Congreso escucha testimonios de ataques sónicos rusos a funcionarios estadounidenses en La Habana

Testigos expertos explican a la comisión cómo Rusia disponía de “medios, motivos y oportunidades” para realizar ataques sónicos, encubiertos, a funcionarios de los servicios de inteligencia estadounidense.

Rusia ha “atacado y neutralizado” a docenas de agentes de inteligencia de Estados Unidos en los últimos años en una operación encubierta a nivel mundial utilizando armas sónicas (ataques sónicos); un comité de la Cámara lo escuchó el miércoles al analizar el misterioso fenómeno conocido como síndrome de La Habana.

Los expertos declararon que Rusia tenía “el motivo, los medios y la oportunidad” para llevar a cabo los ataques sónicos contra diplomáticos estadounidenses y otros empleados del gobierno en embajadas y otros puestos gubernamentales que dejaron a muchos con lesiones cerebrales debilitantes o que pusieron fin a sus carreras y pérdida de audición.

“Se trata de una campaña mundial centrada en ataques sónicos contra lo mejor de nuestra gente”, afirma Greg Edgreen, oficial retirado del ejército, cuya empresa, fundada por veteranos de combate y profesionales de los servicios de inteligencia, trabaja con supervivientes de incidentes médicos anómalos (AHI por sus siglas en inglés).

“El impacto ha sido que funcionarios del gobierno con misiones de vital importancia que trabajan en el extranjero y en casa están siendo apartados de sus puestos. Los mejores hombres y mujeres de la seguridad nacional de Estados Unidos están siendo señalados y neutralizados”.

Una investigación exhaustiva de los ataques sónicos, publicada el mes pasado por una coalición de medios de comunicación, señaló que una unidad de élite rusa de inteligencia y homicidios era probablemente responsable, contradiciendo una evaluación anterior del gobierno de que ningún adversario extranjero estaba involucrado.

La audiencia del miércoles del subcomité de seguridad nacional de la Cámara de Representantes sobre contraterrorismo, aplicación de la ley e inteligencia fue convocada para examinar los incidentes de ataques sónicos, y su presidente, el congresista republicano de Texas August Pfluger, pareció cuestionar la conclusión de las autoridades.

“Remontándonos a 2014, varios funcionarios diplomáticos militares y de inteligencia estadounidenses y sus familias han informado de síntomas médicos importantes que han afectado a sus habilidades motoras, auditivas y sensoriales”, dijo.

“Es primordial que reconozcamos la gravedad de la situación”.

En la reunión también se escuchó el testimonio de Christo Grozev, autor principal del informe publicado por Insider, 60 Minutes y Der Spiegel tras la investigación de un año de duración.

“La totalidad de las pruebas descubiertas por nuestro equipo ha demostrado que Rusia tiene el motivo, los medios y la oportunidad de haber desarrollado y utilizado armas no letales de ondas acústicas o electromagnéticas contra miembros de los servicios de inteligencia y de las fuerzas del orden estadounidenses”, declaró.

Miembros de la Unidad 29155 del GRU ruso, que se ha relacionado con la creación y el uso de armas sónicas, estuvieron “presentes en lugares y momentos directamente anteriores o coincidentes con los incidentes del norte de La Habana en al menos cuatro casos”, añadió.

“Estos hallazgos no presentan una pistola humeante, sino una teoría operativa muy plausible sobre la existencia, el origen y los culpables detrás de las AHI”, dijo Grozev.

“Espero que la comunidad de inteligencia estadounidense (ofrezca) explicaciones alternativas de por qué estas personas, de las que se sabe que sólo se dedican a operaciones kinésicas, asesinatos, envenenamientos, nunca a recopilar información de inteligencia, estaban en el momento equivocado en el lugar equivocado, si siguen creyendo que nada de esto puede atribuirse a un adversario extranjero”.

Mark Zaid, abogado que representa a más de dos docenas de personas que dicen haber sido víctimas del síndrome de La Habana en las misiones de Estados Unidos en Cuba, China y varios países europeos, dijo al panel que los efectos de los ataques sónicos eran de gran alcance.

“Las víctimas de los ataques sónicos no son sólo abnegados funcionarios públicos sino también sus cónyuges, hijos, incluidos bebés, e incluso animales domésticos”, afirmó.

“La inmensa mayoría de las pruebas relativas a los AHI se ocultan tras muros clasificados. Esto llevaría a personas sensatas a concluir que uno o más adversarios extranjeros están detrás de al menos algunos de estos incidentes, y que numerosas agencias federales no han llevado a cabo investigaciones exhaustivas”.

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A raíz del informe de Insider, un grupo bipartidista de senadores escribió el mes pasado a Joe Biden, exigiendo una “evaluación renovada” de las pruebas del síndrome de La Habana.

Siete agencias gubernamentales distintas pasaron varios años examinando el fenómeno, que fue denunciado por primera vez en 2016 por diplomáticos en la capital de Cuba que se quejaban de lesiones cerebrales, pérdida de audición, vértigo y extrañas sensaciones auditivas.

Cinco de las agencias concluyeron que era “muy poco probable” que hubiera actores extranjeros involucrados. Pero los informes siguieron acumulándose, incluido el del Departamento de Defensa de Estados Unidos, que reveló el mes pasado que un alto funcionario que asistió a una cumbre de la OTAN en 2023 en Vilna (Lituania) experimentó síntomas similares.

Una posible línea de investigación de los ataques sónicos, para una nueva evaluación, es la detención y posterior deportación en 2020 de un espía ruso que trabajaba como chef en restaurantes de temática rusa en Nueva York y Washington, y que fue interrogado por un agente del FBI que posteriormente enfermó con el síndrome de La Habana.

En 2021, el congreso aprobó la Ley Habana, que autoriza al Departamento de Estado, la CIA y otras agencias gubernamentales a proporcionar pagos al personal y sus familias afectados por los ataques sónicos durante las misiones.

Traducción: Ligia M. Oliver

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