‘Quiero quitar el cliché de que en el regional mexicano no hay talento’: Carín León

El reggaetón es la cara más visible, pero el boom de la música latinoamericana en el mundo abarca desde la cumbia hasta el llamado trap-corrido. Desde 2019, las métricas de las principales plataformas de distribución musical muestran que esos estilos musicales que en su día fueron de nicho hoy ya son mainstream. Uno de los exponentes de este fenómeno es el sonorense Óscar Armando Díaz De León, Carín León.

En dos años de carrera en solitario, su canal de YouTube creció 311%, acumulando 282 millones de visitas, y sus oyentes mensuales promedio en la plataforma Spotify crecieron 101% en un año, con 5.5 millones. Estas son algunas de las cifras de diciembre de 2020 y que incluye el análisis El Ascenso Mundial de la Música Latinoamericana, Parte 1: Música Regional Mexicana, publicado en Chartmetric. Los números lo avalan como uno de los grandes regeneradores de la música regional.

“Está mezclando diferentes estilos de regional mexicano. Ha hecho sierreño, banda, norteño, e incluye elementos de balada pop. Por eso ha sido tan exitoso y por eso está ayudando a que las nuevas generaciones lo asimilen más”, explica Francisco Toscano, autor del estudio.

León y el mexicano Adriel Favela colaboran con el español C Tangana en su último disco, El madrileño, con el que se ha convertido en el primer español en superar los 100 millones de streams en cuatro años. Tangana explica que se siente muy vinculado con los artistas mexicanos que están recuperando el corrido, porque él también es parte de esta generación de artistas que se sirven de sus raíces para hacer arte.

Cambia!, la canción del trío, mezcla la rumba y el corrido con un filtro urbano, en el que los tres artistas expresan su confusión al haber aprendido a ser machos y ahora, encontrarse en un mundo en revolución. “Me hicieron pensar que si cada noche no salía envuelto en Gucci, yo no era más que un don nadie”, cantan, “y ahora que sobran ceros en el banco me piden que cambie”.

Con un cuadro que ilustra bolsas de Gucci en el fondo, del artista Pieri, Carín León atendió a La-Lista vía Zoom desde Sonora. Reconoció que colaborar con C Tangana le permitió deshacerse, por tres minutos, del Carín León artista, que se mostró más sincero y que en el disco que sacará a principios de este mayo, escucharemos regional mexicano con sintetizadores.

La-Lista: ¿Cómo nació la colaboración con C Tangana?

Carín León: Para mí también suena raro, pero me mandó un mensaje por Instagram.  Me dijo que le gustaba lo que hacía y si quería hacer un tema para su disco. No conocía mucho su música, pero siempre he sido un acérrimo aficionado del arte de España y del flamenco. 

Me hizo dar cuenta de que al igual que el flamenco es un sonido raíz, popular, que la gente sigue consumiendo masivamente, para nosotros es el corrido, porque representa los tiempos de la revolución.

¿Cómo fue el proceso creativo?

Me mandó una maqueta y me dijo si me quería sumar. Adriel y yo entramos a hacer nuestros versos. Él nos dijo que quería imprimir ese conflicto de tener que ser lo que no somos. Empezamos a escribir recordando lo que forma parte del ADN como mexicanos y salió en cinco minutos en el estudio.

Se me hizo padre la fusión entre el flamenco, el sentido del corrido, la rumba, entre todo eso que suena tan latino.

¿Cómo cambió la canción cuando ya la escuchaste editada?

La maqueta ya traía unos arreglos, faltaba la edición ya masterizada. Creo que (C Tangana) ya tenía muy decidido hacer ese disco con esos sonidos raíces, yo pienso que va a pasar a la historia, va a ganar muchos premios.

Pero nosotros imaginábamos un tema musical como siempre. No me di cuenta de todo el trasfondo hasta que vi el video, que muestra que nos han impuesto siempre en México de ser unos machitos, que tenemos tan arraigada esa cultura.

La verdad es que le estoy agradecido, me hice muy fan de él porque él sí quiere expresar algo, no solo hacer dinero.

¿Hay algo que hiciste nuevo?

Creo que fui un poquito más sincero. Pienso que lo más bonito de ser artista es cuando empiezas a ser tú mismo, cuando empiezas a dar eso de ti que todo el mundo quiere conocer y eso es lo diferente. Me hizo hacer arte, mostrar lo que siento en verdad.

O sea, ¿en tus canciones no eres así?

