La historia de Germán de la Rosa, el paratleta mexicano que superó el cáncer de huesos
Germán de la Rosa nunca tuvo gusto por el deporte, incluso un accidente practicando básquetbol propició un agresivo cáncer de huesos; ahora sueña con Los Ángeles 2028.
Germán de la Rosa nunca tuvo gusto por el deporte, incluso un accidente practicando básquetbol propició un agresivo cáncer de huesos; ahora sueña con Los Ángeles 2028.
Las expectativas de cara a Los Ángeles 2028 se elevaron por la destacada participación de los mexicanos en los Juegos Paralímpicos de París 2024, con atención especial en Germán de la Rosa, quien superó el cáncer en huesos y rechazó formar parte del Comité Paralímpico Mexicano anteriormente, pero que hoy sueña con llegar a la próxima edición de la justa paralímpica.
Con 41 años de edad, de la Rosa cuenta con una experiencia de casi dos décadas en diversas modalidades del atletismo; desde el campo traviesa, hasta la Spartan Race, de la que, además, es el primer mexicano en participar con una sola pierna. Pero el gusto por el deporte para Germán llegó a raíz de una delicada situación que lo tuvo al borde de la muerte cuando apenas tenía 24 años de edad.
En entrevista para ESTO, Germán de la Rosa contó que nunca se sintió atraído por el deporte, incluso era de su desagrado, más aún cuando tuvo un accidente en un partido de básquetbol, cuando un choque de rodillas terminó propiciando un cáncer de huesos, que hizo metástasis pulmonar, que le hizo perder una de sus piernas.
“El deporte me comenzó a gustar cuando decidí amputarme la rodilla a los 24 años. Me lo recomendaron como rehabilitación, lo probé y me agradó sentir esa adrenalina. Ahora siento esa pasión a nivel competitivo, me gusta demostrarme de los que soy capaz y a otras personas que a pesar de una discapacidad, del cáncer, salimos adelante”, mencionó.
A los 14 años de edad, Germán fue diagnosticado con cáncer en los huesos, lo que le provocó dificultad para hacer cualquier tipo de movimiento, por mínimo que fuese, mismo que, sin darse cuenta, evolucionó hasta en 15 metástasis que pusieron en riesgo su vida.
“Nunca pensé en que me iba a morir, al contrario, fue una guerra por vivir. El dolor en la rodilla fue complicado, tenía una bola del tamaño de una toronja, no podía caminar, correr, ni agacharme. En los pulmones no se sentía nada, puede pasar desapercibido si no te haces una tomografía. Se supone que tenía 3 metástasis y al final fueron 15. Inflé globos hasta llenar el tercer piso del Nacional de Pediatría para recuperar casi el 100% de mi capacidad pulmonar. Después, llegó la lenta fase recuperación”, compartió.
Lidiar con una enfermedad de este tipo ya es complejo, pero para Germán resulta un tanto desgastante la actitud de la gente con las personas que padecen este tipo de enfermedades:
“La cuestión de una discapacidad era de decirnos ‘pobrecitos’. Nos ponían un chorro de etiquetas, ‘el angelito, el que tiene una enfermedad, el pobrecito, el limitado, el mocho, el que tiene capacidades especiales’. Ni que fuéramos una pizza o superhéroes. Somos personas normales de carne y hueso, simplemente tenemos una condición física diferente a los demás. Queremos que nos empiecen a ver como personas capaces de todo”, apuntó.
Después de varios años declinando la invitación del Comité Paralímpico Mexicano para sumarse al equipo por motivos personales, German ahora sí siente el deseo de llegar a los próximos Juegos Paralímpicos, que se llevarán a cabo en Los Ángeles en el 2028.
“La verdad, fue desidia personal de no querer hacer las cosas. De repente tienes un mundo de trabajo, de actividades, tienes que dejar todo. Ahorita, si alguien se acerca de paralímpicos y me invita para buscar estar en Los Ángeles, sí lo haría. ¿Dónde firmo y dónde empiezo a entrenar?”, puntualizó.