Dos Bocas se apellida Ley Combustóleo

¿Cuál es el costo de construir Dos Bocas?

Más allá de los supuestos y engañosos ocho mil millones de dólares que costaría la Refinería Dos Bocas, y que excluyen costos como el acondicionamiento del terreno, el acondicionamiento del puerto o la necesidad de construir infraestructura alrededor de la obra en Paraíso, Tabasco, tiene un costo mucho mayor que no se ha medido en su magnitud.

Construir una infraestructura o al menos intentarlo significa usar una serie de recursos que significan distraerlos para destinaros hacia el proyecto, incluido el presupuesto de mantenimiento de las demás refinerías.

Pero en la visión del presidente hay dos cosas que hacer: construir en Tabasco una refinería y refinar más.

¿Se pueden hacer las dos cosas bien al mismo tiempo?

Tal vez con suficiente dinero, pero el problema es que los recursos del gobierno y de PEMEX son finitos y una obra como Dos Bocas difícilmente consigue financiamiento, ante la duda de tener un retorno de inversión aceptable.

Entonces hay que mandar toda la liquidez a la obra, o cómo presume el gobierno “hacerla con recursos propios”.

Y eso significa dejar de mandar dinero a salud, educación u otras prioridades de la población o en su defecto, no usarlos en el mantenimiento o re-configuración de las demás plantas del sistema.

Pero mantener las actuales refinerías en estas condiciones y disminuir el presupuesto de mantenimiento significa seguir con las ineficiencias de cada planta. Por ejemplo, el año pasado destinaron mil millones de dólares de presupuesto para modernización del sistema nacional de refinación, pero sólo la coquizadora de Tula requiere el doble de inversión que eso.

Esas ineficiencias se traducen en procesos poco exitosos y significan combustóleo.

Pero tener combustóleo de más, sin procesarlo adecuadamente, obliga a tener cómo deshacerse de él.

Pero el problema del combustóleo es que además del mercado, requieres capacidades logísticas. Sin ellas, tu mercado es limitado. Sacar el combustóleo a zonas en las que se puede exportar requiere capacidad logística enorme que además es muy costosa.

Si el sistema de refinación expulsa 230,000 barriles diarios de combustóleo, hay que mover esos 36,570,000 de litros de combustóleo hacia buen puerto.

Si pensamos en pipas de 20,000 litros, se requieren 1,828.5 viajes diarios. El monto suena muy complicado y ese es el caso de PEMEX. Pero tiene un mercado que puede ser relativamente cautivo y es el de CFE.

CFE tiene termoeléctricas a poca distancia de las refinerías y queman el combustóleo para generar electricidad. Pero generar con combustóleo es caro y contaminante.

Pero para usar combustóleo, considerando el alto costo de generación, necesitas cambiar el sistema, pues por mérito económico no entran en operación las termoeléctricas.

Recordemos que en el marco jurídico original de la Ley de la Industria Eléctrica sólo se recibe la generación mas barata y necesaria para satisfacer la demanda. Y las termoeléctricas cada vez se necesitarían menos de entrar en operación más renovables, como fue el caso de 2020.

Entonces cambias la ley para forzar que se use el combustóleo.

Para eso reforman la Ley de la Industria Eléctrica.

El problema es que eso se traduce en mayor contaminación, encarecer la energía eléctrica, incumplir con acuerdos internacionales en materia ambiental, comercial, incumplir contratos, causar pleitos con empresas que confiaron en México y que ofertaron costos de energía que rompieron récord mundial, al servicio de los mexicanos.

El problemas que ademas todo este plan no es plan. Es sólo la idea de una persona, que entiende el asunto energético como era hace 50 años.

Y el mundo ya tiene otras prioridades.