¿A quién le toca ‘resolver’?

Estas últimas semanas se puso en tendencia en redes sociales el tema de “resolver”. La polémica refiere que al sector femenino le gustan los hombres que resuelvan situaciones comunes de la vida diaria sin que ellas se lo pidan; ejemplo de ello puede ir desde cuadrar una cena hasta solucionar adversidades que se encuentran en la relación.

No es la primera vez que se ponen en tela de juicio los arquetipos, actitudes y hábitos en las relaciones sentimentales, ya que hace unas semanas también se pusieron en controversia los términos como “mujeres de valor” o, incluso, hubo “linchamientos” mediáticos contra personajes como “El temach”, quien comparte consejos a hombres sobre cómo deben llevar su relación según sus parámetros.

A partir de la temática de resolver comenzaron a surgir críticas que refieren que alguno de los involucrados busca una figura paterna dentro del noviazgo o matrimonio. El argumento va desde mujeres que buscan un hombre que “resuelva” porque ellas hacen el mayor esfuerzo en la relación y terminan siendo una figura materna para él; hasta su contraparte de masculina que se queja de fungir como padre de ella, quien resuelve todo como si fuera su hija y no su novia.

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Vale aclarar que esta polémica ataca principalmente a las figuras heterosexuales, y no es casualidad, ya que detrás de esta polémica sigue estando el factor de roles de género. Más allá de lo que esperamos de una pareja con quien queremos compartir parte de nuestra vida, el rol de género es un parteaguas sobre lo que podemos ofrecer: un hombre proveedor o una mujer complaciente.

Aunque las relaciones se tratan a partir de acuerdos y un trabajo en equipo que se construye entre dos, hay a quienes les funciona otra fórmula (que desencadena en polémicas como la antes descrita). Desde la perspectiva de su humilde servidor les toca resolver a los dos, cada uno como adulto funcional que no busca suplir una figura materna o paterna en la relación. ¿Quién no crece con traumas? Es hora que cada persona tome la responsabilidad que le toca y curar sus propias heridas, sin esperar que alguien lo venga a salvar.

La responsabilidad afecta, en perspectiva del psicoterapeuta Jaime Gama, también está en ser sinceros con nosotros mismos y a prender a localizar tanto lo que queremos, como que le necesitamos; y en función de lo anterior evaluar si la otra persona puede y quiere darnos lo que necesitamos. Sin embargo, es responsabilidad de cada uno la toma de decisiones, así como curar y aprender a vivir con nuestras lesiones de vida.

Supongo que una vez que hagamos los roles a un lado, podría ser más fácil localizar lo que esperamos de una pareja sin importar su género. Es momento de combatir la realidad freudiana y dejar a buscar a tus padres en una relación.