Es uno de los lugares más visitados en el mundo.
Cuando Jesucristo murió tras haber sido lacerado y crucificado, fue llevado a una tumba improvisada. Con el paso del tiempo este lugar se convirtió en el centro de peregrinaje más importante de la fe cristiana.
Se localiza en la Iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde miles de personas la visitan cada año. De acuerdo con la historia, la madre del emperador Constantino el Grande, Helena, estuvo en Jerusalén en el siglo IV y fue ella quien descubrió la tumba de Jesús.
Sin embargo, se desconoce si fue en este lugar donde el hijo de Dios fue realmente enterrado tras ser crucificado, incluso los estudiosos del tema dudan que Helena haya sido la que descubrió el lugar. No obstante este lugar es visitado por miles de creyentes durante muchos siglos.
De hecho, desde el siglo IV alrededor de la cueva se han erigido capillas e Iglesias, las cuales eventualmente se han ido destruyendo por el paso del tiempo. En la actualidad, la cueva está cubierta con un Edículo, mismo que está dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.
De acuerdo a National Geographic, que participó en el proyecto de restauración en 2017, seis órdenes cristianas custodian la tumba de Cristo: la Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Apostólica Armenia, la Iglesia Ortodoxa Siria de Antioquía, la Iglesia Ortodoxa Copta y la Iglesia Ortodoxa Etíope. Todas coinciden en algo: ahí se encuentra la sepultura de Jesucristo.
¿Qué hay dentro de la tumba de Jesucristo?
La tumba de Jesucristo había estado sellada, pero en 2016 fue abierta por primera vez para su restauración.
“Hemos retirado la cobertura de mármol de la tumba y nos ha sorprendido la cantidad de material de relleno que hay debajo”, explicó en 2016 Fredrik Hiebert, arqueólogo de National Geographic Society.
“El análisis científico será largo, pero finalmente podremos ver la superficie original rocosa en la que, de acuerdo con la tradición, yació el cuerpo de Cristo”, dijo.
De acuerdo con los científicos de National Geographic, que tuvieron acceso al Santo Sepulcro, dentro de la tumba se encontraron con una segunda lápida grisácea que tenía una cruz grabada; además de que tras remover la lápida descubrieron que el techo mortuorio estaba en perfecto estado.
Además, los científicos revelaron que dentro se hallan las paredes originales de la cueva en piedra caliza.
Cabe destacar que el Jesucristo falleció a los 33 años de edad, tras ser crucificado y lacerado. Su cuerpo fue llevado a una cueva donde reposó muerto por tres días, pues al tercero resucitó.
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