura y 600 toneladas para reconstruir el chapitel del monumento.
Hasta el momento, solo quedan algunas piezas de la mampara del presbiterio original de Notre Dame, una pared divisoria ornamentada entre el presbiterio y la nave que separaba al clero y al coro de la congregación. Algunas de ellas se encuentran en los almacenes de la catedral, mientras que otras son exhibidas en el Museo del Louvre. En las iglesias católicas, la mayoría fueron retiradas durante la Contrarreforma en los siglos XVI y XVII. Al parecer, el resto del presbiterio de Notre Dame fue cuidadosamente sepultado bajo el suelo de la catedral durante la restauración del edificio por Eugène Viollet-le-Duc –que añadió el chapitel– a mediados del siglo XIX.
Una de las piezas más extraordinarias fue una escultura intacta de la cabeza de un hombre, que se cree es una representación de Jesús, tallada en piedra. Otro bloque de la mampara del presbiterio, que se cree data del siglo XIII, muestra un monumento de estilo gótico.
Al equipo de INRAP se le asignó un periodo de tiempo estricto y solo una zona específica en la cual podía llevar a cabo la excavación. Después de que un incendio arrasara con la catedral de 850 años de antigüedad, uno de los monumentos más simbólicos y visitados de París, en abril de 2019, casi destruyendo todo el edificio, el presidente Emmanuel Macron se comprometió a lograr su reconstrucción y abrirla para las misas en cinco años.
El pasado mes de septiembre, el general Jean-Louis Georgelin, designado para supervisar la restauración, señaló que se había verificado la seguridad de la estructura de la catedral, lo que significaba que podía comenzar la restauración y reconstrucción de las secciones destruidas por el incendio. Indicó que la catedral estaría abierta para los servicios y las visitas del público en 2024, como se había prometido.
Besnier explicó que habían identificado otras losas de la mampara del presbiterio bajo el piso, pero que estas se encontraban fuera del límite especificado de la excavación. “Sabemos que están ahí y que no sufrirán daños. Con suerte, podremos desenterrarlas más adelante“, dijo.
La excavación también puso al descubierto una red de tuberías de calefacción de mampostería instaladas bajo el piso en el siglo XIX.
Los expertos creen que el sarcófago de plomo puede contener el cuerpo de un alto cargo eclesiástico, probablemente del siglo XIV.
Una cámara introducida en el ataúd reveló restos vegetales debajo de la cabeza del difunto, junto con cabello y fragmentos de tela, pero no había ninguna placa que identificara al ocupante.
Dominique García, presidente del INRAP, indicó que se llevarían a cabo más análisis, incluyendo pruebas de ADN, pero añadió:
“Un sarcófago que contiene un cuerpo humano no es un objeto arqueológico. Se trata de restos humanos, y al examinar el sarcófago y analizar el cuerpo y otros objetos de su interior, debemos hacerlo con respeto”.
Señaló que no se había tomado ninguna decisión sobre el lugar en el que se volvería a enterrar el cuerpo una vez finalizadas las pruebas. “Es demasiado pronto para decirlo. Es posible que se vuelva a enterrar en algún lugar de la catedral“.