Guacamayaleks, ¿y todo para qué?

Que hasta ahora una de las preguntas que más se hacen quienes han podido revisar los correos hackeados por Guacamaya es ¿para qué ha servido tanta labor de inteligencia militar en México?

Van dos ejemplos: desde 2014, el Ejército señaló una lista de 20 alcaldes presuntamente ligados con el narcotráfico en Guerrero. Uno de los mencionados hoy es diputado federal del PRI. Es decir: ¡ascendió!

Otro ejemplo, el Ejército dio seguimiento en 2017 y 2018 a un presunto narcotraficante de la Tierra Caliente, sabía hasta cuándo se enfermaba, qué compraba y las actividades de su familia, incluidas exesposas. Cuatro años después, el jefe del narcotráfico sigue como pez en el agua cuidando “su territorio” y operando en la misma zona, que por cierto la semana pasada fue escenario de una masacre por parte de un grupo rival.

¿Para qué tanta inteligencia entonces?

Hablando de Guacamaya, en los pasillos de Palacio ven que el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha cambiado su discurso que minimiza el hackeo masivo a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Pese a la actitud del presidente y sus propagandistas que han querido minimizar lo ocurrido, a lo largo de toda la semana siguieron apareciendo informaciones como que, por ejemplo, Adán Augusto López designó a presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación como titulares de seguridad en Tabasco. O que el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, apoyó el ingreso del Cártel del Noreste a la entidad, lo que provocó enfrentamientos con el Cártel Jalisco en 2019.

Lo que queda claro es que el mandatario federal al menos esta semana perdió el control de la agenda pública y, por si fuera poco, le renunció otra secretaria de Estado (Tatiana Clouthier), en pleno litigio comercial por el T-MEC. Eso sí duele. A lo mejor por eso negó un abrazo.

Que en cambio quien sí bajó bien el balón del hackeo de Guacamaya fue el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal.

En los pasillos del palacio se supo que el morenista encabezó a media semana una reunión para analizar el marco jurídico y las propuestas legislativas en materia de ciberseguridad.

Para Monreal, “la ley debe tipificar los delitos en contra de la confidencialidad, integridad, disponibilidad de los datos y sistemas informáticos; así como el acceso ilícito a sistemas informáticos y reproducción ilícita de la información contenida en estos”.

Claro, después del niño ahogado… a tapar la ¡Guacamaya!