Termina la era de Angela Merkel

Termina la era de Angela Merkel, la primera mujer que gobernó Alemania se retira después de 16 años como canciller federal, cuatro mandatos y tres décadas de carrera política. Se despide con una aprobación récord gracias a su estrategia para controlar la pandemia de Covid-19, llevando a Alemania al punto de convertirse en uno de los países que mejor están gestionando la crisis sanitaria mundial liderados por mujeres; y a nivel internacional, se consolidó año tras año como la principal líder europea. La emblemática dirigente quedó a nueve días de batir el récord de longevidad en el poder del excanciller Helmut Kohl.

Una de las líderes más influyentes del mundo, Merkel ha contribuido a determinar el curso de la política europea y global. Ha sido un poderoso modelo a seguir para las mujeres jóvenes, logrando reducir la brecha salarial de género y motivando a más mujeres en posiciones de liderazgos en política y negocios.

Su legado es haber representado el pensamiento racional, pragmático y orientado a dar soluciones, en un mundo en el que las personas y gobierno han adoptado enfoques populistas, irracionales o narcisistas. En este sentido, Merkel le ha dado a su país lo que se espera de un líder: una voz tranquila, con mensajes directos y claros para la ciudadanía en un mundo turbulento y cambiante.

Su forma de hacer política ha sido la de una líder centrada, que no toma decisiones apresuradas, sin demostraciones innecesarias de fuerza ni conflictos directos, pero que al final del día logra sus objetivos. Esto ayudó a llevar a Merkel a la posición de máxima líder de Europa.

Una estadista comprometida con los grandes desafíos de la agenda mundial, como lo es el cambio climático. Bajo su gobierno, el país ha batido récords en el uso de energías renovables y la reducción de emisiones. En materia migratoria, adoptó una política audaz de puertas abiertas, cambiando sus reglas de inmigración. Una frase suya se volvió emblemática: “Podemos hacerlo”, comparada con el “sí, podemos” de Barack Obama, enmarcando la crisis de los refugiados como una crisis humanitaria, y no política.

En materia económica, siempre actuó como embajadora de la economía y de la industria alemana. La economía se mantuvo en crecimiento durante las últimas décadas, aplicó fuertes medidas de austeridad, ganándose la confianza de los ciudadanos que entendieron que Merkel estaba protegiendo la economía alemana de los países que no eran capaces de llevar en orden sus cuentas, logrando que más alemanes estén viviendo de manera más próspera en los últimos 15 años.

Sin sus habilidades políticas, la Unión Europea se habría enfrentado a una división interna sin precedentes entre Polonia y Hungría y la recuperación económica del continente tras la pandemia se hubiera suspendido con mucha mayor presión sobre el Banco Central Europeo.

La imagen internacional de la canciller se ha consolidado como una líder fuerte. Que siempre defendió el multilateralismo y que dijo: “Si dejamos de escucharnos, dejaremos de encontrar soluciones. Hacer política se debe de hacer con el corazón abierto”.