Elecciones 2021: El momento de revertir la brecha de género en gubernaturas

La lista es corta. En 42 años sólo nueve mujeres han sido gobernadoras en México. Griselda Álvarez inauguró el listado: en 1979 asumió la gubernatura de Colima. Las últimas fueron Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, y Martha Érika Alonso, quien en 2018 ganó la elección en Puebla y falleció en un accidente aéreo 10 días después de tomar posesión. Son pocas frente a la sobrerrepresentación de 344 hombres que han ocupado las gubernaturas estatales. 

“Las mujeres siempre han participado, pero en el escaño inferior”, dice Gwendolyn Negrete, presidenta nacional de Mujeres Jefas de Familia AC y miembro de la Red de Politólogas #NoSinMujeres. Y no es un dicho al aire. En el país, la paridad de género se ha concentrado en los Congresos federal y locales. Desde 1996, los partidos políticos postulan cada vez más a mujeres para formar las legislaturas. 

La última legislatura del Congreso, integrada en el proceso electoral 2017-2018, lo comprueba: es la más paritaria de la historia política mexicana. La Cámara de Diputados se integró por 49.2% mujeres y el 50.8% de hombres. El Senado, por 51% de mujeres y 49% de hombres. Un avance, aunque todavía hay áreas de oportunidad en cargos unipersonales, como gubernaturas y jefatura de gobierno de la Ciudad de México. “En realidad hemos tenido muy poca participación de mujeres en cargos realmente visibles, eso también se refleja en las mujeres que se han postulado a la presidencia”, dice Alejandra López, especialista en liderazgo femenino y académica de la Universidad Anáhuac. 

En las elecciones celebradas entre 2015 y 2020, sólo el 18% de las candidaturas fueron para mujeres, y sólo tres fueron electas, lo que refleja una gran brecha de desigualdad, detalló en un comunicado Carla Humphrey, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación del Instituto Nacional Electoral (INE). 

Para resolver esa problemática, el Consejo General del INE aprobó, en noviembre pasado, los criterios de paridad de género que obligan a los partidos políticos a postular mujeres en al menos siete de las 15 gubernaturas en las que habrá elecciones este año. Este acuerdo complementa la reforma constitucional de 2019, la cual indica que la mitad de todos los cargos de elección popular deben ser para mujeres, sin entrar en detalle sobre la paridad en las gubernaturas. 

La noticia no gustó a todos. El Partido Acción Nacional (PAN) y el Senado se manifestaron en contra del acuerdo, al manifestar que el INE carecía de facultades y lo impugnaron ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que finalmente ordenó a los partidos postular a las siete candidatas. “Se tuvo que hacer de esta manera porque, de otro modo, las mujeres íbamos a seguir tocando la puerta sin que nadie nos respondiera”, considera Negrete. “Tuvimos que llegar con el cerrajero y que nos abriera la puerta para poder entrar. Hoy ya estamos adentro y a las mujeres que puedan llegar les toca, como diría esta canción, que dejen abierta la puerta para poder entrar las demás”.

Las trabas rumbo a las gubernaturas

María Gómez Rueda lo comprobó: mientras más avanza una mujer en su carrera política, menos piso parejo hay. “El patriarcado no fácilmente quiere desprenderse de sus privilegios, a pesar de que ya somos muchísimas las mujeres organizadas”, dice. 

Durante seis años hizo política estudiantil en la Federación de Estudiantes Universitarios de la Universidad de Guadalajara. Ahí se enfrentó a obstáculos para ejercer una participación efectiva como mujer, fueron barreras pero en pequeña escala. En 2018 avanzó a ser regidora del partido Movimiento Ciudadano en el municipio de Zapopan, Jalisco. “Dentro del municipio sí tuve, por el alcalde y su equipo, apertura para manejar temas, pero fue ya cuando entré a las entrañas del partido cuando me encontré con estos obstáculos”.

A finales de diciembre se registró como precandidata a la presidencia de Zapopan por Movimiento Ciudadano. Lo primero que notó fue que, al interior del partido,  se trataba siempre de ponderar la participación de los hombres y evadir los criterios de paridad. “A la hora de designar las candidaturas en los 10 primeros municipios más grandes de Jalisco, se ponderó sí cumplir el criterio de paridad pero simulado, (y había) mucha resistencia a ceder los espacios a las mujeres, como si nosotros fuéramos una amenaza”. Decidió cancelar su registro. 

