‘Tláhuac está olvidado’: así cambió la vida a los vecinos el desplome del Metro

Emilio Hernández trabaja como comerciante en el centro de la Ciudad de México. Vive en el corazón de Tláhuac, a unos 20 minutos de donde se desplomó el viaducto elevado entre las estaciones Olivos y Tezonco de la Línea 12 de Metro. La principal alternativa de transporte para llegar a su trabajo está bloqueada.

“A ellos no les importa, me ponen mi retardo como en todos los trabajos y me descuentan el día”, explicó el joven a La-Lista sobre cómo afectará este hecho en su vida diaria. Antes de la tragedia, Hernández hacía un promedio de dos horas de viaje al sitio donde labora, ahora estimó que sea una hora extra, como los casi 200 mil usuarios que llegó a transportar esa Línea al inicio del año. Esto significa que se tendrá que levantar a las 5 de la mañana y regresar a su casa al filo de las 11 de la noche.

La Avenida Tláhuac es la arteria principal que conecta al centro de esa alcaldía con el punto neurálgico de la capital. Esta vía comunica a Valle de Chalco, San Miguel Xico, Milpa Alta, San Andrés Mixquic y San Nicolás Tetelco con los demás ejes viales. La gran mayoría de los vecinos reportó que usa el Metro para llegar a la estación Atlalilco, donde hacen diversos transbordos para distribuirse a los puntos de interés en el centro de la Ciudad de México.

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María Campuzano vive en la colonia Miguel Hidalgo, a unas cinco calles de donde ocurrió la tragedia que cobró la vida de 24 personas y dejó a 79 personas lesionadas. “Hay gente que dice que desde los sismos (de 2017 se afectó la Línea 12 del Metro). Yo he tenido necesidad de salir todos los días y siempre estaban los vados. Es una mala construcción”.

La mujer observa desde lejos las maniobras de remoción de escombros y peritajes para dictaminar las causas del derrumbe. Forma parte del conjunto de vecinos y curiosos que se recarga en las vallas metálicas para seguir de cerca el avance de los trabajos. Con un nudo en la garganta, reprueba que las autoridades no hayan atendido las llamadas que realizaba de manera continua a Locatel. “Si se subieron en (las estaciones) San Lorenzo, Zapotitlán y Periférico sabrán que el metro se cimbraba”.

Campuzano tiene un pequeño negocio cerca del lugar, vende ropa y artículos similares. Al fuerte golpe de la pandemia le tendrá que sumar el impacto económico de esta situación. Los negocios aledaños al punto cero están cerrados, incluso la plaza comercial de un costado no está dando servicio. “Soy comerciante y voy al centro constantemente. Esto nos va a afectar mucho porque no hay otras vías alternas. Estamos mal. Tláhuac está olvidado”.

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La directora general del Metro, Florencia Serranía, aseguró que desde 2016 se contrató a la firma francesa TCO para hacer recorridos de mantenimiento y supervisión todos los días a la Línea 12. Sin embargo, María relató que nunca vio dichos recorridos. “Me he levantado a las cuatro de la mañana desde hace casi 24 años. Decían que venían a darle mantenimiento (al Metro), nunca lo vi. Se supone que las obras las hacen de madrugada”.

Francisco Javier, originario del centro de Tláhuac, es junto con su familia usuario frecuente de la Línea dorada del Metro. El joven perdió a su mejor amigo en el accidente, se trataba de un joven al que le decían ‘El pandita’. “Era como mi hermano, nos conocíamos desde los tres años. Tenía 22 años el muchacho”.

“Ojalá que nos apoyen a este pueblo (Tláhuac) que está sufriendo mucho. A los familiares de la gente que falleció, que nos echen la mano, es lo único que necesitamos”, mencionó Javier, uno de los vecinos que se instalaron para observar cómo las grúas y maquinaria pesada trabajan sobre un viaducto desgajado.

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