Prohibir los plásticos en pandemia, el tiro de gracia para los negocios de comida
Foto: José Pazos/EFE.

El restaurante de Paulina Sanjuán y su papá ha sido golpeado por una tormenta perfecta. En menos de un año ha cerrado al público dos veces por la contingencia sanitaria, enfrenta una crisis económica por la baja de 80% de sus ventas y, el 1 de enero, se sumó un desafío más: dejar de usar los recipientes de plástico para vender comida a domicilio, uno de los esquemas que les ha permitido sobrevivir en la pandemia de Covid-19.

En la Ciudad de México entró en vigor la nueva regla de la Ley de Residuos Sólidos. Esta prohíbe el uso y la venta de productos de plástico que sólo se utilizan una vez, como cubiertos, platos, vasos, tapas, popotes y charolas para transportar comida. La meta, según el gobierno capitalino, es convertir la ciudad en un territorio sustentable y libre de plásticos. Una transformación que pondrá en jaque al restaurante de la familia Sanjuán y a otros negocios de comida. “No sabemos cuáles productos debemos ocupar y cuáles no”, reconoce Paulina.

No es la primera medida de este tipo que se pone en marcha en la ciudad. Hace un año se prohibió el uso de bolsas de plástico. En esa ocasión, las campañas de información llegaron hasta la radio y los espectaculares, pero ahora es distinto, la incertidumbre y la desinformación reinan. “Fui a surtirme al mercado el lunes y ahí me enteré que desde hace tres días ya no se pueden usar estos productos”, cuenta José García, dueño de una cafetería. “Ya vivíamos un momento difícil con los cierres por Covid-19 y ahora pagar multas tan elevadas sería el tiro de gracia para nuestro negocio”.

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La autoridad advierte que será implacable y tendrá cero tolerancia. Aquellos que no cumplan recibirán llamadas de atención, sus negocios serán clausurados o tendrán que pagar multas de 40 mil hasta 150 mil pesos, explica Andrée Lilian Guigue, directora general de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) de la ciudad, en entrevista para La-Lista.

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La pandemia no es excusa ni se dará tolerancia”. La funcionaria rechaza que no se haya informado a los negocios sobre la nueva legislación. Cifras de la Sedema indican que de julio a diciembre de 2020, funcionarios visitaron 1,432 restaurantes y establecimientos de servicio de comida para sensibilizar a los dueños al respecto.

“Esta ley no ha tomado por sorpresa a nadie, asegura Guigue, quien prevé buscar alternativas para que los restaurantes cumplan la ley. “Hemos trabajado en reducir el consumo de plástico en la Ciudad de México. Estas reformas se iniciaron desde diciembre de 2018 con el congreso local, en junio de 2019 se aprobaron y se dividieron en dos etapas: la prohibición de bolsas y ahora los plásticos de un solo uso”.

Negocios impactados

María de Lourdes Lozano es dueña de una cocina económica y tampoco tiene claridad sobre qué productos puede usar para sustituir los de plásticos. Pero ya inició una estrategia para cumplir con la ley: compró tuppers y colocó una cartulina para avisar a sus clientes sobre las nuevas disposiciones. “Muchos de ellos ya tienen hábitos de traer contenedores, pero muchos otros no. Esto impactará en mis ventas”.

La ley ofrece como opción sustentable el uso de artículos compostables, por ejemplo, los hechos con semillas de aguacate, que es un material susceptible a degradarse al 90% en seis meses. Hasta ahora, la Sedema ha emitido cinco registros a empresas que comercializan productos de composta y 25 más están en proceso de aprobación.

“Para el cierre de 2021 buscaremos incidir en el 13% de los residuos plásticos que se generan en la ciudad para ser un referente en México y el mundo”, pronostica Guigue.

Los dueños de negocios prevén que el precio de los productos compostables subirán en los próximos meses, lo que impactará en sus menús y en su capacidad de inversión. “Muchos clientes pueden pensar mal, pero no tenemos para invertir ni para regalarles los recipientes para llevar”, dice Paulina Sanjuán.

Todos apuestan por seguir un plan: cada recipiente de composta tendrá un costo extra, fomentarán que sus clientes frecuentes lleven sus propios contenedores e impedirán a toda costa violar la ley, porque una multa en estos momentos puede ser el tiro de gracia para sus negocios.

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