Las especialistas concuerdan: mientras más escalan, las mujeres enfrentan más trabas. La primera, los espacios de poder político están acaparados por grupos que tradicionalmente estaban integrados por hombres. La segunda, la violencia de género está más presente a través de constantes cuestionamientos sobre si están o no preparadas, si la población está “preparada” para que los gobierne una mujer o con ataques directos hacia ellas y sus familias. 

“Recordemos que no la tenemos fácil, la violencia en contra de las mujeres es una violencia muy cruel porque se meten con lo más importante que tienen: la familia”, afirma Negrete. 

Y la tercera traba es la falta de capacitación que, en muchas ocasiones, les impide levantar la mano. “Hoy las mujeres, y eso es muy digno de reconocerse, estudian mucho para poder presentarse a un cargo público porque la gran mayoría de las mujeres tiene esa consciencia de decir: no puedo ir a un puesto público si no tengo una preparación suficiente. En cuanto a la parte masculina, a la gran mayoría no les ha importado ni siquiera prepararse, su preparación ha sido a partir de que incursionaron en el tema político”.

El 3% frente a un gran problema

“El cambio es de largo aliento. Fortalecer capacidades políticas en las mujeres implica hacerse escuchar en un mundo como el de la política, poco acostumbrado a escucharnos. Requiere enfrentar inercias e inseguridades en el individuo, pero sobre todo necesita vencer paradigmas en una sociedad que todavía no logra dar el cambio cultural”, explicó María del Carmen Alanís Figueroa, ahora exmagistrada presidenta de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en el documento El compromiso de ejercer el gasto para el liderazgo político de las mujeres.

La capacitación a las mujeres está considerada dentro del presupuesto de los partidos políticos. Cada año deben destinar mínimo el 3% para capacitación, promoción y el desarrollo del liderazgo político de las mujeres. Este dinero puede usarse para investigaciones, publicaciones, talleres y difusión de estas actividades. 

De 2014 a 2020, 10 partidos destinaron más de 840 millones de pesos a este rubro. Tan sólo Morena contó con un presupuesto de poco más de 135 millones de pesos, de acuerdo con el Diario Oficial de la Federación (DOF). ¿Qué actividades realizaron? Seminarios, talleres, cursos, diagnósticos y capacitación, así como divulgación y difusión. 

En sus reportes de gastos, obtenidos por La-Lista vía transparencia, destacan los montos invertidos al periódico La Regeneración, editado por la Secretaría de Mujeres del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, y a la impresión de la Agenda Morena: Mujeres, documento que contiene una revisión histórica del rol femenino y los postulados del partido. Al primero destinó 17.1 millones de pesos en 2015, 2019 y 2020. El beneficio, según sus registros, alcanzó a más de 20 millones de personas. La partida para el segundo fue de 23.5 millones de pesos, con un impacto a 200,000 personas.

Para la capacitación de mujeres, el PRD tuvo un presupuesto de poco más de 100 millones de pesos en los mismos siete años, según el DOF. Sin embargo, en la respuesta a la solicitud de información no desglosa a qué actividades se destinaron, en qué fecha ni cuál fue el impacto de la inversión. 

La bolsa del PRI alcanza los 194.9 millones de pesos. El partido sólo entregó la información detallada de 2020, año en que realizó 31 actividades: 20 de educación y capacitación política (17.8 millones de pesos), dos de investigación (878 mil pesos) y nueve de “tareas editoriales de divulgación y difusión”, entre las que se incluyen manuales, videos y protocolos (6.5 millones de pesos).

En el caso del PAN, el presupuesto superó los 167 millones de pesos. En general, cada año sus proyectos de liderazgo político para mujeres se centraron en investigaciones y cursos. El objetivo de capacitación se planteó para 2,200 mujeres de 2015 a 2017. Un año después se aumentó la cobertura para 300 personas más y se abrió el curso Mujeres de Acción: Capacitación y Formación de Líderes para nivel nacional y estatal. Incluyeron también temas de derechos humanos y perspectiva de género. Y ya en 2019 y 2020 se llegó a 3,000 mujeres. Entre los gastos de la capacitación de estos años se incluyó comidas, hospedaje y costos de audio y video.

El Partido del Trabajo, el Partido Verde Ecologista de México, Encuentro Social, Nueva Alianza, Humanista y Movimiento Ciudadano, en conjunto, destinaron 243, 386,700 pesos para este mismo objetivo. La-Lista buscó la postura de los partidos políticos activos para conocer el impacto general de estas capacitaciones, pero al cierre ninguno contestó.