Con llegar a la final, Chivas ya ganó

Chivas disputará este jueves su primera final de Liga MX en seis años. Esto llega en un camino que, pese a ser el comienzo del mismo, es prometedor e ilusiona. Los rojiblancos estrenan el ciclo de Fernando Hierro, como director deportivo, y Veljko Paunovic, en el puesto de director técnico.

No obstante, el destino no está dictado. Para coronar la temporada, “el Rebaño” tendrá enfrente a los Tigres de André-Pierre Gignac, el equipo que en la última década (del Clausura 2013 a hoy) más finales ha disputado junto con el América, con seis. “Los Felinos” son una escuadra acostumbrada a estas instancias definitorias.

¿Por qué para Chivas la victoria es estar en la Gran Final del Clausura 2023?

Tándem europeo para el éxito nacional

Para volver a una final de Liga MX, Chivas tuvo que pasar por una serie de fracasos en la dirección deportiva. Desde el final de la era de José Luis Higuera, pasando por Gabriel de Anda y Mariano Varela, hasta Ricardo Peláez. Esta última etapa estuvo marcada por más penas que glorias, constantes cambios en el banquillo y no haber logrado la clasificación directa a la Liguilla en esos seis torneos consecutivos.

Y entonces, ocho días después de caer eliminados en penales ante Puebla en el Repechaje del Apertura 2022, llegó el inesperado nombramiento de Fernando Hierro en la dirección deportiva, sustituyendo al despedido Peláez.

Las sorpresas impensadas no pararon. El 1 de noviembre de 2022, Veljko Paunovic fue presentado como el nuevo director técnico. Dos europeos, sin experiencia previa en el balompié azteca estaban a cargo de un equipo que no lograba alzar el vuelo.

Desde el primer momento, Hierro respaldó a “Pauno”. Afirmó que aquel que en 2017 fue comparado con Pep Guardiola por Bastian Schweinsteiger fue la prioridad para el proyecto.

El nuevo pastor serbio del “rebaño”, pese a trabajar con el cuarto plantel más caro de la campaña, según Transfermarkt, tuvo que adaptarse a lo que encontró. Un equipo con limitaciones en algunas zonas del campo y, sobre todo, sin un nueve nominal que dé resultados.

Pese a todo lo anterior, la dupla serbio-española ha logrado notables resultados en lo que va la temporada: fueron la quinta mejor defensa de la campaña con apenas 18 goles recibidos; sumaron 34 puntos a lo largo del torneo regular por primera vez desde el lejano Clausura 2004; clasificaron a Concachampions, por primera vez en cinco años –cuando la ganaron–, y metieron al equipo directo a Liguilla, a una final por primera vez en 11 torneos –desde que fueran campeones en 2017– y terminaran terceros de la tabla general.

La oportunidad de romper una tradición

Chivas es el segundo equipo más laureado en la historia de la Liga MX y el que más presencia tiene en la serie final de futbol nacional. “El Rebaño” es un equipo de tradición ganadora, pero desde la época del “Campeonísimo” no ha logrado establecer periodos ganadores.

Desde 1970, cuando Javier de la Torre logró su última corona de liga, los rojiblancos sólo han ganado un título liguero por década. Si Paunovic logra alzar la corona del futbol mexicano el domingo, hablaríamos de que Chivas tiene siete años más para “maniobrar” otro título de liga, algo que no se antoja imposible con un proyecto que presume un glorioso inicio.

Otra tradición es que Guadalajara tiene la oportunidad de romper aquel mito sobre la adaptación y conocimiento previos del futbol mexicano para todo aquel nuevo elemento general que se integra a la Liga MX, pero que la misma prensa y público suelen alimentar al primer tropiezo de un jugador o entrenador.

Una eventual victoria de los jaliscienses también daría una lección importante sobre el reconocido “reciclaje de entrenadores” en México.

Sin importar lo que ocurra esta noche en el Volcán, en conjunto con lo que suceda el domingo en el Estadio Akron, Chivas ya ganó. Estoy seguro que en enero cualquier aficionado habría firmado ciegamente todos estos logros ya obtenidos. Espero no malentiendan mi texto, Chivas, estas Chivas, ya ganaron por el puro hecho de estar en la final. Sin embargo, el torneo puede terminar con triple premio: haber dejado en el camino a sus dos más acérrimos rivales, llegar a la final y alzar la corona del Clausura 2023.