‘Con el Covid me fue bien, lo que más dolió fue no poder ver a mi hija’

Me contagié a finales de octubre, pero gracias a dios los síntomas no fueron severos. Me di cuenta que era Covid porque dejé de oler y los alimentos dejaron de tener sabor; me dolía el pecho y tenía la garganta irritada. Pero me fue bien, aunque mi billetera no estará de acuerdo, ya que los medicamentos eran bastante caros a pesar de que no tenía malestares graves.

Trabajo en una maquiladora, soy líder de Ingeniería en Introducción de Nuevos Productos, y prácticamente todo mi día lo paso frente a la computadora, así que cuando nos mandaron a casa esa dinámica no cambió. Las juntas y videollamadas con el corporativo en Atlanta sucedían igual en la empresa que en la sala de mi hogar.

Yo no tenía internet en mi casa antes de la pandemia, pero unos días antes del confinamiento lo había contratado, principalmente para que mi hija pudiera ver Netflix. Yo casi no estaba en mi casa, salvo los fines de semana que comparto con mi hija. Así que antes no le veía sentido a contratar un servicio que no ocupaba.

Tras el contagio tuve que hacer pequeños ajustes a mi vida personal, pero lo que más me dolió fue no poder ver a mi hija, tener esos fines de semana en los que salíamos a comer, al cine o al parque. Pero era necesario, no quería exponerla a ella ni a la gente que la rodea. Eso duró un mes. Afortunadamente.

El 2020 fue complicado, sumamente complicado, sobre todo lo laboral. Yo estaba muy preocupado por cumplir con mi trabajo y mi mayor temor era contagiarme, y no tanto por mí, si no por mi familia.

Cada año, aproximadamente viajo dos veces a Estados Unidos, a Atlanta. Pero este año de la pandemia ya llevo cuatro viajes. Ir a un país con un alto número de contagios, regresar y enfermar a mi familia. Esa era mi principal preocupación.

Y no ayudaba que con el cierre de los puentes internacionales en Ciudad Juárez tenía que volar primero a la Ciudad de México y de ahí tomar otro vuelo a Estados Unidos. Tres aeropuertos en un viaje que se hacía en catorce horas. Me estresé mucho. Nunca me había molestado tener que viajar a EU, pero ahora fue diferente.

Hoy, ya recuperado, aún tengo un recuerdo del Covid. Secuelas como cansancio o agitación por pequeños esfuerzos, y una extraña sensación en el pecho, nada muy grave creo yo, pero antes que antes no me pasaba. Y eso me recuerda que el virus me marcó.

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