No, mis canciones son más para las masas, tengo algunas más sentidas pero no es tan fácil que la gente lo digiera. Poco a poco vamos intentando cositas diferentes en el género sin pensar tanto en el público, porque ahora la gente estamos acostumbrados a sacar una canción y otra persona saca otra mañana, es un mercado que está caminando muy rápido y no te permite a veces centrarte a hacer cosas sentidas.

Quizás porque no era un trabajo tuyo.

La canción lo pedía, y ahorita que la escuché, es el soundtrack de mi vida y de muchos artistas. Fueron como unas vacaciones musicales. 

¿Qué recuerdo te llevas de esta experiencia?

La primera vez que hablamos con Tangana fue un poquito tímido, con mucho respeto, pero después de hacer la canción creo que fue como si nos conociéramos de toda la vida. La canción rompe eso, hizo sentirnos que vibrábamos igual. Ya tenemos pactado ir a Madrid y hacer algún concierto de El madrileño.

Él dice que estás reinventando el corrido, ¿es esa tu intención?

Siento que esa es una responsabilidad muy grande. Estoy tratando de reinventarme y de hacer algo diferente a lo que demás están haciendo, no de manera pretenciosa, sino porque es lo que a mí me late hacer. Me estoy atreviendo a hacer cosas que otros no se atrevieron a hacer en la música regional mexicana como en los instrumentos, las fusiones de géneros o la forma de cantar, que la gente a veces criticaba y no entendía porque decían este muchacho es árabe o andaluz.

¿Tiene algo que ver con tu influencia flamenca?

Eso es. La gente al principio va a pelear con lo que no conoce o no entiende, pero al final les ha gustado. Yo trataba antes de complacer a la gente y cuando comencé a ser yo mismo, la gente conectó con ello.

¿En qué te has salido de tu género?

En el disco nuevo, Inédito, estamos grabando una canción que se llama Mal necesario. Es una canción con guitarras y con tuba, como lo hacemos siempre con nuestra música. Pero aparte le agregué un violín de country y tratamos de mezclar cosas que le den sentido a la canción. 

En el disco, vienen muchas trompetas que no necesariamente son de mariachi, vienen cosas de jazz, cajones flamencos, estamos tratando de meter guitarras flamencas, vienen sintetizadores, cosas que no estamos acostumbrados en el regional mexicano pero que a fin de cuentas es música. Nada más hay que saber meter la cantidad exacta de los ingredientes.

¿Hay algo más electrónico en el disco?

Varias canciones llevan sintetizadores, guitarra eléctrica en algunas partes. Es un tema de combinarlo porque soy partidario de lo íntimo, de lo acústico. Estamos en un tiempo en que la música dejó de ser orgánica, que no quiere decir que sea mala, pero se volvió casi todo por computadora y la verdad siento que combinar las dos cosas logras cosas chidas.

¿Por qué dices que estás arriesgando?

En México somos un poquito cerrados y puristas de nuestras cosas. Es un guiño para que las nuevas generaciones volteen a ver nuestro folklore y lo aprecien como muchos apreciamos. Siento que haciendo música para la gente también se puede hacer arte y es lo que trato de representar, y de quitarnos el cliché que en el regional mexicano no hay talento.

Ahorita con las plataformas la gente consume lo que quiere. Antes había personas que no lograron ese lugar que merecían porque la radio y la industria decidía quién podía estar. Ha sido muy bueno para la música y nos tiene ahorita donde estamos.

¿Qué te llevó a ti al regional mexicano?

Mis primeros recuerdos de vida tienen que ver con música. En la casa, desde que nos levantábamos hasta que nos dormíamos, se oía música. Por la noche mi papá se tomaba un whisky solo escuchando a Silvio Rodríguez o Queen, música muy diferente que nos dio esa base. 

A los 15 o 16 años empecé a conocer el regional y a querer hacer música. Yo quería hacer otras cosas pero aquí, en nuestra tierra, es lo único de que podías vivir. Me metí a eso y después empecé a tenerle amor. Es todo un amalgama.

¿Cómo valoras estos dos años en solitario?

Lo vivo al 100 porque fueron muchos años de trabajo, pienso que fue una elección de vida muy fuerte. Al ser sincero conmigo mismo y con mi arte, todo funciona porque se siente una conexión diferente. Lo que valoro más es el poder que me ha dado la música de influir en la gente, poder tocar las fibras más sensibles o poner a la gente a bailar.

¿Cómo te explicas el boom que ha vivido tu música?

Pienso que hay algo de magia, el camino más directo a eso fue con mi música, ser honesto y volver a mis esencias, esos sonidos de la música antigua de regional mexicano y darle ese toque fresco. Pero también depende de qué es para ti el éxito. Yo me siento exitoso porque hago lo que quiero y no lo que me dice una compañía que haga porque otro está pegándola.