Un reposo amigable con el ambiente para la posteridad

Ante la escasez de ataúdes de madera y acero que provocó la alta mortalidad del Covid-19, empresarios mexicanos se inventaron el EcoAtaud. 

Como indica su nombre, las urnas están elaboradas con lámina de poli aluminio que se extrae de productos Tetrapak de leche, jugos y puré. Materia prima no les falta porque cada mes se reciclan 350 toneladas de estos envases.

“Nosotros recuperamos el poli aluminio, transformamos y fabricamos estas láminas, somos nuestros propios proveedores así que no tendremos problemas con el abasto de materia prima”, asegura en un comunicado Alejandro Anaya, director de la compañía que lanzó el cajón sustentable, Industrias Veq.

Cada urna cuesta entre 1,500 y 2,200 pesos, hasta un 75% menos que  los féretros convencionales en funerarias genéricas, por no decir los de cinco estrellas.

Desde Industrias Veq explican que eso se debe al aumento de entre 30% y 40% en los precios de los ataúdes a raíz de la pandemia, por falta de materia prima y la restricciones a las importaciones de acero chino.

“Estamos produciendo 5,000 ataúdes al mes y existe capacidad para llegar a más de 60,000 en un año”, explica Anaya. 

El modelo estándar mide 1.96 m de largo por 0.62 m de ancho por 0.53 cm de alto y pesa 43 kg (casi la mitad de los convencionales). Se pueden adquirir a través de funerarias o empresas que venden ataúdes en estados como Michoacán, Guerrero, Veracruz y Ciudad de México. 

Empresarios funerarios en Cuba, Honduras y Guatemala también se han interesado por el producto mexicano. 

Además, Industrias Veq dio a conocer que trabajan en una propuesta para crear convenios con el sector privado, el gobierno federal y gobiernos locales para la distribución, en caso de que lo requieran, de ataúdes a bajo costo.

A fecha de 20 de febrero, las muertes por Covid-19 en México ya sumaban 178,965.