La-Lista de las peores tragedias causadas por turistas en museos: de esculturas rotas a pinturas dañadas
Tomarse una selfie puede salir caro: turistas han destruido valiosas obras de arte por buscar la foto “perfecta”.

Un descuido puede costar siglos de historia: así dañaron estas obras de arte.
/Foto: RRSS
A veces, la necesidad de parecer graciosos o conseguir la selfie más épica puede llevar a actos irreparables. En los museos del mundo, cada vez son más frecuentes los casos de visitantes que, por ignorancia o descuido, dañan piezas históricas de valor incalculable.
Los ejemplos recientes son tan absurdos como trágicos: desde la famosa silla Van Gogh destrozada en Verona hasta una pintura barroca dañada en Florencia. Por eso, en La-Lista reunimos algunos de los casos más indignantes en los que turistas y visitantes arruinaron verdaderas joyas del arte.
Estatua del Rey Dom Sebastiao: la selfie que acabó en ruinas
En mayo de 2016, un joven de 24 años decidió trepar por la fachada de la estación de tren de Rossio, en Lisboa, para tomarse una selfie con la estatua del Rey Dom Sebastiao. El resultado fue catastrófico: la escultura de 120 años se desplomó y se hizo añicos contra el suelo.
El “influencer frustrado” tuvo que afrontar un proceso judicial y pagar la restauración, además de enfrentar una posible condena de hasta cinco años de cárcel.
No te pierdas: El Museo Carrillo Gil hace una revisión de la obra de Lola Álvarez Bravo
Retrato de Ferdinando de’ Medici: un marco que no perdona
En la Galería de los Uffizi en Florencia, un hombre se colocó frente a la pintura del siglo XVIII para posar en una foto. En su intento por conseguir el ángulo perfecto, su cuerpo golpeó el lienzo y lo rasgó visiblemente.
La obra, del artista Anton Domenico Gabbiani, tuvo que ser retirada para restauración. Aunque el daño se calificó como “leve”, la torpeza del visitante dejó una cicatriz en la historia del arte.
Paulina Bonaparte como Venus Victrix: el sofá más caro del mundo
En julio de 2020, un turista austriaco decidió tumbarse sobre la escultura de Antonio Canova, ubicada en el museo que lleva el nombre del artista, para una selfie “creativa”. Resultado: los delicados dedos de los pies de la escultura de mármol se fracturaron.
Gracias a las cámaras de seguridad, el museo identificó al responsable, quien después se disculpó y ofreció cubrir los gastos de restauración.
Anunciación: cuando comparar dedos sale muy caro
En 2013, un turista estadounidense rompió el dedo meñique de la Virgen María en la escultura “Annunciazione” de Giovanni d’Ambrogio en Florencia. ¿La razón? Quiso comparar el tamaño de su dedo con el de la obra renacentista.
Afortunadamente, la parte dañada era una restauración previa y no un fragmento original. Aun así, el gesto dejó a todos boquiabiertos.
El actor de Picasso: un tropiezo de 15 centímetros
En 2010, una visitante del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se resbaló accidentalmente y golpeó el cuadro “El actor” de Pablo Picasso. El impacto provocó un desgarro de 15 centímetros en la parte inferior derecha.
Tres meses y un meticuloso proceso de restauración fueron necesarios para devolver la obra a su esplendor. Desde entonces, se exhibe protegida por plexiglás.
No te pierdas: Humanos y sus ‘perrhijos’ descubren sus lazos en el museo de San Carlos
Ecce Homo: la restauración más viral del siglo
El fresco “Ecce Homo” de Elías García Martínez en Borja, España, fue víctima de una restauración fallida en 2012. Cecilia Giménez, una feligresa, intentó “arreglarlo” y lo transformó en el famoso “Ecce Mono”, una caricatura que desató risas y memes en todo el mundo.
Curiosamente, el desastre convirtió a Borja en destino turístico. Hoy, el fresco está protegido y recibe cientos de visitantes que pagan por ver la insólita obra.
No te pierdas: Falleció Marie Thérèse Arango, fundadora del Museo de Arte Popular
Silla Van Gogh: un asiento que costó demasiado
En el House Museum Palazzo Maffei de Verona, dos turistas dañaron la “Silla Van Gogh” de Nicola Bolla, una pieza cubierta de cristales Swarovski. Uno de ellos decidió sentarse sobre la obra para una foto y terminó fracturando su estructura.
La directora del museo calificó el incidente como una “pesadilla hecha realidad”. Aunque el valor exacto de la pieza no fue revelado, se sabe que es una de las más importantes del museo.