Las pensiones para personas con discapacidad llegan a solo 38% de quienes cumplen con el perfil que solicita el Programa. Hoy, con los nuevos datos de población apenas ayudan a 20% de los que deberían estar dentro de un padrón cargado de inconsistencias.
“No concibo que, en un país que otorga recursos, no haya un padrón claro y específico de quién recibe esos recursos”, le dijo esta semana Edgar Vielma, director general de Estadística Sociodemográficas del INEGI a Katia D’Artigues del sitio Yo También en una entrevista post Censo 2020.
Este portal de noticias desde y sobre la discapacidad, es un esfuerzo que llevamos adelante Katia y yo desde hace dos años y medio. Es el primer medio que se enfoca 100% en temas de inclusión, accesibilidad y derechos de esta minoría.
Las dos somos periodistas y peleadoras compulsivas, pero el verdadero motor detrás de esta cruzada informativa (y formativa) son Alan y Lucca, nuestros hijos con discapacidad.
Y sin dudas siempre uno de nuestros temas más recurrentes en nuestro portal son los datos, bueno, la falta de datos. Empezando por el dato de cuántas personas con discapacidad (pcd) hay en México y cuál es su condición, qué tipo de discapacidad tienen, cómo la adquirieron, en qué estados hay mayor prevalencia, cuántos están cubiertos por servicios de salud, cuántos están escolarizados, cuántos tienen empleo, cuántos, cuántos….
Sabíamos que el dato del Censo 2010 no era un buen referente. En aquella oportunidad se contabilizaron (con un cuestionario ambiguo y poco claro) que había 5.7 millones de personas con alguna discapacidad, el 5,1% de la población a esa fecha.
La ONU tiene un dato más universal que, ponderando la información de la mayor parte de los países del mundo, llegaron a un porcentaje de incidencia casi común a todos: 15% de la población.
En el Censo 2020 – se incluyó una pregunta diseñada internacionalmente para medir barreras sin mencionar la palabra “discapacidad” – finalmente el número parece estar más cerca de los estándares internacionales: 20.838.108 personas presentan alguna discapacidad, lo que equivale a 16.5% de la población.
El tema es que muchas decisiones de política pública sobre presupuestos para educación, salud, acceso a apoyos económicos, se basaron en ese dato del censo 2010, con un ajuste de 2018 de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID). En este relevamiento el número de pcd sumaba 7.9 millones de mexicanos.
Entre 7.9 y 20.8 hay una distancia de !13 millones de personas !
En 2018 se lanzó el Programa de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente. Se levantó un censo por parte de los ‘siervos de la nación’, con muchas inconsistencias y poca claridad en los objetivos y de los resultados.
La promesa de campaña de AMLO era apoyar a 1 millón de personas con discapacidad.
Luego la realidad presupuestaria y la austeridad le bajaron un par de ‘rayitas’ y el apoyo bimestral de 2550 pesos solo se entregó ese año y el siguiente a 815,923 personas.
Coneval lo evaluó en 2020 como un programa inconsistente porque buscaba apoyar a niños, niñas y jóvenes hasta 29 años con alguna discapacidad permanente así como personas con discapacidad de 0 a 64 años que vivieran en comunidades indígenas.
El padrón -para entender el tamaño de la opacidad- no incluye entre las preguntas sobre los beneficiarios el sexo, la edad, ni el nivel socioeconómico.
El Programa recién publicó sus Reglas de Operación dos años después, en febrero de 2020. Y cambiaron hasta el tipo de beneficiarios: se sumaron comunidades indígenas y afromexicanas y personas de entre 30 y 67 años que vivieran en zonas de alto grado de marginación. Nuevamente la zona o la marginación no están cargadas en ese padrón.
De hecho, su última actualización a mayo de 2020 afirmaba que sólo 636,361 beneficiarios habían cobrado sus apoyos.
Si ahora hay 13 millones de pcd ‘extras’ según revela el Censo 2020, el nivel de impacto de este Programa se vuelve menor, casi la mitad de su bajo peso previo.
Si dentro de una población de pcd de 7.9 millones había 2.1 millones en condiciones de recibir un apoyo y solo se entregan a 636.361 personas, esto quiere decir que el Programa solo alcanzaba a 38% de quienes lo merecían por su perfil.
Con una población de 20.8 millones de pcd, las personas que cumplen con los requisitos que marca el programa suben a 3.086.101. Si los beneficiarios se mantienen estables en 636.361, el Programa de Pensión para el Bienestar alcanza a la mitad, a solo 20% de quienes lo merecían.
¿No será hora de poner claridad en las cifras y aprovechar el censo para transparentar el Padrón de Beneficiarios y ajustar de una manera más cercana el verdadero impacto que se espera y que se midan los resultados?
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