Algunos bebés regurgitan más que otros. ¿Qué hacer para reducir la cantidad? ¿Hasta dónde es normal que regrese la leche y cuándo es indicativo de un problema mayor?
Le acabas de dar de comer a tu bebé y de pronto… ¡se le regresa la leche! Aunque al principio causa mucho estrés, la regurgitación en los bebés es muy habitual, sobre todo en el primer año de vida. Como mamás nos preocupamos, pero antes de “pegar el grito en el cielo” debemos aprender a identificar qué es normal y qué no, cuáles son las cusas y cómo podemos diferenciarlo del vómito.
La regurgitación en los bebés, conocido en términos médicos como reflujo gastroesofágico, sucede cuando la leche que está en el estómago de nuestro pequeño regresa al esófago, el tubo que une la boca con el estómago.
De acuerdo con Clínica Mayo, la regurgitación es bastante habitual en los bebés pequeños, principalmente entre 0 y 6 meses de edad. Al no tener aún el organismo completamente desarrollado, hay inmadurez en el mecanismo de cierre (esfínter esofágico inferior), el cual impide que el alimento del estómago vaya de vuelta al esófago.
En la gran mayoría de los casos la regurgitación o “bocanada de leche” es de origen fisiológica, y con la edad se corrige. Mejora cuando comienza la alimentación complementaria (a los 6 meses) y el bebé pasa más tiempo en posición vertical, y suele desaparecer alrededor del año de edad.
Todos los bebés regurgitan, escupen o se les cae un “hilo de leche” , es normal. Según la American Academy of Pediatrics (AAP), una bocanada se produce especialmente, bajo las siguientes condiciones:
Se considera entre los límites “normales” hasta 10 o 12 veces al día, aunque la media es de una a tres regurgitaciones diarias.
Un estudio de Reiko Miyazawa, publicado en el National Library of Medicine, indica que el 47% de los lactantes de un mes tiene de uno a tres episodios de regurgitación por día. La proporción disminuyó al 28.8% a los 4 meses y al 6.4% a los 7 meses. No hubo diferencias significativas en la frecuencia de episodios de regurgitación entre los bebés amamantados, los alimentados con leche de fórmula y los que llevan una alimentación mixta.
“Una regurgitación normal no afecta el bienestar del bebé. Siempre que el bebé no tenga molestias, coma bien y aumente de peso, no hay de qué preocuparse. Si tu bebé aumenta de peso, las calorías perdidas a través de la regurgitación no lo afectan”, explica Clínica Mayo.
El Doctor Jesús Garrido, autor de Mi pediatra online e impulsor de la Pediatría Respetuosa explica: “El vómito es una contracción violenta de las paredes del estómago que están intentando expulsar el contenido que tiene dentro porque le está haciendo daño.
“Se puede identificar porque el bebé empieza a comer, está muy inquieto, y al final acaba por expulsar la leche con fuerza. El vómito siempre se acompaña de dolor, palidez de piel, sudoración o mala cara. Las causas las debe determinar el médico, es posible que sea alguna alergia a la leche. Si tu bebé expulsa leche y se queda sin malestar, entonces es una bocanada o regurgitación”.
De acuerdo con el experto, también hay que diferenciar la regurgitación del reflujo ácido o enfermedad por regurgitación gastroesofágico:
“La gente suele interpretar el reflujo ácido como que el bebé también echa mucha leche, pero hay algunos que prácticamente no expulsan nada. Si el bebé está muy incómodo, se arquea hacia atrás y empieza a tener la sensación de que se le sube algo.
“Si le provoca un poquito de tos, puede tener algo de mucosidad en la garganta, porque irrita la garganta y eso aumenta la producción de moco, no tolera estar acostado, pide que lo incorpores, y no es porque no quiera, sino que notas que le duele.
“Si además ves que su lengua está blanca, porque el reflujo ácido quema las papilas de la lengua. Notas que se le irrita la piel alrededor de la boca con facilidad y el babero huele agrio. Ves que la leche está como cortada, con grumos o un líquido claro que huele a vómito, entonces es muy probable que sea reflujo ácido”, dice Garrido.
Con lo anterior puedes identificar si es regurgitación, vómito o enfermedad por reflujo gastroesofágico. En los dos últimos, solo el médico podrá darte tratamiento tras identificar las causas. Si se trata de una regurgitación normal, existen algunos tips que te pueden ayudar:
Sobre el uso de remedios caseros, Clínica Mayo advierte: “No recomendamos agregar cereal de arroz u otro cereal a la leche materna o fórmula. Esto se hace comúnmente, pero se ha descubierto que no es útil y agrega calorías de carbohidratos demasiado pronto. El arroz u otro cereal se puede introducir con cuchara alrededor de los 6 meses de edad (y no antes de los 4 meses).
“Puedes mantener al bebé en posición vertical durante 30 minutos después de alimentarlo, y esto a veces puede mejorar el reflujo. Recuerda, el reflujo es normal en los bebés, pero si empeora repentinamente, si tu bebé no aumenta (o pierde peso), o si tiene síntomas de enfermedad (tos, etc.), busca atención médica”, puntualiza la Doctora Lee Johnson, Pediatrics, Mayo Clinic Health System in La Crosse Wisconsin, USA, en respuesta a Baby Creysi.
Este artículo se publicó originalmente en Baby Daily. Consúltalo aquí.
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