Lorena Urrea, la centinela que aguarda la llegada de las vacunas

Dieciocho de diciembre de 2020. Hace unas horas que Lorena Urrea, administradora central de Operación Aduanera en México, participó en un simulacro para la recepción de la vacuna contra el Covid-19, que finalmente se concretó el 23 de diciembre.

Es el mismo día en que la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anuncia el retorno al semáforo rojo y la suspensión de actividades no esenciales en la capital del país. Al mismo tiempo que las redes sociales reproducen y reproducen postales de fiestas o filas interminables en centros comerciales para realizar compras de Navidad y fin de año.

Con cierto pesar, Urrea, quien ocupa la segunda posición más alta en la Administración General de Aduanas del Servicio de Administración Tributaria (SAT), reconoce: “Es algo difícil. (Parece) algo que no termina y cada vez se complica más”. Pero destaca por la misma razón la llegada de la vacuna al país. Representa la esperanza de cambio de rumbo frente a la pandemia.

“Me ha tocado de manera particular… Algunos integrantes de mi familia estuvieron contagiados y eso para mí fue un golpe fuerte”. A nivel profesional también ha sido una dura experiencia el aprender a manejar la llegada de la fatalidad: desde el inicio de la situación de emergencia sanitaria han fallecido 10 trabajadores de aduanas a consecuencia de su exposición durante el desempeño laboral.

“Algunos de ellos eran jóvenes que pensaban que todo estaba bien… de 20, 29 años. Hablar con sus familias ha sido muy duro. Ellos merecen que honremos su memoria (como los médicos y las enfermeras) dieron su vida por todo esto”.

Reto compartido

Como todas las mujeres que forman parte del grupo que hizo posible el acceso a las vacunas contra el SARS-CoV-2, participar del proceso ha sido un reto personal y profesional. En su caso, a su cargo está la coordinación de 49 aduanas y 204 puntos tácticos.

Una de las misiones a cumplir desde la administración central de operación aduanera ha sido vigilar y controlar la llegada de insumos esenciales para el personal médico en la red de salud pública: cubrebocas, caretas y, en días más recientes, la vacuna.

“Nos toca vigilar el despacho de la mercancía y que cumpla con los requisitos y regulaciones nacionales e internacionales. Analizamos y verificamos su correcta clasificación, que sea realmente la que se había encargado y la que está enviando el importador. Simplificar y agilizar el proceso”. 

Si alguna mercancía llegó abierta, la desechan en conjunto con la Cofepris. Y también cuidan que no venga mezclada con otra, porque es un tema de seguridad nacional.

¿Los retos de esta pandemia han terminado? No. En palabras de Urrea, como país nos hace falta “un poco más de tecnología”. Uno de los problemas es la cadena de frío, que mantiene la temperatura adecuada durante los traslados y manejo de la vacuna al llegar al país. “Considero importante empezar a armar refrigeradores que permitan garantizar que la vacuna llegue en esa temperatura especial, para que se aplique sin que ninguna persona corra riesgo”.

También es tiempo de ser conscientes, enfatiza la ex subdirectora de Comercio Aduanal del SAT. “Si no tienen a que salir, no salgan. Esto es real. Utilicen cubrebocas, no realicen fiestas. Es momento de ser responsables y hacer las cosas como los expertos han pedido. Por todas esas personas en la primera línea que hemos perdido debemos hacerlo”.