El hábito de respirar, sentir el cuerpo, encontrar el ancla en el momento presente y convertir el desarrollo de la concentración y la atención en algo cotidiano. Al hacer eso me amigo con mis miedos pero no soy el miedo, los escucho y registro pero no me paralizan.
Parece una contradicción invitarlos a que se amiguen con sus miedos, que los escuchen, entiendan y observen con perspectiva y ecuanimidad y activar la inteligencia emocional para transitar las ansiedades.
Puedo mostrarles cientos de estadísticas contundentes sobre el incremento de temores y problemas de salud mental y física asociados al miedo a raíz de la pandemia, pero mi intención con esta columna es que juntos podamos encender la meditación analítica, respirar profundo y despegarnos de la emoción asociada al miedo que no nos deja dormir, disfrutar, relajarnos, vivir.
En la columna de la semana pasada les propuse una lista concreta de activación de inteligencia emocional (ver Mindfulness es un derecho humano) para que cada uno de nosotros nos convirtamos en una ONG de ayuda al prójimo: empieza por ti, conócete, autogestiónate, activa la empatía dentro tuyo para poder ofrecer algo a los demás.
“Es fundamental vivir en el presente, nuestra mente tiende a ir al pasado añorando lo que sucedió o al futuro tratando de controlarlo y ahí está la ansiedad. La ansiedad tiene miedo y deseo de control porque vivimos pensando. Tenemos entre 70 mil a 90 mil pensamientos por día y la mayoría de ellos están en el pasado o el futuro y el entrenamiento de mindfulness es a estar en el presente” explica explica Cristina Schwander, magister en inteligencia emocional, Bioenergética Coach Advance y Coach Ontológica senior, cofundadora de la Universidad Siglo XXI, presidente de la Fundación Armos, escritora y emprendedora.
Schwander amplía diciendo que “no los podemos parar pero si gestionarlos, lo mismo que las emociones no las podemos apagar o prender, no somos responsables de las emociones que tenemos sino del tiempo que estamos en esa emoción”.
Parece fácil decirlo pero hacerlo requiere práctica y constancia, sin embargo no es requisito ser un meditador maratónico sino incorporarlo a la rutina poco a poco hasta que se convierte en un hábito. El hábito de respirar, sentir el cuerpo, encontrar el ancla en el momento presente y convertir el desarrollo de la concentración y la atención en algo cotidiano. Al hacer eso me amigo con mis miedos pero no soy el miedo, los escucho y registro pero no me paralizan.
“Es importante entender, dice la experta, que el miedo me indica que la amenaza es mayor que mi recurso y juegan tres factores: intensidad, momento y recurso. La intensidad que avisa cuán grave es la amenaza, el momento es decir si es inmediata e inminente y los recursos que tienen que ver con si puedo prevenir o hacer algo con la situación”
Para comenzar este proceso de amistad con los miedos es fundamental primero analizar estos tres factores y también entender que “las emociones tienen intensidad, el miedo en intensidad baja es incertidumbre o precaución, en intensidad media es miedo y en alta es pánico”, dice Schwander
Ojalá nos demos cuenta que somos humanidad compartida con otros seres humanos y con todo lo viviente, con la madre tierra y que despertemos la inteligencia emocional.
El equipo mexicano de natación artística se quedó con el primer lugar en la rutina técnica por equipos de la…
Si participaste, así mira tus tiempos.
¿Eres ganador? Consulta aquí los resultados del Sorteo Tris de hoy domingo 5 de mayo.
En México, este fenómeno no es una excepción. El crecimiento de la liga local, así como de las selecciones menores,…
Los primeros reportes detallan que los agresores se habrían equivocado de lugar.
La cantante estadounidense superó a los Rolling Stones y a Rod Stewart.