Mirarnos a nosotros mismos es un ejercicio de valentía que implica un gran camino por recorrer.
Por hábitos culturales, educativos y ancestrales estamos siempre buscando a los responsables o culpables de las cosas que nos suceden. Pueden ser eventos cotidianos, desencuentros fortuitos, situaciones pasajeras o grandes historias de relaciones íntimas.
Lo cierto es que “siempre alguien, que no soy yo, tiene la culpa de lo que me pasa o deja de pasar”.
El Presidente o el jefe, el ministro de economía o la profesora, el médico o el chofer del autobús, la esposa, el marido, los hijos o las nueras, yernos, cualquier miembro de nuestro árbol genealógico, siempre estamos con el dedo índice señalando hacia afuera, mirando quién o quiénes nos han puesto en el lugar donde estamos o nos han hecho vivir ciertas cosas.
A esto le llamo la ‘ley del menor esfuerzo’ en donde rápidamente pongo la responsabilidad en algo exterior a mí, como si yo no tuviera nada que ver con el desarrollo de los acontecimientos de mi vida, obteniendo una falsa sensación de seguridad y distancia de lo que sucede.
El punto es que pasarle la mochila al otro, a la idiosincrasia, al gobierno de turno o a la mamá es un mecanismo adquirido, un hábito entramado profundamente en nuestro mundo occidental por eso esta columna quiere invitarte a cuestionar este sistema de creencias. Cuando lo hagas vas a pasar por un proceso importante de iluminación que al comienzo puede ser doloroso y que sin dudas a largo plazo te va a convertir en un ser libre y empoderado.
“¿Qué he hecho yo para merecer esto?”
¿Te resuena la pregunta? ¿Te la has hecho alguna vez?
Victimizados nos vemos sometidos a lo que otros u otro “nos hace” sin tomar responsabilidad sobre lo que hemos invertido en el asunto. Nosotros no tenemos “nada que ver” con lo que sucede y así nos diversificamos, quitando el cuerpo de nuestra total y absoluta participación en todo.
Indudablemente cambiarle la narrativa a esto requiere un altísimo grado de valentía, el ‘otro’ o ‘los otros’ ya no tienen ‘la culpa’ de tu situación económica, amorosa, laboral o familiar sino que está en ti reconocer y resignificar todo lo que te sucede.
Saltar acantilados, hacer deportes extremos, mover tu adrenalina hacia afuera proyecta al mundo valentía y osadía, por lo tanto mi propuesta es hacer lo mismo pero hacia adentro. Activar otros niveles de conexión con tu ser interior que van a producir una verdadera revolución en ti y en tu entorno.
Así como hablo de mirar atentamente el autobullying que ejerces contigo o activar tu propia crianza respetuosa ahora te invito a despedirte de la víctima agazapada que late en ti para que pueda salir de una vez y para siempre.
Te invito a hacer este pequeño y poderoso ejercicio de conciencia con las cuatro Rs o pasos sencillos y definitivos para hacerte responsable de todo lo que piensas, haces, dices, miras, escuchas, comes y decides. Cada cosa que te rodea, todas las situaciones personales o familiares tienen que ver con tu mente y emociones. Tú eres parte integrante del tejido de la vida y es hora de asumir con presencia absoluta donde estás parado.
1-Reconoce: mira la situación en su totalidad re-conociendo (volviendo a conocer) sus matices y laberintos. Hazlo como role playing, poniéndote en el lugar del otro ya que tendrás un panorama completamente distinto al que te dicta tu mente.
2-Registra: enlista tu participación en la situación como si otra persona lo escribiera. De esta manera vas a tomar distancia del peso emocional que eso tiene para ti. Al ponerlo en papel verás que pierde potencia y poder dándote un alivio inmediato
3-Respira leyendo lo que escribiste: Sin juicio, con profundo amor hacia ti mismo y la convicción de que estás en el camino correcto y que asumir tu parte y responsabilidad en todo lo que te sucede te pone en el camino de la libertad absoluta.
4-Repite este mantra u oración: digo adiós a la víctima, doy la bienvenida a mi libertad. Repítelo tres veces al día durante un minuto para comenzar y luego puedes ir aumentando la práctica. Mira lo que te ocurre al incorporar esta afirmación en tu vida.
*Cynthia Zak es escritora, periodista, cantautora, maestra de yoga y meditación, conferencista internacional y directora de Mindfulness del Yomu Institute. Es la cofundadora del sistema de Mindfulness Yomu y emprendedora. Conoce más de ella en su canal de Youtube, así como en su podcast, Instagram y Twitter.
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