Renovarse no es sólo comprar un nuevo vestido, sino un estado de ánimo
Foto: Rodolfo Sánchez/Unsplash.com

Lo que primero se concibió como un golpe a la industria de la moda global, ahora podría ser una bendición en nuevas ropas debido a los cambios de hábito de los consumidores debido a la pandemia.

El principal, como señala un reporte de TotalRetail, es que el e-commerce terminó de instalarse como la mejor práctica de compra en el mundo de la moda. Algunas herramientas que ofrecen las marcas, así como las tiendas, son las que detonan que los consumidores entren a sus sitios y su experiencia de compra sea completa.

Así, los cambios generados por la pandemia de Covid-19 tienen que ver con la comodidad del home office, así como por la melancolía y la creatividad en el encierro.  

De acuerdo con PayPal, las compras en línea crecieron 53% en todo el mundo, debido al aislamiento y las ganas de emprender cambios a pesar del encierro.

Es decir, a pesar de no tener muchas opciones a dónde ir o qué hacer, las personas no se olvidaron de conceptos como cambio o renovación. Es decir, no basta con comprar un nuevo vestido, o un edredón, o un juego de cubiertos para no presumirlos. De lo que se trató este concepto de renovación es de estar siempre listo y abrir una puerta al optimismo. Una forma visible es, por ejemplo, la adopción de los cubrebocas, que de necesidad pasaron a ser un statement de moda.

Así es como diversas tendencias apuntan a este momento de la historia en el equiparable a la moda que se originó después de otras pandemias, como la de la gripe española en 1918, que también adoptó a las mascarillas quirúrgicas como un elemento usado en todo momento, tal como ahora lo vivimos. 

Estas situaciones han provocado una renovación, no solo en cada prenda, sino en actitud y formas de pensamiento. 

Una de las tendencias más destacadas del último año ha sido la corriente conocida como: ‘economía de la amabilidad’, concepto que se relaciona con la forma en que las marcas se suman a diversas causas sociales con  empatía, para mejorar la experiencia de usuario. 

Esto se ha convertido en un nuevo nivel de pensamiento, en el que los usuarios y clientes se preocupan por elegir aquellas empresas. Se trata de innovación y renovación. 

Tal es el caso de marcas como Palacio de Hierro, empresa que con 130 años de historia, ha impuesto tendencia y ha marcado el camino de la moda. 

Ahora presentan un concepto de renovación en un tono personal, no con la imposición de un estilo definido, sino con la libertad de definir una mejor versión en los diversos estilos y matices propuestos por cada diseñador que integra su nueva colección.

Buscan convertirse en un espacio de renovación e inspiración, tomando el estilo individual, como un manifiesto particular de lo que esta etapa de encierro y pandemia ha significado para cada uno, porque todos hemos vivido al mismo tiempo, en otros momentos de pandemia.

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