El rostro femenino de la guerra

La historia de Ucrania cambió radicalmente el 24 de febrero de 2022. El inicio de la invasión rusa no sólo movió el tablero geopolítico global: cambió la vida entera de sus habitantes en todos los sentidos. Más allá de lo que consumimos a través de los medios, el día a día de quienes habitan este conflicto dejó de tener las reglas qué solía tener. ¿Cómo se vive cuándo el riesgo de morir en un ataque es latente? ¿Cómo atraviesa esa violencia la vida diaria? ¿Cómo lo hace con las mujeres?

“El rostro femenino de la guerra”, muestra a cargo de la curadora y artista Olesya Drashkaba, despliega las visiones de 35 mujeres artistas ucranianas a través de un formato que en estos dos años, cobró relevancia: el póster. “Para muchas artistas (y para mí también), el cartel no era la dirección principal de la creatividad antes del 24 de febrero de 2022. Pero después de la invasión, esta poderosa herramienta, que por un lado es una obra de arte y por el otro, un artefacto de acontecimientos históricos, se convirtió en una forma muy rápida y profunda de contar historias”, comenta al respecto Drashkaba.

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“Es importante para mí mostrar a la audiencia mexicana las historias de la guerra en Ucrania no desde la perspectiva de las noticias o la política, sino desde la perspectiva del arte y las voces femeninas. Creo que una exposición como “El rostro femenino de la guerra” brindará al público reflexiones, conversaciones y preguntas cruciales y fomentará el interés, la empatía y la solidaridad. Realmente quiero que el espectador mexicano vea a mi país no sólo como una tierra lejana que ocasionalmente aparece en las noticias, sino que sienta nuestra cultura, nuestra historia, nuestro dolor y nuestras esperanzas. Porque la empatía femenina, para mí, es una gran fuerza capaz de curar muchas heridas”, continúa.

Que Drashkaba use la palabra “empatía” para explicar la muestra me hace pensar en el potencial del arte para sanar, para sacar. Imposible no empatizar con una propuesta que refleja el día a día de mujeres que viven en medio de un conflicto bélico que ellas no ocasionaron ni decidieron. ¿Cómo se es madre en medio de ello? ¿Cómo se es artista, cómo se es profesionista? ¿Cómo se ejercita uno, cómo estudia, cómo cuida? ¿Cómo se hace arte?

Pregunto a la curadora sobre la enseñanza que le queda luego de gestionar un proyecto así, en medio de un conflicto que no parece resolverse. Su respuesta: “en mi opinión, el arte es una herramienta muy importante durante la guerra y los tiempos oscuros. Quizás el descubrimiento más inesperado para mí es que el arte no sólo existe ahora durante una guerra tan grande y brutal, sino que también evoluciona rápidamente y desempeña tareas importantes para el artista y la comunidad. Veo varias direcciones importantes en las que se están moviendo los artistas hoy.

Primero están las reflexiones y la narración, que en este momento conllevan una emoción muy fuerte y pura. También hay artistas que ven su tarea en curarse metafóricamente a sí mismos y a Ucrania, en alimentar la esperanza y la inspiración. Y también hay una dirección muy importante: corregir los crímenes de guerra, documentar el trauma y el dolor”. Pienso en la correlación entre esas mujeres que usan el póster para expresar lo que viven en Ucrania y las mujeres que, tejiendo, pintando o escribiendo retratan el país que somos en medio de un conflicto interno al que no llamamos guerra, pero cobra once muertas por día. Sin duda, México y Ucrania tienen en el arte una vena comunicante.

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La exposición está organizada por la Embajada de Ucrania en México, el Instituto Ucraniano, la organización pública Ucrania Resiliente y Sunseed Art con el apoyo de la Embajada de Francia en México y International Renaissance Foundation y estará abierta hasta el 9 de marzo en la Casa de Francia, abierta a todo el público.