La invención de todas las cosas: Jorge Volpi analiza la línea entre ficción, mentira y posverdad

La ficción ha sido el eje central de la humanidad desde sus inicios, moldeando nuestra percepción del mundo y nuestra identidad como especie. Jorge Volpi, reconocido escritor y ensayista, ha dedicado décadas a explorar este concepto y ahora lo presenta en su más reciente libro, La invención de las cosas. En esta obra, Volpi desarrolla una teoría y una historia de la ficción, desentrañando cómo las narrativas que creamos no solo nos explican el mundo, sino que también lo construyen. En entrevista para La-Lista sobre su proceso creativo, la relación entre ficción y realidad, y el impacto de esta en la era de la posverdad.

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¿Cómo surgió la idea de explorar la ficción como base de la realidad?

Volpi explica que su interés por la ficción no solo proviene de su carrera como escritor, sino de una inquietud más profunda: entender por qué los seres humanos dedican tanta energía a las historias. “Escribir ficciones me ha apasionado durante más de 30 años, pero también soy un lector apasionado de todas las disciplinas artísticas. Entonces, la pregunta clave era: ¿por qué nos obsesionan las ficciones?”, comenta el autor.

La investigación para responder esta pregunta comenzó hace más de 15 años con el ensayo Leer la mente, el cerebro y el arte de la ficción. Ahora, con La intervención de las cosas, Volpi amplia su exploración al construir una historia y una teoría que revelan cómo las ficciones no solo reflejan la realidad, sino que la completan y estructuran.

¿Cuál es la línea entre ficción y mentira?

Uno de los puntos más interesantes del libro es la diferenciación entre ficción y mentira. “La ficción no es lo contrario de la verdad, la mentira sí lo es. Todas las mentiras son ficciones, pero no todas las ficciones son mentiras”, aclara Volpi. Según el autor, la ficción está basada en la realidad, la toma como referencia y la expande, mientras que la mentira distorsiona deliberadamente los hechos para engañar.

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Este argumento cobra relevancia en la actualidad, donde el auge de las fake news y la posverdad han generado una crisis de información. “Lo preocupante no es que los políticos mientan -siempre lo han hecho-, sino que sus seguidores los crean a pesar de la evidencia en contra. Estamos regresando a una era donde la política se parece más a la religión, basada en dogmas incuestionables”, advierte Volpi.

¿Cómo se inserta este libro en la tradición de ensayos históricos y filosóficos?

La intervención de las cosas se inscribe en la línea de ensayos como El infinito en un junco de Irene Vallejo o Sapiens de Yuval Noah Harari, obras que ofrecen una nueva interpretación de la historia y la cultura humana. Sin embargo, Volpi destaca que su libro introduce un enfoque distinto: “Lo que propongo es analizar la historia de la humanidad a través de las ficciones que hemos creado desde el inicio de los tiempos hasta la actualidad”.

A lo largo de su investigación, Volpi descubrió elementos inesperados, como la relevancia del Poema de Gilgamesh, la primera ficción completa de la historia, escrita en tablillas de escritura cuneiforme. “Me asombró ver que en esa historia ya estaban presentes los mismos temas que han marcado la ficción a lo largo del tiempo”, afirma.

Sobre su proceso de investigación y escritura, el autor revela que le tomó cuatro años redactar el libro, pero en realidad ha sido un proceso de décadas. “Desde que empecé a leer por placer a los 12 años, he estado construyendo esta teoría sin saberlo”, confiesa.

El libro también plantea una reflexión sobre la identidad humana como una construcción ficcional. “Somos ficciones. Construimos nuestra identidad a partir de relatos, y ser conscientes de esto nos puede volver más empáticos y tolerantes con las historias de los demás”, concluye.

Para Volpi, la ficción sigue siendo un territorio inagotable por explorar. Entre los temas que le gustaría desarrollar en el futuro, destaca la conquista de México como una gran ficción, un relato que ha moldeado la historia y la percepción del pasado. “Aunque este libro tiene 700 páginas, lo que quedó fuera es infinitamente mayor. Siempre habrá nuevas ficciones por descubrir y contar”, finaliza.

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