Música, maestra

“El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”.

Amelia Earhart

Hace unos días, en el Walt Disney Concert Hall se estrenó Kauyumari de la compositora mexicana Gabriela Ortiz. Fue un momento cargado de magia, ya que la Filarmónica de Los Ángeles, LA Phil, orquesta dirigida por Gustavo Dudamel, regresó a su sede principal después de 500 días de permanecer en silencio. Fue un recital que precisamente abrió con la pieza de Gabriela, una mujer que vive intensamente y se emociona con un partido de los Dodgers, que vibra charlando con el mismísimo Herbie Hancock y padece como la primera vez enfrentarse a la hoja pautada en blanco.

Toda una hazaña si pensamos que la lista de mujeres compositoras mexicanas de música clásica y contemporánea es reducida por la falta de espacios en un universo regido por los compositores y por las partituras europeas, a bote pronto me vienen a la mente Guadalupe Olmedo, María Teresa Lara, María del Pilar Alicia, Rosa Guraieb, Gina Enríquez, Marta García Renart, Ana Lara y la propia Gabriela Ortiz, reducido grupo que se han plantado frente al mundo. 

A su regreso de tierras angelinas, platicamos sobre la experiencia de celebrar la vida, a pesar de los duelos, heridas y rupturas surgidas durante el surreal escenario pandémico. Al preguntarle sobre el concierto, se le iluminó el rostro ya que dijo que pocas veces había visto a la orquesta tan cargada de adrenalina y bueno, haber presenciado que su obra, la cual toma su nombre y esencia de la cultura Wixarika como la encargada de abrir la gala… todo un privilegio.  

Con una trayectoria por demás reconocida, Gabriela Ortiz creció entre notas sonoras, ya que sus padres fueron cofundadores de Los Folkloristas, agrupación que se formó en 1966 y representó para ella una de sus raíces. Especializada en piano, Ortiz ha compuesto piezas que han interpretado orquestas y ensambles de Francia, Londres, Estados Unidos y México, entre otros, camino que ha podido transitar por su visión cargada de esperanza para un renacer y oportunidad de cambiar para mejorar y así, convivir de una manera saludable.

Sobre la posibilidad de abrir otras vías para las composiciones hechas por mujeres, manifestó que hay mucho por hacer, ya que de alguna manera la música no se ha ubicado en suelo firme, ni en México ni en el mundo. Por lo que es necesario sumar más programas en las escuelas, generar una conexión a nivel internacional a través de las embajadas y consulados, provocar recitales y conciertos para que la música se escuche en vivo, ponerla al alcance y sin prejuicios.

En próximas fechas, Gabriela Ortiz, que ocasionalmente sueña con música, estrenará una obra dedicada a Clara Schumann, también prepara una colaboración con la violinista española María Dueñas, la Filarmónica de Nueva York estrenará una de sus obras, prepara un encargo de la Orquesta de Cincinnati y también su música llegará a Bretaña, Francia… sobre la posibilidad de que orquestas mexicanas interpreten sus composiciones, Gabriela Ortiz dice tener a mano las partituras, solo falta que le llamen… 

Me quedó pensando y sueño que Kauyumari sería un regalazo para el público con un concierto en la explanada la Espiga en el Centro Cultural Universitario a cargo de la OFUNAM…