Colapso del Metro: la zona cero se volvió punto de reunión en Tláhuac

Jesús Melmar estaba barriendo el patio de su casa cuando escuchó un fuerte estruendo. Eran las 10 de la noche con 22 minutos. No sabía qué había pasado hasta que un vecino decidió salir a comprobar lo que había visto en redes sociales: un viaducto elevado del Metro de la Ciudad de México colapsó entre las estaciones Olivos y Tezonco de la Línea 12.

A las tres de la mañana organizó una comitiva para llevar café y pan a los rescatistas y personal de Protección Civil. “Nosotros pedimos a la comunidad (que) no se acercara, que dejara trabajar a los cuerpos de emergencia. Era lo primordial: salvar vidas”, señaló Melmar en entrevista para La-Lista.

Al mediodía de este martes, autoridades de la capital del país reportaron 79 personas lesionadas y 24 fallecimientos. “Hasta el momento se han identificado solamente a cinco personas fallecidas, por lo que la Fiscalía General de Justicia trabaja arduamente en la identificación de las personas”, dijo la secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la CDMX, Myriam Urzúa.

También lee: 15 horas desaparecido: la tragedia sigue después del colapso en Línea 12 del Metro

A las dos y media de la tarde, con el sol a todo su esplendor, sobre Avenida Tláhuac, a un costado de la estación Periférico Oriente, un grupo de jóvenes vestido de negro se apoderó de la entrada. No eran más de cinco, pero cuando decidieron tomar un carril vehicular para marchar, aparecieron otros 15 manifestantes, quienes desfilaron hacia el oriente.

“No fue un accidente, fue el Estado”, gritaron los encapuchados, quienes a pesar de los intensos rayos del sol, mantenían cubierto su rostro con ropa oscura. Los gritos en contra de Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, exjefes de Gobierno de la capital del país, no cesaron. Como si se tratara de una procesión de luto, los automovilistas avanzaban lentamente a espaldas de los inconformes.

Un pequeño contingente avanzó sobre la avenida, mientras los curiosos y dueños de negocios salieron a las aceras a ver lo que sucedía. Algunos grabaron con su celular, otros se quedaron silenciosos con un rostro a la incógnita oculto tras el cubrebocas. Fueron pocos los que se atrevieron a enfrentarlos y otros los secundaron con gritos sobre el mal actuar de gobiernos pasados.

Los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desfilaron en moto mientras hablaban discretamente por sus radios. Cuando el contingente por fin llegó al lugar de la tragedia, a poco más de dos kilómetros del punto de partida, en la estación Olivos, se encontró con un despliegue policial de más de 50 elementos. Ante la valla humana, el colectivo saltó repetidamente al grito de “el que no brinque es Marcelo, el que no brinque es Andrés Manuel”.

Los curiosos y transeúntes rodearon la zona, y bloquearon el paso en la avenida. Las camionetas de la policía local se estacionaron frente a portones y residencias. La nueva normalidad se interrumpió en la colonia, los vehículos tuvieron que tomar rutas alternas para seguir su camino.

Negocios cerrados y cámaras curiosas cercaron la zona de trabajos. Mientras personal de Protección Civil, Guardia Nacional y la SSC corría de un lado a otro en sus labores, un grupo de vecinos se dedicó repartir tortas y aguas a los trabajadores, a los manifestantes, a quien estuviera por ahí.

“Tláhuac está olvidado. ¡Escucha, Claudia Sheinbaum!”, gritó un grupo de vecinas con un vaso de agua de jamaica en una mano y una torta embolsada en la otra. En tanto, los vecinos ofrecieron un taco de arroz con huevo a quien lo solicitara o a los elementos que descansaban en sus patrullas.

La zona de cero se convirtió esta tarde en un punto de reunión para vecinos, curiosos, prensa y trabajadores. La tragedia reunió de nuevo a la comunidad.